Cuando tengas miedo, cuando algo te duela, cuando necesites gritar… no olvides que tienes voz. No dejes se apague, como me pasó hace tiempo, cuando perdí la voz.
*****
Un día amanecí sin voz. Una mañana, cuando intenté saludar al mundo, no escuché más que el silencio saliendo de mi boca. Luego traté de decir algo, y solo escuché el aire vibrando en mi interior. Quise gritar, pedir ayuda, hacer preguntas… pero ante el silencio que golpeaba mi garganta, entendí que mi voz se había ido. Y me asusté. Y sufrí.
Había vivido acostumbrada a mi voz y había creído que la tendría a mi lado para siempre. No podía entender por qué se había ido. Mi voz, que caminaba delante de mí abriendo paso; mi voz, que me seguía a todas partes, como mi sombra; de un momento a otro dejó de estar allí. Y me quedé con palabras sin decir, con preguntas sin hacer, con historias sin contar.
¿A dónde se fue mi voz, ahora que más la necesito? ¿Cómo gritar ahora? ¿Y cómo reír? ¿Será que al quedarme sin voz, me quedo sin mi esencia? Quizás no la aprecié como se merecía, quizás abusé de ella, o tal vez la cubrí con silencios cuando debí dejarla en libertad. Hoy que se ha ido, mis lágrimas no dejan de rodar. Sollozos silenciosos, llanto sin voz.
Grito y siento el aire vibrando en mi garganta…pero no logro articular palabras, y no encuentro mi voz. Nunca imaginé sentir nostalgia por las palabras suspendidas en el aire, por las frases sin terminar.
Todo empezó sin aviso… o con un aviso muy sutil. Yo, que hablaba hasta por los codos; yo, que siempre elegía hablar ante callar; yo, que sacaba todo lo que tenía adentro y lo decía, lo contaba, lo compartía…empecé a callar. Tuve miedo de decir, de mostrar, de gritar.
¿Quién me oía? ¿Para qué hablar y buscar dentro de mí la palabra perfecta, si nadie la recordaría? ¿Para qué formar frases llenas de sentido y de música, si había que repetirlas porque parecían alcanzar oídos sordos? Dejé de contar historias, de expresar sentimientos, de desnudar mi alma.
Oraciones se transformaron en frases … frases en palabras… y palabras en monosílabos. Aprendí a hablar como un telegrama. Mi dialogo perdió la vida, mis palabras perdieron la fuerza, y en el camino perdí la voz, y ¿quizás mi esencia?
Quiero recuperar mi voz. Necesito a alguien que me escuche, a alguien me valide, a alguien que me vea como soy. Si nadie sabe lo que pienso, si nadie sabe lo que soy, ¿sigo existiendo? ¿Dónde vivo sino es en los demás? ¿Dónde esta mi voz si nadie la escucha?
*****