El manejo de escenarios de crimen, análisis forenses y persecución penal en nuestro país ha evolucionado en las últimas dos décadas, donde los entes investigativos poseen sus campos de acción e intervención bastante definidos, el Ministerio Público, Instituto de Ciencias Forenses de Guatemala, la Policía Nacional Civil como dependencia del Ministerio de Gobernación, Organismo Judicial y el Instituto de Defensa Pública Penal, entre los principales.
Los campos de estudio interactúan siguiendo peticiones de juez competente y del Ministerio Público, abarcando una gran cantidad de delitos a todo nivel social, cultural y en diversos contextos geográficos. Los agentes policiales tienen presencia en todo el país, reportando faltas y delitos a las respectivas comisarías, estaciones, sub estaciones y dirección general en la ciudad capital. El sistema de justicia actual, permite que se realicen diligencias de investigación siguiendo lineamientos específicos con el fin de esclarecer hechos delictivos.
En muchos países la investigación penal es dirigida por el Ministerio Público y el análisis de escenarios de crimen y pericias forenses, corresponden a la Policía Nacional Civil con sus diferentes departamentos especializados. En Guatemala el diseño del sistema de justicia, es diferente, ya que las escenas de crimen son manejadas por los equipos de recolección de evidencias del Ministerio Público, que luego envían los indicios para análisis forenses al INACIF, quienes después emiten dictámenes científicos que son utilizados como pruebas en acciones legales en los tribunales de justicia.
El enfoque se da de esta manera en todo el país, con ciertas limitaciones de recurso humano y financiero que no ha permitido el establecimiento de fiscalías y sedes de servicios forenses en muchas áreas rurales. Esto presenta problemas de acceso a lugares donde se han cometido hechos delictivos, asimismo los laboratorios de criminalística están centralizados en la ciudad capital, lo que conlleva muchas veces retraso en la entrega de indicios y por consiguiente en la realización de análisis de índole forense.
El rol de la Policía Nacional Civil está regulado desde su creación como parte de los Acuerdos de Paz firmados hace 20 años, que incluye formación profesional, investigación, vigilancia, prevención, reacción y relacionamiento comunitario, el punto central de todo cuerpo policial. Las capacidades técnicas han mejorado ostensiblemente, al igual que la profesionalización del recurso humano. Históricamente, ha sido punto de referencia de auxilio desde temas familiares, conflictividad, investigación de delitos y faltas hasta atención de emergencias en desastres naturales.
El trabajo conjunto de todos estos entes investigativos es complejo y muchas veces es una “línea muy delgada” de acción y reacción. Los agentes policiales poseen formación básica de manejo de escenas de crimen, delimitación de áreas de riesgo, acercamiento comunitario, resolución de conflictos, entrevistas de personas proveedoras de información, entre muchas otras acciones.
Los grupos de recolección de evidencias del Ministerio Público que cubren casi todo el territorio nacional, se encuentran altamente capacitados para el manejo de escenarios de crimen, delimitarlas, documentarlas a través de video filmación, fotografía y planimetría, embalar indicios y envío a los laboratorios de criminalística del INACIF.
Lo anteriormente descrito, muestra que los campos de acción se entrecruzan en tiempo, espacio y expertaje de entidades que con preparación profesional. Asimismo, la voluntad de querer agilizar las investigaciones y combatir el crimen de manera frontal. La creación y puesta en marcha de protocolos interinstitucionales han dinamizado esta relación, la diferenciación de competencias investigativas ayudaría a no realizar doble esfuerzos, así como evitar realizar abordajes dependiendo de intereses momentáneos que no ayudan a dilucidar hechos, sino mas bien, entrampan procesos y dilatan la presentación de resultados.
La influencia de series televisas y bibliografía de rápida lectura, tiene una gran influencia en grandes grupos de nuestra población, el trabajo integral de los entes investigativos y comparación de dictámenes científicos merece planeación, discusión, intercambio de perspectivas y sobre todo manejo de hipótesis primaria y secundaria. Los resultados no son ni pueden ser inmediatos, es erróneo pensar que existe tecnología de punta que genera proceso, analiza indicio, interpreta procedencia y sobre todo sindica a personas con nombre y apellido. La relación entre lo real y plausible con lo irreal, muchas veces supera lo que creemos como búsqueda de la justicia.
La demanda por parte de la población de entes investigativos confiables, agentes policiales honestos y transparentes, fiscales propositivos y con líneas de investigación claras, científicos forenses competentes y profesionales, continúa vigente. Existen muchos ejemplos exitosos no se pueden negar, pero los índices de criminalidad fluctúan requiriendo un acercamiento mucho más sólido y confiable.