Silbidos, miradas, palabras obscenas, manos que tocan ¿acoso callejero, te ha pasado? imagen

Caminar por las calles o simplemente esperar un bus, se han convertido en los principales riesgos para ser víctimas de acoso, ¿te ha pasado?

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Escuchar silbidos, besos y palabras obscenas,  observar miradas lascivas, gestos y hasta ser tocadas, son las formas de acoso callejero más comunes que a diario viven miles de mujeres en las calles de Guatemala, incluso también algunos hombres. Caminar o simplemente esperar un bus, se han convertido en los principales lugares para ser víctimas de acoso, ¿te ha pasado? 

Fernanda de 23 años trabaja y estudia. Comenta que su principal ilusión es llegar a ser una excelente diseñadora gráfica, sin embargo el principal obstáculo que tiene que vencer todos los días no tiene que ver con su empleo o la universidad, sino con el hecho de tener que salir a la calle y esperar el transporte que la lleva hacia su destino en una parada. Cuando sale de su oficina vuelve a sufrir el calvario, comenta, ya que debe caminar varias cuadras para llegar hasta donde toma el bus que la lleva a la U.

“Me molesta mucho que los hombres sean tan abusivos, le dicen a uno cosas feas, le hacen señas y en mi caso hasta me han pasado tocando las… en las paradas y nadie se mete”, comenta Fernanda.

Para Saraí, de 21 años, quien trabaja en un restaurante de comida rápida, el acoso callejero se ha convertido en su principal temor de cada día. “Cada vez que veo dos hombres que caminan y se acercan hacia mí me da tanto miedo, preferiría que me asaltaran antes que me tocaran”, indica, ya que en varias ocasiones ha sido víctima del abuso de hombres que van en pareja y que no solo le dicen palabras obscenas, sino que también la han tocado.

Otras mujeres como Mónica de 26 años, quien es madre soltera, dice que en su oficina, varias de sus compañeras se las ingenian para no salir nunca solas. “A veces tenemos que ir a hacer pagos, comprar el almuerzo o simplemente ir a traer el carro al parqueo, pero al final ignoramos cualquier cosa que nos digan y hemos visto que en grupo es más difícil que intenten hacernos algo”, agrega. 




“Hace ya un año que pasó, pero todavía me causa molestia. Iba caminando cuando, de repente, vi a dos chicos que iban en una moto, el que iba atrás me pasó dando una nalgada. Fue tan horrible, que no quisiera que a nadie más le ocurra…”, comenta Laura, quien alzó su voz en el portal del Observatorio Contra el Acoso Callejero Guatemala (OCACGT).

Como ella son varias las jóvenes que han expresado su malestar en el observatorio, el cual recopiló información por medio de encuestas sobre el acoso en Guatemala, con el objetivo de identificar no solo los perfiles de los acosadores, sino también conocer la magnitud del problema e identificar áreas de riesgo.

¿Una organización que trabaja CONTRA el acoso callejero?



LOS HOMBRES TAMBIÉN SUFREN

Según  la OCACGT, las zonas donde se reportan más casos de acoso callejero son: 1, 9, 10 y 12, mientras que un 95% de los acosadores son hombres y el 5% restante, mujeres.

Encontrar el testimonio de un hombre víctima de acoso callejero no fue tan difícil como pensaba. Christian de 22 años es estudiante de primer año de la Universidad de San Carlos y comenta que en las paradas de buses, adentro de éstos y en lugares muy concurridos ha sido objeto de acoso. “A mí me daba risa al principio que me dijeran cosas en la calle, de repente algunas chavas que pasaban me tiraban besos, pero después algunas hasta me tocaban, por lo que creo que eso no es normal y no importa el género de la persona, creo que no es correcto que esto pase”, comenta.





Es por ello que el observatorio también hace énfasis en la necesidad de fomentar el respeto a la dignidad e integridad de las personas, para que no sean tratadas como objetos sexuales, así como a la importancia de denunciar estos hechos y tener pruebas, ya que sin éstas, las instancias a cargo no pueden darles trámite, indica Hilda Morales, procuradora adjunta de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH).

“Este es un problema al que se le debe prestar la atención debida y que por nada debe justificarse con el argumento de que las mujeres lo provocan con su conducta o forma de vestir”, agrega Morales. 

Expresa que es muy diferente decirle un piropo a una mujer que generarle malestar, inestabilidad, angustia, indignación, miedo e incluso agredir su integridad física. Según Morales este es problema recurrente en las calles, paradas de buses, parques y sobre todo en el interior de las unidades de transporte.

“La PDH cuenta con un registro acerca de varios casos de acoso sexual, en los que las instituciones involucradas en el tema brindan el apoyo, sin embargo, se evidencia la necesidad de dar acompañamiento a las víctimas para iniciar un proceso en los tribunales”, indica.

Actualmente la procuraduría trabaja en sensibilizar a personal de la policías Nacional Civil (PNC), Policía Municipal de Tránsito (PMT), así como de las fiscalías del Ministerio Público (MP) de Villa Nueva y Guatemala, ya que son las áreas donde se reportan más denuncias de acoso sexual y apoya a la capacitación de los operadores de justicia. 

El acoso callejero es considerado una forma de acoso sexual, y tú ¿qué opinas? 

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