Los compañeros de chamba, el FRG imagen

Todos los partidos venían de troncos comunes, todos corruptos, todos amañados, todos concertados en la captura del Congreso.

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Me encanta la zona 1 de la ciudad de Guatemala, quizá porque fue la primera que conocí cuando vine a la ciudad o porque allí viví durante 5 años, de casa de huéspedes en casa de huéspedes, como hacen miles de estudiantes universitarios del interior que deciden venir a jugárselo todo por estos lares. También porque la zona 1 es historia y siempre termino asociándola con la Huelga de Dolores. ¡Vaya si no!

Entre 2008 y 2012, la 9ª avenida sería mi centro de trabajo por 4 años. En cuanto a mis compañeros de chamba, unos están presos y otros camino de estarlo. Pero esto no es lo peor, lo peor es que en apego a la Justicia, de los 157 con los que compartí, solo unos pocos son los que no deberían estar presos.

Entre la 8ª y 9ª avenidas me correspondería ejercer mis labores dentro del Hemiciclo parlamentario o en las comisiones que alberga ese hermoso edificio. Si esas paredes hablaran, ¡imagínense cuánto sabríamos o cuánto hubiésemos podido evitar! 

Mi oficina estaba ubicada en la esquina del edificio 7-10, la misma en donde un viejo ciego y pobre, acompañado por una mujer, tocaba hasta el aburrimiento un viejo acordeón con la mismas tonadas y el mismo sentimiento, todos los días, a todas horas, extendiendo su mano en busca de caridad y casi como le ha tocado estar al pueblo de Guatemala frente a quienes lo han gobernado.

De los 157 diputados con los que compartiría trabajo, logrando cosas concretas son muy pocos. Al final terminaría respetándolos, aunque no pensamos igual. No obstante, la gran mayoría con la cual normalmente estaría enfrentado y a quienes conocería sus mañas, tranzas, pleitos, aparentes enfrentamientos y corruptelas me dejarían claro el panorama: Las peleas no eran por abanderar formas de pensamiento diferentes o posturas políticas opuestas, la disputa siempre fue por los negocios y el reparto del botín estatal.

Al final, en medio de sus peleas siempre coincidirían en, su posición en cuanto a negarse a abordar los problemas de fondo, su postura conservadora, en la defensa del establishment y de los intereses de los sectores económicos dominantes… así como de su posición hegemonizadora como clase política. 

Total, su característica era la misma: todos garantizaban o garantizan la continuidad histórica de un proyecto y de un modelo de dominación, y todos venían de troncos comunes, todos corruptos, todos amañados, todos concertados en la captura del Congreso por los poderes reales fruto de la vigencia y desarrollo a tope de un sistema electoral corrupto perfeccionado en partidos políticos igualmente corruptos y traidores del interés nacional.

Entre los más “destacados y sobresalientes”, no precisamente por sus buenos y ennoblecedores actos, y por su identificación con los intereses nacionales iré describiéndolos uno a uno durante las próximas entregas. Empezaré por el partido de la manita blanca sobre fondo azul.

FRG

El alicaído y moribundo Frente Republicano Guatemalteco (FRG) –sí, ese mismo proyecto que llevó a Alfonso Portillo a la presidencia y que en las elecciones generales de 2007 había postulado para la presidencia a Luis Rabbé– aún logró colocar 14 diputados, pese a estar encabezados o gracias a estar encabezados por el propio Ríos Mont y su hija Zury (de quien Mario Monteforte Toledo, con su picardía manifiesta, decía que era lo único bueno que había hecho Rios Mont, aunque hay que aclarar que seguramente no se refería a sus actuaciones políticas sino a otras facetas). 

La agrupación estaba acuerpada por gente como Arístides Crespo, Luis Fernando Pérez y el clan Quej Chen, representado por el menor de ellos, Eduardo, y a la par suya Ronald Sierrra, ambos representantes de Alta Verapaz. Cabe señalar que estos dos últimos fueron sumamente discretos en su labor legislativa e inseparables en su causa, aunque más adelante cada uno agarró por su lado en busca de nuevos horizontes, que encontrarían en partidos “aparentemente incompatibles”: en el Partido Patriota, Ronald Sierra se convertiría en figura; mientras el clan Quej Chen, esta vez representado por Haroldo, el mayor y más influyente de los hermanos, no tendría problemas en incorporarse a la UNE –donde igualmente pasaron a convertirse en estrellas de primer nivel. 

