Me preguntaba un buen amigo este fin de semana caótico que si los millennials iban a manifestar. Era muy en son de broma porque casi siempre miramos las mismas caras en las manifestaciones, porque en los medios los adolescentes casi no figuran. Y porque solemos burlarnos de la etiqueta millennial todo el tiempo (en serio, el término me sabe a exclusión aquí en Guatemala) . Bueno, así en principio la conversación. Pero luego me puse a pensar en que no, en que eso no era cierto y que había que señalar lo obvio. Era solo que mi amigo y yo, ya lejanos de la adolescencia, divino tesoro, no vemos hacia atrás, a los inmediatos, al legado próximo, al principio de una generación que deberá tomar la batuta que nosotros no pudimos por nuestro letargo, nuestra inacción, nuestro placentero dormir.
Primero vi a Lenina en la televisión. A duras penas la conozco por la carrera de literatura en la Universidad de San Carlos. Pero no hay mejor sensación que ver de nuevo la manta de la Asociación de Estudiantes Universitarios “Oliverio Castañeda de León” marchando por la sexta avenida. Al fin alguien con determinación hablando en representación de los estudiantes. Que algunos compañeros míos de los cursos de francés que llevo todavía vean con reticencia el tema de la AEU, es normal. Quizá más en unidades académicas como la de Ingeniería a pesar de su activa asociación, mucho más en facultades como la de Humanidades, la peor de toda la universidad llena de corrupción y clientelismo (guácatela).
También tuve chance de ver a mi hermano que me sigue salir a manifestar al Congreso en la tarde, con sus demás amigos, todos estudiantes de Medicina. A pesar de esa característica de estar aislados en su jerarquía militar, son chavos y chavas que están enterados del asunto, que se preocupan, porque estudian y trabajan en los hospitales públicos y conocen de primera mano las carencias en cuanto a salud en el país. En ese mismo grupo están algunos de mis primos más patojos: uno fue con sus cuates de arquitectura en cicle a manifestar.
Más allá de eso, no lo sé, pero estoy seguro que los “millennials” también andan por ahí, tratando de encontrarle cuatro patas a la silla. Me gustaría pensar que estas manifestaciones, esta coyuntura, ayude a la generación a tomar cartas en la vida política del país. A ir más allá del deseo de depurar a los ciento y la madre de pedazos de mierda que tenemos como legisladores, y comenzar a buscar salidas para el inservible sistema político y electoral que tenemos.
Primero hay que depurar, hagamos eso, salgamos a manifestar, pero también tenemos que ver al futuro, porque de nada va a servir sacar a los corruptos si el sistema nos sigue creando y metiendo nuevos corruptos. Vean a los dipukids, ¡madre santa! Falta sentarse a discutir, a dialogar sobre qué vamos a hacer. Informarnos, y cuidarnos de la desinformación que abunda en estos días. Nos vemos el 20S.