El Ministerio de Relaciones Exteriores de mi Guate reclamó al periódico mexicano El Heraldo por una caricatura que publicó y que considera discriminatoria contra los pueblos indígenas. Por su parte, Codisra considera tomar acciones legales.
Fuente: Prensa Libre
La caricatura representa a Javier Duarte (el ex PRI capturado en Panajachel por haber hecho un montón de cosas turbias cuando fue gobernador de Veracruz) disfrazado de Rigoberta Menchú. (La otra opción es que Javier Duarte no esté disfrazado de Menchú sino de cualquier mujer indígena guatemalteca y que para referencia Alarcón solo gugleó “Rigoberta Menchú” y supuso que así, con todo y medallón, visten todas las mujeres indígenas de Guatemala. Eso sería HILARANTE. Y mal. Pero más que todo hilarante).
Lo que cuenta la viñeta es que Peña Nieto no vino a reunirse con Jimmy Morales para realizar actos presidenciales y crear perfiles falsos femeninos, con los cuales comentar en las fotos de Justin Trudeau en las redes sociales: “Justing Trudei es un poco guapo pero no tanto como Enrique Peña Nieto y Jimmy Morales, mis presidentes favoritos. Si hubieran tazos de presidentes, Enrique Peña Nieto y Jimmy Morales serían hologramas y Justing Trudel no. Truder saldría acompañado de otro presidente como las estampitas de los jugadores de Corea en los álbumes del Mundial. Si yo fuera la chava de Crepúsculo, quisiera que Enrique Peña Nieto fuera Edward el vampiro y Jimmy Morales fuera el que se convierte en lobo. Los dos serían mis novios. Justin Trudegui solo sería un chavo normal que no se convierte en nada y que me dice que le gusto pero yo nunca le hago caso pues ya tengo dos novios jajajajjj”. Nel, EPN en realidad vino a llevar a cabo el plan de disfrazar a Javier Duarte de la doctora Rigoberta Menchú y así despistar a las autoridades locales para luego extraerlo y ubicarlo cómodamente en su casa, lejos de la ley.
Por supuesto, ese es un plan que solo un idiota emprendería—ese es el punto del chiste—y como muchos planes llevados a cabo por idiotas, tuvo éxito.
La viñeta tiene un segundo chiste. Angélica Rivera “La Gaviota”, que el caricaturista retrata literalmente como una gaviota, no solo nunca se da cuenta que “Rigoberta Menchú” es Javier Duarte (porque según el chiste es tonta) sino que por su traje asume que está allí para hacer la limpieza (porque según el chiste es racista).
Entonces la chingadera va para Peña Nieto y aún un cachito más para La Gaviota.
Pienso que el chiste de Alarcón no es nítido. Primero, porque la historia, con su doble tuist, es muy complicada para una sola viñeta. Segundo, porque el gesto ofendido del personaje al escuchar la suposición racista de La Gaviota solo tendría lógica si de verdá fuera Rigoberta Menchú, y no Javier Duarte.
Pero aunque el chiste no es eficiente, tampoco creo que sea racista. O al menos no lo suficientemente racista como para que la Codisra esté considerando poner demandas y la cancillería ande condenando a El Heraldo a través de cursis comunicados, igual que la vez en que nuestro Gobierno le exigió disculpas a David Faitelson por decir que nuestra mala selección de futbol era mala, algo que hicieron ver como si hubieran descubierto a Faitelson haciéndole el amor al cráneo de Justo Rufino Barrios sobre una alfombra confeccionada con plumas de quetzal y frente a una chimenea cuyas llamas alimenta con los restos de la primer marimba maya, la cual desmembró usando sus propias manos de hombre.
Además, les recuerdo que este es nuestro presidente:
