¿Cuándo fue la última vez que cuidaste de ti, que te reconociste ante el espejo y fuiste generosa con el nuevo cuerpo que tienes?
¿Cuándo fue la última vez que te viste y te gustaste?
¿Cuándo fue la última vez que propiciaste un espacio para verte y sentirte bien?
Hoy quiero invitarte a buscar espacios de autocuidado y reconexión con tu nueva versión. Reconoce hoy que esta nueva etapa te hacer ver no solo como la más bonita, sino la más feliz.
Hormonalmente la lactancia nos regala dosis altas de oxitocina, la hormona del amor, que propicia no solo felicidad, sino la impresión de bienestar constante. Si tú estás sintiendo lo contrario, habría que evaluar ¿qué te hace sentir mal?
Si estás pasando por un momento en el que te miras al espejo y no te sientes bonita, busca la belleza.
¿Pero, qué es belleza? Definir la belleza es muy subjetivo, pero si eres mamá te digo lo siguiente:
Eres bella con tu bebé en brazos.
Eres bella con ese traje de baño que muestra con estrillas lo que diste: vida.
Eres bella con esas ojeras que te permiten sonreírle a tu bebé, que te espera con los brazos abiertos después del trabajo.
Si eres bella para ti, lo serás para el resto del mundo.
La belleza debe venir de adentro para afuera porque si viene de afuera para adentro, algo podría salir mal.
Les cuento que después de mi segundo embarazo quedé con muchas libras de más, pero si evalúo con humildad y generosidad mi realidad, puedo decirles que en esta etapa de mi vida es cuando más feliz he sido, porque mi peso no define mi felicidad.
¿Que si quiero bajar de peso? ¡Claro que quiero! Pero no quiero hacerlo con dietas que afecten mi estado de ánimo y que generen ansiedad porque tengo alimentos “prohibidos” a mi alrededor.
Hace unas semanas recibí un taller de Mindful Eating, con Gabriela Cruz, en donde aprendí a escuchar y descifrar las necesidades de mi cuerpo.
Ahora te pregunto: