Muere Tom Petty el rockero de los desvalidos imagen

La muerte tocó su puerta. Agarró sus maletas. Tom se puso su sombrero de copa morada y guitarra Rickenbacker en mano, subió a la limusina rumbo al desierto a despedirse de la américa que tanto quiso.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Un rebelde que nació en los suburbios de Florida de los 50. En una familia perfecta de un comercial de televisión de los EEUU. Nos dejó así nada más a los 66 años. Primero nos llegó el susto de su muerte, después el anuncio que estaba en coma. Fue un momento que todos aprovechamos para despedirnos para recordarlo escuchando sus canciones y encender la esperanza. Al poco tiempo falleció. Así nos dejó. Todavía nos dio tiempo a despedirnos de él y cuesta creer que nos ha dejado.

Con aquella sabiduría en defensa al desvalido y al que nunca encaja, Petty encontró belleza el la América desabrida y “redneck”. Le cantó a las americanas color papel de ojos azules y verdes que no salen de su suburbio pero que, soñadoras ellas, añoran una vida en otra parte del mundo. Se paraba frente a la inmensidad de lo inevitable y tenía el valor de decir “no me rendiré”.

Tom era un chico simple que siempre supo que haría música. Conocido a Elvis Presley a los 10 años y esa fue la señal divina que necesitaba para confirmar que su sueño de ser músico se cumpliría. Algo así como la historia de la cenicienta de salir de la nada y convertirse en una estrella de rock; la mejor historia. Salir de la nada era muy importante para él. Era donde se forjaba la dignidad, con una verdad de concreto, sin nada qué perder, que no se compra, integra. Estaba muy orgulloso de esa dignidad que muchos tiran o venden. Era su medalla de honor y jamás se la quitó del pecho.




Petty sabía que tenía que encausar su voz hacia ello. Contar las historias de los olvidados, de los que escogen de último en los partidos. El heróico siempre será inmortalizado en una canción de Tom, hombre o mujer. Cuántas canciones no hizo sobre desamor, chicas del sur enamoradas de Elvis y en busca del amor perfecto.

Sus acordes eran simples y en ningún momento pretendió ser más o menos.Se respira mucha vida aún en sus canciones más tristes. Learning To Fly es un tratado de sueños. De volar con el espíritu, sin alas, de nunca estar preso de la vida. Tom tenía una voz muy parecida a la de Bob Dylan solo que melodiosa y agradable aunque su gaznido era más dulce. The Heartbreakers su banda era algo como The Byrds con toques de Rolling Stones. Él aportaba la sabiduría Dylanesca con sabor a clase media.

Cuando la radio pone algo bueno

El primer encuentro con Tom fue en radio. Una canción divertida y un tanto macabra. Mary Jane’s Last Dance era divertida tierna.Con una bella Kim Bassinger.La fantasía del forever alone, perversa e incomprendida y por ratos hilarante. La canción era un rock country que me cautivó con su riff. Había visto los videos de Petty de los 80 pero se me hacían fatales, muy coloridos y de mal gusto. 



Tom también estuvo en una superbanda. La más grande de todas con Bob Dylan, George Harrison, Jeff Lyne y Roy Orbison. Se hacían llamar los Traveling Wilburis. Poco duró la banda hasta que Roy murió. Los rastros de Petty llegaban hasta una película que vi. Una “chick flick” llamada She’s The One con Jennifer Aniston, Cameron Diaz, Edward Burns. El soundtrack era producido por Petty; el sencillo era I Won’t Back Down.

Las canciones de Petty siguieron rondando en mi órbita con Refugee, American Girl que sale en incontables series de televisión, Learning to Fly, Free Fallin y la grandiosa Into the Great Wide Open así como la trepidante Running Down the Dream. 




Las canciones de los 80 se me hacen un poco difícil por ese latigazo New Wave, una moda típica de los 80 que es difícil de dirigir para mí. Pero por ejemplo Breakdown tiene un guiño a los comienzos de Springsteen y es fantástica. El primer disco que compre fue su Greatest Hits porque no había muchos discos de Petty en las disqueras nacionales. 

Mojo fue un disco que escuché mucho. Me impactó su conocimiento de blues, la vitalidad y su actualidad. Es un gran disco con mucho sentido del humor y con historias fantásticas. Me falta escuchar más de Petty y no debe llegar la muerte para realmente conocer y valorar el trabajo de un artista. 

Hasta siempre Tom. Sigue volando sin alas.

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