La criminalidad en el país ha alcanzado niveles muchas veces inimaginables en el pasado reciente, tanto a nivel urbano como rural. Los medios de comunicación reportan desde varias perspectivas lo que acontece en el país y en la mayoría de los casos subrayan hechos llevados a cabo con violencia y saña. El porqué ocurre esto puede interpretarse como mensajes del crimen. Es decir, todo hecho que conlleve establecer un clima social de miedo, terror, zozobra e inseguridad.
Las amenazas escritas hechas llegar a las personas, ya sea como parte de extorsión, intimidación o amedrentamiento juegan con el estado físico y emocional de las víctimas. El uso familiar de expresiones como, “te vas a morir”, “cuídate, hermano”, “ya sabemos dónde vivís” o “cuida a tu familia” significa un inexistente nexo de cercanía y amistad entre perpetrador y víctima. ¿Cómo se reacciona normalmente? Primero, con sorpresa; luego, con miedo y finalmente con la desesperación de qué acción tomar para contrarrestar un peligro inminente. Se siente miedo de lo desconocido, de lo no palpable, de lo impredecible. Estos son algunos puntos importantes para saber leer los mensajes enviados:
El lenguaje
El uso de lenguaje vulgar dirigido hacia la víctima o familiares persigue menospreciar la vida humana, el estatus social –sea cual sea–; o bien el sentir envidia de una certeza familiar, del no poder acceder a lo que la otra persona posee. Es difícil de imaginar y luego de interpretar que los crímenes se cometen por el simple hecho de realizarlos. Con las amenazas se busca minimizar lo mucho o poco que se pueda poseer, tanto en bienes materiales como en valores morales. La vida es lo más preciado que se tiene y por lo tanto se ataca lo que no se tiene, lo que es difícil de alcanzar por los medios convencionales, legales y éticamente aceptables.
Los disparos
Cuando se atenta contra la vida de forma violenta debe de analizarse cómo se llevó a cabo, cuántos disparos terminaron con la existencia de una víctima. La ubicación en las áreas corporales denota la intención del perpetrador, la precisión con la que fueron realizados y sobre todo el desapego y la impunidad que llevaron a su realización.
El horario
El lugar y el horario en los fue realizado el crimen también son vitales: si es en horario diurno/vespertino demuestra la libertad de poder realizarlo sin remordimiento o sentimiento de culpa de ser descubierto, filmado, identificado o (peor aun) generar terror al definirse como asesino a plena luz del día. Ahora bien, si es realizado en horario nocturno, con la ausencia de luz, podría interpretarse como el poder realizar hechos criminales de forma anónima, particular, mayormente dirigida a personas que regresan a sus hogares y que amparándose en la confusión y cantidad de personas pueden seguir delinquiendo sin ser atrapados o reconocidos. Son la inmunidad y la impunidad en una combinación perversa de cobardía.
La deposición de restos corporales
Seccionados y abandonados en bolsas plásticas de colores, mayormente negras, representa el desprecio a la vida, el tratar al cuerpo humano como desecho que debe de manipularse como basura, como algo inanimado, sin valor, sin vida útil. Se ha descrito que denota territorio y poder el abandono de restos humanos. Es cierto, a esto se puede agregar que muestra que es algo que se disfruta. Genera placer el disponer de una vida humana, tanto que se secciona y abandona luego de haber sido ultrajada, utilizada, vejada. Es ejercer el poder de disponer quién vive y quién muere.
Las grafías
Tanto en documentos como en el cuerpo de las víctimas, encierran muchos significados ya que quien las realiza se toma el tiempo, la disposición, la paciencia, la ventaja y la alevosía de querer enviar mensajes de poder y sumisión hacia un grupo en particular: hacia niños, por su situación de indefensión; a mujeres, por el hecho de serlo; a hombres por la idea de ejercer poder sobre otro y en ancianos por negarse a colaborar en hechos criminales.
Factores patológicos
Y situaciones de falso poder han contribuido para que mensajes sean localizados en hojas de papel, paredes de instituciones municipales, anversos de órdenes judiciales de traslado de privados de libertad, reversos de citaciones del Ministerio Público y en torsos desnudos con vejámenes difíciles de describir y entender. Esto con el fin de influir negativamente en el pensamiento colectivo de una sociedad sufrida, como la guatemalteca.
BLOG DEL CRIMEN: POR FEDERICO REYES
Doctor en reconstrucción facial por la universidad de Glasgow, Escocia. Catedrático del curso de análisis criminal y pensamiento lateral en Unversity College London, Inglaterra. Asesor para MP, INACIF, PNC y Naciones Unidas
