Messi es de los pocos jugadores, en la actualidad, que te hacen creer que todo es posible. Michael Jordan en la NBA, es otro. Después habría que debatir largo y tendido. Ayer tres goles fueron los que necesitó la Albiceleste para agarrar el boleto rumbo al Mundial de Rusia 2018 y quién más sino Leo para llevarlos. Ecuador coreaba su nombre. Presenciaron un milagro. Algo que pocas veces sucede. Será la historia de antes de dormir que los ecuatorianos le contarán a sus hijos. “Yo vi jugar a Messi. Nos ganó, qué partido”, dirán.
Las críticas hacia el jugador es algo por lo que todos los que se ponen la albiceleste sufren. Román Riquelme, Martín Palermo, El Burrito Ortega, el mismo Maradona y podemos revisar más. El argentino padece con su selección. A nosotros que nos gusta el futbol, padecemos con la selección argentina. Sobre todo cuando vemos a Leo jugar en el Barcelona y hace cualquier cantidad de piruetas para meter gol. Antes corría y se mataba en una carrera; ahora el olfato goleador le ubica solo para romperla. Ya está curtido. Pero ayer… Uy ayer.
A todos se les olvida que Ángel Di María le puso dos goles. Nadie se acordó de “el fideo”. Aún sostengo que si Di María no se hubiera lesionado en la semifinal en el mundial Brasil, Argentina hubiera sido el justo Campeón Mundial. El martes, también fue indiscutible la dependencia que tiene Argentina sobre Di María como el cerebro creativo y Messi como la leyenda viviente. Solos no alcanza a veces, juntos pues… al mundial. Las narraciones de los goles aprietan gargantas y hacen brotar lágrimas, como la de Maradona en México 86.
A pesar del pobre papel de Messi en la etapa de clasificación, me preocupa que Jorge Sampaoli no logre cuajar una fórmula que haga una Argentina arrolladora. Tiene sentados a Gonzalo Higuaín y Paulo Dybala, dos figuras valiosísimas. Le falta una defensa solidaria y más afinada. Cuando se desconcentra Argentina por “delirios de grandeza” es para asustarse. Falta afinar, apretar y exigir.
Un Barcelona incierto
Lo peor de todo es que la casa se le cae a Messi. Si Cataluña logra independizarse de España quién va a querer jugar en el Barcelona en una liga propia del país o que emigre a la Francesa que es la más próxima. La Liga perdería “a su segundo más preciado”. Es entonces cuando hay que tomar la decisión de irse de Barcelona. Leo tiene que entender que por muy loable que sea la independencia de Cataluña, el fútbol ya no sería una opción de peso en España.
La Liga perdería con Messi una figura que le dio tanta fama, fortuna y clase. Quién sabe si otros piensen irse. No culparía a Cristiano si se va del Madrid. Quién necesita estar en una liga conflictiva en un país tan dispar y revoltoso como España. Pues, entonces ahí está La Premier. Nada tan seguro como Inglaterra. Ahí se dedican a jugar no ha romperse “la madre” a tontas y locas, ancianos, mujeres, hombres, jóvenes y niños.
Manchester City se prepara
Lo cierto es que la oferta para Messi viene fuerte. Son 200 millones de euros que mucha falta le harán al Barcelona cuando se quede sin ningún jugador de peso. No creo que los culés se vayan a Francia, el Catalán es de mucho orgullo. Preferirían hundirse como el Titanic y contratarían a los mejores músicos. Pedirle limosna a la Liga Española… pfffff. Ni locos.
Además, en caso que suceda esto de la independencia, recordemos que es año de Mundial y todos los jugadores van a querer irse para el mercado de invierno, esto si hipotéticamente sucede. Yo no creo que pase. Rajoy va a probar sus mejores garrotes policiales sobre las cabezas de los catalanes. En caso que el clima social y político se ponga insufrible, las decisiones tendrán que ser prontas. Repito, a nadie le gusta vivir en un país con tanto demonio.
Si Messi decide irse ¿quién lo culpará?. ¿El catalán?, nadie se va a acordar de ellos después de la independencia. Se vienen días difíciles en España. El futbol sufrirá. Recordemos que éste es el último mundial que Messi participará con la albiceleste. La presión es alta. Messi debe levantar la Copa. El Barcelona no debe ser una excusa o impedimento. La historia y el futbol no se lo perdonará a los azulgranas. El barco se hunde. A reflexionar.