Por: Roberto Díaz.
Al parecer, para muchos en Guatemala hay una razón para sentirse indignado constantemente. El tráfico, el fútbol, Combate, etc. Hace poco se estrenó la película de La Mujer Maravilla que parece ser el éxito taquillero del año alrededor del mundo, aquí las redes explotaron e inundaron el ciberespacio con opiniones generales, ratings, críticas y no se hizo esperar ese porcentaje que se tomó muy en serio la ficción quejándose o haciendo comparaciones extrañas entre la amazonia con mujeres de la vida real.
El problema no radica en la comparación si no en el oprobio que ciertas personas sienten por la popularidad de esta figura femenina, algunos dirán que es una modelo a seguir y muchos satanizarán la fuerza, bondad y belleza que refleja. La popular imagen que enseña el descontento para con la súper-heroína es la de abajo:
Reitero que el asunto no es la comparación, más bien la razón de tal, porque resulta un tanto ridículo que una mujer fuerte, centrada en sus ideales y no en su aspecto sea comparada con una que simplemente es un personaje ficticio. Desde ahí se pueden sacar las conclusiones necesarias ya que hacer comparaciones de cosas y personas reales con el reino de la ficción no solo es absurdo si no infructuoso al final.
Hablando de mujeres reales, es mucho más preocupante la aparición de los nexos ilícitos de una figura política guatemalteca y la nueva razón de su extradición ¡Así es, la ex vicepresidenta del país no termina de sorprendernos! Ahora resulta que era Z y no me refiero a los extraterrestres de las caricaturas japonesas. Claramente la ahora desacreditada Baldetti tenía beneficios bilaterales con esta organización; parece que ella, después de haberse sentido La Mujer Maravilla, ahora todo le queda cuesta abajo y al pueblo solo nos queda decir llenos de dolor y sarcasmo ¡Qué “Maravilla” de mujer!