TOLEDO Y LOS ESPACIOS PÚBLICOS. Por Guillermo Monsanto
El guatemalteco José Toledo Ordoñez es un hombre cuya obra está tomando relevancia internacional. Por ende, es uno de nuestros creadores visibles y, con ello, un protagonista que de a poco está ayudando a posicionar el arte monumental de Guatemala en otro estadio. Gestor, prolegómeno de situaciones positivas, investigador, coleccionista, mecenas y embajador de las artes, Toledo es un facilitador incansable de eventos. Suma de capacidades que redundan en su labor que, materializada físicamente, luce plena de valores conceptuales y contemporáneos.
José Toledo es un artista de taller. Esto, aunque su producción pertenezca al siglo XXI en todos los sentidos, lo señala como apegado a procesos que resuelven valores formales a partir de los retos que el objeto intervenido le plantea. No es experimental, todo lo contrario. Sabe lo que está proponiendo y esto le otorga solidez a su obra. En esto se parece a los creadores de la generación del cuarenta. De allí sus exitosas exposiciones en distintas salas del extranjero. Espacios que muchas veces ha compartido con otros autores de manera generosa y desinteresada.
El trabajo del artista toma como referencia los accidentes telúricos de la geografía local. El diseño se inspira, además, en los tres cielos que menciona la Biblia sugiriendo la acción de Dios configurando las estrellas. La mano del Supremo fue utilizada, según la investigación del artista, por los judíos para mostrar la intervención divina. Ellos tenían prohibido representar imágenes de cualquier tipo, de allí la presencia de esta extremidad. La de Toledo está inspirada en otra de España en la iglesia de San Clemente de Tahull. Entre los cristianos significa poder y protección divina.
El autor comenta que el concepto del mural tiene como punto de partida el microcosmos, para terminar en el macrocosmos. Infinidad de elementos zoomórficos se identifican en el exterior de la torre. Pero si se minimiza el nivel de abstracción se pueden percibir diferentes sistemas solares que, juntos, conforman diferentes galaxias. Más abstracto es el nombre de la intervención: Hiperarchiultramegamicromacrocosmos. San Miguel Dueñas será, entonces, un lugar obligado a visitar, si no por el arte, por curiosidad.