El cine es un medio poderoso para llegar al corazón del ser humano. Conmueve, despierta el hábito del cuestionamiento y si está bien hecho, transporta a terrenos de consciencia que no solemos visitar. Agita emociones con imágenes, movimiento, sonido y ese claroscuro que no siempre logramos identificar, pero que llega a nuestra psique para quedarse. Se trata de un fenómeno intangible que viaja en el corazón mismo de la historia del film, es su fuego.
Por eso decimos que hacer cine también es una forma poderosa de iniciar conversaciones. Jayro Bustamante lo tiene claro, lo siente profundamente y posee un talento fuera de lo común para lograrlo.
El reconocido cineasta guatemalteco ha llegado a públicos numerosos y diversos en todo el mundo, provocando un impacto que resuena sin cesar. Primero lo logró con Ixcanul, la producción que abrió al arte cinematográfico guatemalteco puertas nuevas y colocó al país en escenarios que nunca había pisado.
Temblores, su nueva y muy esperada producción, llegó al espacio internacional del cine con presencia grande. La temática, la excelencia en la producción y sus magníficas actuaciones, han sido laureadas y aplaudidas una y otra vez. En Europa, Canadá, Estados Unidos, Asia, incluso en Australia, Temblores ha conmovido tanto a conocedores como al público cotidiano.
Bustamante y su equipo de La Casa de Producción, vuelven con la originalidad que conocimos en su producción anterior, para ofrecernos un argumento trascendental. Veremos de nuevo, por supuesto, la particular belleza que imprime a sus películas. Llega con realidades, inconvenientes en la superficie de lo políticamente correcto, que dan inicio a una nueva conversación. El reparto, de primer orden, construye con sus actuaciones una historia de la que ninguna persona saldrá inmune.
Ambientada en el país, o en cualquier país de Latinoamérica, en una época que no termina de suceder, Temblores cuenta la historia de un amor, un amor a destiempo en la vida del protagonista, un amor desordenado y verdadero que lo lleva a un encuentro con su esencia y una serie de desencuentros que pondrá a la audiencia a temblar. La relación provoca cismas y sismos en el seno de una familia ceñida al rigor mutilante de la convención.
Temblores es una celebración al buen cine por la calidad de su fotografía, del guion y por el magnífico trabajo de dirección. Más allá de los aspectos artísticos, resulta una historia fundamental que rompe el silencio a través de contrastes que, sutilmente, encontramos en los cimientos del argumento, en los detalles de las escenas, en la iluminación y se consolida en el perfil de cada personaje.
Las escenas, fieles a la verdad de su contexto, son solo parte de su magia. La historia y la forma en la que Jayro Bustamante la cuenta, convierte a Temblores en un llamado universal. El inicio de una reflexión que algunos hemos sostenido y que muchos, a toda costa, quieren evitar.
Después de haber trotado las pantallas del mundo con apabullante éxito, Temblores llega finalmente al público de Guatemala. Esta semana se estrena en las principales salas de cine, no se la pierdan.
Como guatemaltecos, es ocasión para celebrar nuestro arte cinematográfico. Como seres humanos, es ocasión para participar en una conversación abierta, nueva e indispensable, con miras a la evolución.
Temblores ha obtenido muchos premios internacionales:
- Mejor largometraje centroamericano en el Festival Internacional de cine en Costa Rica.
- Mejor Fotografía en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, Film Fest México.
- Premio del Público en el Festival de Cine Latinoamericano en Toulouse.
- Cineasta Emergente en el Festival Internacional de Cine de Minneapolis-Saint Paul.
- Mejor Guion por la Fondation Gan pour le Cinéma.
- Rail Dóc en el Festival Latinoamericano de Toulouse.
Su protagonista, Juan Pablo Olyslager, obtuvo también el premio a mejor actor en el OUTFEST de Los Ángeles, California.