Muerto Arzú ¿Sobrevivirá el unionismo? imagen

Murió el único líder legítimo del unionismo, el responsable de que el partido no desapareciera y con su deceso el partido del ex jefe edil podría languidecer

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

No emitiré juicio alguno respecto a mi visión de la trayectoria política del difunto alcalde Álvaro Arzú Irigoyen, lo he expresado y lo reitero: lo que tenía que decir del controversial líder lo hice cuando estaba vivo. No me quedé con nada, lo expuse desde las páginas de diferentes periódicos y desde luego desde este espacio.

Lo cierto es que, independientemente de las opiniones encontradas y confrontadas entre seguidores y detractores, Arzú Irigoyen era un líder legítimo y el bastión del unionismo. El responsable de tener con vida a un partido que vino de más a menos.

Evidentemente el ex alcalde tuvo un apoyo masivo, durante cuatro periodos consecutivos, del electorado citadino, pero nunca encontró la fórmula para que ese voto fiel y duro, fuera también trasladado a sus candidatos presidenciales, vicepresidenciales y los aspirantes a las diputaciones del Congreso de la República.

Álvaro Arzú ganó la última elección a la alcaldía citadina con 269 mil 169 sufragios válidos, más del 50 por ciento del total de votos. Con números espectaculares y gracias a una alianza partidaria con Creo, el único que había estado cerca de competir por la vara edilicia frente a la candidatura de Arzú, el líder del unionismo ganó con contundencia.

La fortuna de su candidato a la presidencia y otrora competidor por la comuna capitalina Roberto González obtuvo, a nivel república 168 mil 715 votos, un 3.45 por ciento de los sufragios válidos, 100 mil menos que los obtenidos por Arzú solo en la capital.

El Unionismo había languidecido en 2011, casi hasta morir, cuando el jefe edil tomó la desafortunada decisión de impulsar a su esposa, Patricia Escobar de Arzú como candidata a la primera magistratura, con un discurso carente de ideas políticas y más bien fundado ideas religiosos, la candidata obtuvo la irrisoria cantidad de poco más de 96 mil votos, un 2.19 por ciento.

Durante esa elección el unionismo obtuvo una sola diputación y quedó muy lejos de los siete curules ganados en las campañas 2003 y 2007.

La jugada por la supervivencia 

Ante ello el hábil Arzú hizo un movimiento estratégico digno de caballo en tablero de Ajedrez: se alió con el partido de su más importante competidor por la alcaldía, Roberto González de Creo y aprovechó el caudal de votos de esa agrupación, percibida como una de derecha moderada, con un desgaste en el Congreso más bien manejable y leve.

En ese contexto Arzú ganó sin problemas la alcaldía y la coalición de ambos partidos obtuvo 5 escaños en Legislativo, lo que aseguró la subsistencia del Unionismo.

Muchos analistas políticos coinciden que el apoyo de Arzú a la desgastada presidencia de Morales, fueron determinantes para que Álvaro Arzú Escobar, hijo del jefe edil llegara a la presidencia del Congreso.

El Unionismo aún con Arzú había dado señales de languidecer hasta casi morir en 2011, cuando estuvo muy cerca de desaparecer, el legítimo líder unionista había encontrado la forma de mejorar los números de esa agrupación en la contienda 2015.

Lo cierto es que el unionismo está ahora huérfano y la única esperanza de no morir recaerá en el actual presidente del Congreso, Arzú Escobar, quien dista mucho de tener el temple, carácter políticos y aceptación de su difunto progenitor.

En ese contexto la pregunta que debemos plantearnos es ¿Sobrevivirá el unionismo sin su único líder? Mi vaticinio es que dicha agrupación está condenada a desaparecer en año y medio. Y Usted ¿Qué piensa?

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