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Gabriel terminó la carrera en un abrir y cerrar de ojos. No recuerda tanto el camino, ni el tiempo, ni siquiera el caluroso dolor en el muslo por haber corrido 20 kilómetros. Cruzó la línea de la meta y se dio cuenta de que no había pensado, no había sufrido y no había estado preocupado por lograrlo o no. Se había vuelto uno con sus pies, lo único que importaba era el siguiente paso, el impulso del pie trasero, la respiración. Llevar al máximo sus habilidades físicas lo había llevado a un estado que nunca había sentido. ¿Cómo lo hacía de nuevo?

El flow o flujo ha sido descrito como un estado en el que estamos tan involucrados en una actividad, que perdemos la noción del tiempo, olvidamos momentáneamente los problemas y preocupaciones, entregándonos a lo que hacemos. Sucede cuando nos encontramos tan absortos en una actividad, que todo lo demás desaparece, el tiempo vuela y no nos importa el resultado, la actividad trae placer en sí misma. Nos sentimos listos para superar retos y cumplir objetivos. ¿Les ha pasado?

Las actividades que nos permiten entrar en este estado son las que requieren esfuerzo de algún tipo y tiempo, por las que no necesitamos ningún tipo de reconocimiento, nos movemos como por inercia. Cuando entramos en flow, nunca nos damos cuenta de que estamos allí, sino hasta que la experiencia se acaba. Si estás pensando en entrar en flow, probablemente al momento de tener esos pensamientos, ya no estés allí.

El flow tiene ocho parámetros necesarios:

  • Unión: nos hace unirnos a la actividad, hasta el punto en que somos parte de ella, no hay diferencia entre nosotros y lo que hacemos.
  • Concentración: la concentración es absoluta y no requiere esfuerzo, la energía fluye sin obstáculos.
  • Control: se da una ausencia total de preocupaciones, la persona siente que domina y controla la situación.
  • Pérdida de conciencia: no se evalúa ni analiza, la consciencia se duerme, no estamos pensando mientras actuamos
  • Distorsión del sentido temporal: se distorsiona la conciencia del paso del tiempo, puede parecer más rápido o más lento.
  • Valor de la experiencia por sí misma: la actividad se lleva a cabo sin que pensemos en los resultados o beneficios que nos trae.
  • Valor de las habilidades o fortalezas personales: nos obliga a utilizar habilidades personales, desafía las fortalezas que tenemos.
  • Metas y retroalimentación: la actividad se dirige a alcanzar un objetivo o una meta, la retroalimentación es inmediata, sabemos lo que estamos logrando en el momento que lo logramos.

Se ha estudiado que las experiencias repetidas de flow enriquecen nuestra personalidad, haciéndonos sentir cada vez en más control de nuestra conciencia. Nos permiten entrenar la atención para darnos cuenta de cosas que de otra forma pasarían inadvertidas. Cuando una persona organiza su consciencia para experimentar estados de flow con mayor frecuencia, aumenta su calidad de vida e incluso las actividades de la rutina diaria pueden volverse significativas.

A veces nos equivocamos y pensamos que los mejores momentos de la vida suceden cuando estamos tirados en el sillón, sin responsabilidades y aunque estos pueden ser placenteros, nada se compara a esos momentos en los que ponemos el cuerpo y la mente al límite. Solo podemos entrar en flow cuando estamos haciendo algo, pues cuando no hay nada externo que demande nuestra atención, la mente se dispersa, vaga de un lado a otro y empezamos a tratar de distraernos para engañar nuestra atención. La clave para aprender a disfrutar del tiempo libre es encontrar actividades que demanden nuestras habilidades, que nos reten, nos desafíen y nos hagan crecer. Procuremos buscar todo aquello que haga que se nos olvide el mundo, las preocupaciones y el estrés. Practiquémoslo y volvámoslo parte de nuestro día a día. ¿Qué es aquello por lo que dejas de revisar tu celular? ¿Eso que te permite desconectarte de la larga lista de quehaceres?

En un mundo en donde todo es acelerado, en donde parece que el tiempo nunca alcanza y le hacen falta más horas al día, necesitamos encontrar aquello que nos permita escapar. Eso que de alguna forma le da un sentido a todo lo demás, nos permite sentir que todavía existe tiempo para nosotros, para crecer y desarrollarnos. Aquello que nos hace sentir como si sin importar lo que suceda en el día a día, siempre vamos a tener ese lugar y ese lugar siempre va a ser nuestro. 

Y tú, ¿cuándo logras entrar en flow?

“Encuentra eso que hace que todo lo demás desaparezca y no lo dejes ir”.

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