El cine y la música tienen una relación indisoluble. No imagino un filme sin un buen soundtrack. La capacidad de la melodía dicta el impacto de las imágenes, les da ritmo, para luego llevarlas a un clímax visual. En mi lista de directores que admiro, por su impecable manejo y selección de música, el puesto No.1 lo ocupa el americano originario de Akron, Ohio U.S.A. Jim Jarmusch.
Autor de varias de mis películas favoritas como: Stranger Than Paradise, Coffee & Cigarrettes, Only Lovers Left Alive y las más recientes Paterson y Gimme Danger. Son un hermoso tributo a la poesía y a la transgresión. Entre otras cosas. Si algo admiro de Jarmusch, es que se ha mantenido fiel a la visión de su trabajo. No ha comprometido ni una pulgada de él.
Con los años, y desde su trinchera independiente, se ha resistido a las múltiples formas de seducción de la máquina de falsas promesas Hollywoodense. Su talento no se limita a contar historias de personajes extraños, que se mueven de un lugar a otro constantemente, buscando algo o buscándose a ellos mismos en los rincones más oscuros del alma. Un iconoclasta y estandarte vigente de las road movies. Jarmusch junto con Carter Logan y Jozef van Wissem, conforman la banda neoyorkina de art noise avant garde y rock experimental SQÜRL.
Todos esos elementos tan dispersos pero unidos en un collage de loops, feedback, guitarras rotas, grabaciones antiguas y canciones de country -a veces muy tristes- son barnizados por una atmósfera etérea que nos traslada a paisajes bastante raros. Como si fueran sacados de una pintura surrealista de Paul Nash. Al principio podría ser extraño para el oído incauto. El minimalismo de sus estructuras musicales ciertamente lo toman a uno por sorpresa. Recostarse y cerrar los ojos mientras suena uno de sus discos más recientes Last Music Before Vanishing hace totalmente honor a su título.
Uno podría jurar que luego de los primeros 5 minutos se accede a una especie de coma musical, uno en el que finalmente nos elevamos hacia otra dimensión, donde todas nuestras preguntas son: ¿Qué diablos somos? ¿Cuál es la razón de seguir en este lugar? ¿Hay vida inteligente en otras galaxias? o ¿Es ésta neblina musical nuestro último destino? Y estoy seguro, sin duda alguna, que nos serán resueltas.
Yo esperaría encontrarme con Jarmusch y su melena plateada, sus gafas oscuras y su chaqueta de cuero (resplandeciendo como si estuviera en presencia del mismísimo Hanuman, la deidad musical hindú), en un nirvana sonoro. Lo vería tocando en su guitarra, acordes psicodélicos que son los que poco a poco iluminan mi cabeza y sentidos. Y sin decir una palabra, los patrones universales se van revelando en un paneo cósmico que develaría una a una esas respuestas contenidas en esa bruma misteriosa.
SQÜRL, más que una banda de música, diría que es un estado de trance. Al escuchar composiciones tipo Drone-Rock como MassExtinction#6 siento que es como una especie de coqueteo con la extinción de nuestra raza, pero como la conocemos, es un sello secreto, que se abre para darnos la bienvenida al fin. El el aura que nos acompaña a ese espacio imaginario, a esa interzona. La música de SQÜRL nos permitirá atravesar ese poro de partículas opuestas en donde nuestro consciente y subconsciente luchan por la no-conquista. Y en la travesía de ese viaje interno, el efecto de retardo de sus guitarras junto con todos esos sonidos alucinógenos y cada retumbo de la batería, nos guiarán en nuestra marcha colectiva a la orilla del precipicio.
Para Escuchar: In A Lonely Place, Man Ray’s Girlfriend, MassExtinction#6, Wind Across The Everglades, Pink Dust, Dead Naked Hippies, Purple Dust, I’m So Lonesome I Could Cry.
BLOG LOS PACTOS SECRETOS, POR ÁLVARO SÁNCHEZ
“Álvaro es un melómano del underground mundial. Si antes invocaba al diablo e invitaba a bailar frente a un tribunal inquisidor, ahora escribirá metáforas distintas, pero con la misma intensidad, él vendió su alma por la música”.