¿Cómo evaluarías tu temperamento digital de 1 a 10? La transformación digital empieza con algo tan sencillo como evaluarse y hacer preguntas.
La autoevaluación es la capacidad de los seres humanos de contemplar la naturaleza de su propio carácter, acciones y motivos.
Si bien la mayoría de las veces percibimos esta cualidad como personal, es muy relevante para los equipos de trabajo también.
En nuestro comportamiento digital, muy frecuentemente nos encontramos tentados a contestar emocionalmente a ese email, a responder ese tuit que parecía llevar veneno.
¿Te ha pasado que empiezas a escribir una respuesta airada, y antes de presionar “Enviar” o “Publicar”, lo piensas dos veces?
En la expresión de nuestra personalidad tanto en el mundo real como en el digital, un ejercicio sano es evaluar nuestro comportamiento, para eliminar lo que nos impide mejorar.
El lema de nuestra empresa es este “Estamos en beta permanente”, en otras palabras, estamos en un constante proceso de aprendizaje y mejoras.
Para avanzar en tu carrera profesional, esa introspección, esa autoevaluación es muy importante.
Si no tienes ese proceso de autoevaluación, es muy difícil que pueda haber lugar para la innovación.
Como dice un adagio conocido: “sólo puedes mejorar lo que puedes medir”.
Por eso el proceso de cuestionarse, autoevaluarse, es el inicio de la transformación.
Autoevaluación y Transformación Digital
Para las empresas que quieren avanzar, esta cultura de autoevaluación, es un proceso que puede ser el punto de partida para la transformación digital.
El autor Ray Wang describe este proceso como pensamiento de diseño, o design thinking.
Este concepto se remonta a un principio fundamental en los negocios – poner a los clientes en primer lugar.
Pero hacerlo en serio, no sólo como una bonita frase que aparece en la Misión y Visión de tu sitio web.
Uno de los principios del design thinking es que, las empresas pueden reestructurar lo que ofrecen, pueden incluso rediseñar su modelo de negocio, si se tiene un claro entendimiento de cuáles son las necesidades que el cliente está sufriendo hoy.
¿Y cómo podemos llegar a conocer cuáles son las necesidades de la gente que confía en nosotros?
Mediante los datos.
Por eso, no tiene mucho sentido que Starbucks acaba de anunciar que cerrará su tienda online.
Sin una presencia online ¿Cómo puedes conocer el comportamiento digital de tu audiencia?
Pero esta avalancha de transformación digital, no debe hacernos perder el norte en la calidad de nuestro servicio al cliente.
Y “servicio al cliente” no es un departamento. Es la percepción que le construyes a tus clientes, con la forma en que interactúas con ellos.
Recuerdo que una vez oí a un director creativo gritarle a su cliente. ¡Gritarle a su cliente! Era inimaginable lo que ocurrió esa vez. Y fue un milagro que el cliente no se fuera.
Pero el inicio de la transformación digital se podría resumir con una idea simple:
¿Te preocupa no tener todas las respuestas?
La buena noticia es que el inicio de la transformación digital tiene que ver más con las preguntas que la gente está haciendo que con tu capacidad de dar una respuesta.
Pregunta. Cuestionate, autoevalúate. No des por hecho que lo sabes todo. No asumas que conoces a tus clientes.
Te sorprenderás de lo que aprenderás, si tan sólo te atreves a empezar a preguntar.