En la política guatemalteca, y dentro de este sistema sucio y perverso, como todos sabemos el tema ideológico no tiene ninguna importancia, mucho menos los principios y los valores. Lo que cuenta es el pragmatismo electoral y en esto tanto el FRG, la GANA, la UNE, LIDER , PATRIOTAS, TODOS, UNIONISTAS, UCN, etcétera, nos han demostrado con creces de qué se trata este modelo… llevándolo a su máxima expresión. 

A Crespo y Pérez debe reconocérseles que, como muy pocos, conocen y manejan el tema legislativo. Fueron de esos magos responsables de todo lo que acontecía en el Congreso de la República y por supuesto de lo que hoy tenemos a la vista. Más adelante Arístides se convertiría en Patriota y mucho más adelante, es decir ahora, debe enfrentar un proceso penal en donde la justicia, tantas veces burlada, al final debe encargarse de él; aunque por uno de los menores males que provocó.

Complementaban ese equipo de terror los inseparables hermanos biológicos Ivan y Edgar Arévalo, dueños y señores de Totonicapán, y los hermanos de causa Mario Rivera y Carlos López Girón, dueños y señores de Quiché, a quienes había que agregar a gente como Julio César López Villatoro (otro dueño y señor, en este caso de Huehuetenango) y a Carlos Bautista  en el departamento de San Marcos.

Como sucedió con el resto, en el momento preciso, pensando en sus intereses personales, aunque con una “lágrima en la garganta” y “destrozados por la tristeza y compungidos de dolor pero pensando en los intereses de la Patria”, como me lo expresó Iván Arévalo, adentro del Hemiciclo, un día de tantos anunciaron su partida del FRG, trasladándose los Arévalo al Partido Patriota y Mario Rivera, Carlos Girón y López Villatoro a la Unidad Nacional de la Esperanza. 

Los dos partidos, aparentes enemigos irreconciliables, representantes de más de lo mismo –llenos de júbilo y con el gozo de sus candidatos, así como de sus estrategas organizativos, algunos presuntos progresistas– les garantizaban, a cambio del manejo más descarado de votos que podamos imaginar, seguir con sus prácticas clientelares y corruptas, además de manejar a sus anchas los distritos que dominaban y seguir mamando de la teta del Estado, claro está, ahora vestidos con nuevos colores. 

Se dice en relación con el pragmatismo gringo en cuanto a sus relaciones internacionales que algún alto funcionario estadounidense en relación con la corrupción, tiranía, abusos y desmanes del Presidente panameño Manuel Antonio Noriega expresó: “Noriega es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”. ¡Vaya forma tan pragmática de determinar una relación! 

Trasladada a estas tierras dicha frase y dado el pragmatismo tanto de los sectores económicos hegemónicos como de los sectores políticos dominantes, más o menos sería la siguiente: “Sabemos que los políticos son unos hijos de puta, pero en el momento necesario, son nuestros nuestros hijos de puta”. De todos modos, así ha funcionado la cosa por estas tierras de infieles, que ni de broma entienden las bases de una República, simplemente porque nunca ha existido o porque siempre se nos ha negado.

De los mencionados, varios están siendo antejuiciados y enfrentarán proceso penal. Otros, con más vidas que las de un gato y con la habilidad brasilera para dominar el balón, han burlado la justicia y aún no tienen proceso en su contra, aun a pesar de ser de generales conocidas en autos.

En cuanto a Ríos Mont, esta vez se quedaría solo, viendo el escenario, esperando que los días transcurrieran. Y aunque existe la gran probabilidad de que esas largadas, frente a la inminente caída del FRG, hayan sido a compadre hablado para que sus muchachos marcharan a buscar con su influencia la impunidad necesaria para cuando terminara su labor legislativa –lo cual al final lo dejaría sin inmunidad–, el escenario era el de un hombre viejo, sin peso, sin voz, acompañado de su hija y un escudero como Luis Fernando, suficientemente capaz de sacarle raja personal y grupal a una ficha partidaria que bien manejada, todavía alcanzaba para seguir ordeñando la vaca…como siempre desde las épocas del golpismo y hasta estas de democracias secuestradas.

Del resto de agrupaciones hablaremos en las próximas entregas. Hay mucho que contar, especialmente para que un pueblo desmemoriado sea capaz de cambiar su propia historia. 

BLOG EL CONGRESO DESDE SUS ENTRAÑAS: POR ANÍBAL GARCÍA




Abogado, diputado al Congreso de la República en el período 2007-2011. Candidato a la Presidencia de la República en las elecciones de 2015. 

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