Por: Jesús Toledo
¿Qué es un momento? ¿Cómo se puede describir un momento? ¿Cuál ha sido tu momento favorito? Existen muchas preguntas que surgen cuando se piensa en diferentes memorias y experiencias por las que todos hemos pasado. Hoy, parece que los momentos se han extinto, que ya no existen, o están en cantidades más pequeñas. El mundo se ha vuelto bastante opaco, las personas ya no se ven atraídas a vivir los momentos y no es que ya no existan, no están muertos, es más, tampoco son difíciles de encontrar. Los momentos están vivos y se encuentran en todos lados. El problema principal es que los humanos buscamos los momentos perfectos, todos estamos en busca de un “Feliz para siempre”. Somos incapaces de distinguir un momento bello y cotidiano y lo canjeamos por algo que incluso nos puede llegar a complicar la vida.
Hace unas cuantas semanas, se anunció a través de las redes sociales y diferentes medios la apertura de una muestra artística, ubicada en la iglesia de Santo Domingo, en la zona 1 de la Capital, en lo personal el nombre me llamó mucho la atención, se llama “Momentos”. El nombre es muy importante, indican cuál será el tema en el que se inspiraron los artistas. Al pensar en ¿Momentos? Lo único claro es que se podían esperar muchas cosas que tienen que ver con las tendencias de la actualidad, como viajes, fiestas, temas ecológicos o incluso momentos históricos o políticos; de lo que todo el mundo habla. La realidad no podía estar más lejos.
Un hermoso mural recibe a todos los visitantes, lleno de pequeñas notas, en las que se pueden leer diferentes frases, sentimientos e incluso situaciones tan comunes que la mayoría no piensa que es un momento único, algo especial, un elemento que no se puede sustituir. La muestra, comprende más de cien obras de arte; entre pinturas, dibujos, fotografías e incluso esculturas, que se pueden encontrar en diferentes momentos que cuentan historias tanto personales como colectivas. Obras que muestran dos límites bastante marcados; por un lado los sentimientos y emociones humanas, mezclados con un toque divino y celestial. Y por otro lado, esas estampas y postales que cuentan los momentos más íntimos de la cultura guatemalteca. Son muchas las opciones que se les presentan a los visitantes para que se identifiquen con un momento único y especial.
Mientras daba vueltas dentro de la exposición, me llamó la atención una escultura que tenía la figura del torso de una mujer, y que representa al amor y a la entrega que las personas tienen a este sentimiento. Dentro del torso se puede ver una llave posicionada en el lugar donde se encuentra el corazón, atada a la llave un hilo rojo que recorre todo el torso y representan las venas del cuerpo humano. Hace pensar bastante en diferentes momentos, en aquellos especiales e irrepetibles; tan únicos que por más simples o sencillos forman parte de nuestra memoria.
Los momentos son parte de cada uno, están por todos lados y depende de cada quien distinguirlos, ya que la mala noticia, es que se van volando, no duran casi nada. Unos cuantos segundos y ya el momento pasó; tal vez es por ello que nos hemos dedicado a buscar situaciones perfectas y despreciamos los momentos simples y verdaderamente especiales. Da mucho miedo ver el final de un momento especial, es triste ver cómo se esfuma en el tiempo una sonrisa, un abrazo, un beso o una mirada. Sin embargo, no hay porque tener miedo, a pesar de todo lo que nos puede rodear e incluso de los tropiezos y decepciones no hay que asustarse por valorar esas pequeñas historias, al final de todo, los pequeños momentos se convierten en un auténtico tesoro, uno invaluable que durará para siempre.