La llegada de Álvaro Colom y la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) al poder significó, especialmente para los descontextualizados “gobiernos progresistas latinoamericanos”, urgidos por sumar apoyos geopolíticos, y para las élites intelectuales guatemaltecas –algunas acomodadas y alejadas de la realidad– el arribo de la izquierda al poder en Guatemala. ¡Nada más alejado de la verdad!
Sin embargo, frente a la alternativa que se tenía enfrente –la llegada al poder de un proyecto militar, de derecha y conservador, apadrinado por el estatus quo, que era lo que representaba y representó en la práctica el Gobierno del Partido Patriota (PP)–, una UNE vestida de social era percibida como un proyecto alternativo.
En este escenario es preciso acotar que en esta farsa democrática que se ha convertido en un monumento al despropósito y a la ignominia, a los guatemaltecos les ha correspondido terminar eligiendo cada cuatro años –una tradición maldita– entre la horca y la guillotina, o entre el SIDA y el CÁNCER. En eso se convirtió la segunda vuelta de las elecciones de 2007.
O era Colom o era Otto Pérez. El primero, incómodo para las élites; y el segundo, un proyecto arropado e impulsado por ellos. Sin embargo y en honor a la verdad, lo mismo resultaría Chana que Juana, ya que los dos estaban atados a los mismos pactos, a las mismas mafias, al mismo modelo electoral perverso, corrupto y criminal; a similares, oscuros y corruptos financiamientos y, al final de cuentas, sometidos a la misma sentencia histórica: “En Guatemala, una cosa es llegar a gobernar y otra muy diferentes es llegar a tener el poder”. En todo caso, los dos garantizaban –y con sus hechos lo demostraron– la continuidad del modelo de dominación vigente per secula seculorum. Consumieron su mandato sin abordar y solucionar los problemas de fondo del país.
Los dos proyectos citados, aunque sumidos en una abierta y hasta violenta batalla electoral, se parecían tanto y eran tan afines que los hechos siguientes los delatan: a) Gustavo Alejos, uno de los principales financistas de campaña de Álvaro Colom, quien fue su incuestionable, incontrolable y todo poderoso secretario privado, no tuvo ningún problema más tarde en pasarse del lado de Otto Pérez Molina y seguir cogobernando con el gobierno Patriota; b) Ambos gobiernos, y especialmente ambos Congresos, contando con mayorías parlamentarias NUNCA asumieron ni abordaron los problemas estructurales del país; y c) Los dos proyectos se nutrieron de los caciques y liderazgos municipales y departamentales corruptos y mafiosos que tanto daño le han hecho al país. Se apoyaron en ellos para conseguir el triunfo electoral. También aquí, ¡el fin ha justificado los medios!
El 9 de septiembre de 2007, 926,236 guatemaltecos y guatemaltecas catapultaron a una segunda vuelta a la Unidad Nacional de la Esperanza, la cual ganaría posteriormente la elección presidencial. Y una cifra mayor de votantes le concedería 51 curules (de un total de 158) en su calidad de partido oficial. También obtendría 103 alcaldes a nivel nacional.
Entre los diputados con los que me correspondería compartir y que formaban parte de la bancada UNE menciono en primer lugar al Dr. Eduardo Meyer Maldonado, hombre polémico, de un recorrido político destacado dirigiendo la academia en la Universidad de San Carlos de Guatemala como Rector y que pasó a convertirse en el gobierno de Vinicio Cerezo en ministro de Educación Nacional. Nunca pasó por mi mente que algún día compartiría curul con alguien a quien únicamente conocía por su apodo universitario: el rellenito Meyer.
No existió discusión, o por lo menos no fue evidente disputa alguna en la UNE, para que él fuese el Presidente del Congreso. Por supuesto, su liderazgo era evidente. Sin embargo, más allá de la ausencia de una agenda legislativa en favor de los intereses nacionales, su vida quedaría marcada en el ocaso de su carrera política por un hecho deleznable y despreciable que se descubriría en los primeros meses de su gestión: la pérdida de Q82 millones de los ahorros del Congreso de la República, que en realidad puede definirse como el robo descarado de fondos del Congreso.
A mí me correspondería en junta de jefes de bloque pedir explicaciones sobre el tema, pero también me correspondería pedirle que se separara de la Presidencia del Congreso frente a una situación insostenible. Sumido en el peor de los descréditos, ni siquiera pudo regresar a su curul con sus compañeros de la UNE. Como no lo querían a la par el resto de “inmaculadas” e “incorruptibles bancadas”, me lo pusieron a la par.
Así terminaríamos la legislatura, siendo vecinos. Anecdóticamente el hecho de que lo hayan puesto a la par de mi curul se convirtió en noticia: ¿Cómo se siente de que hayan puesto al diputado Meyer a la par suya?, me increpó un periodista despistado. Yo respondí: igual, a mí si quieren que me pongan a la par del diablo, una cosa es el diablo y otra cosa soy yo. Fue lo único que pude responder frente a tan superficial y tonta interrogante.
Otro de los “notables” representantes de la UNE era ni más ni menos que Mario Taracena, quien era el Jefe de Bancada. Hábil como pocos, dueño y señor de una lengua que puede destrozar a cualquiera y sacarlo de sus cabales, representante del pragmatismo político como él solo, se le recuerda por la ocasión en que las hordas patriotas, encabezadas por Alejandro Sinibaldi y Anabella de León, decidieron bañarlo –literalmente– al lanzarle un vaso con agua y agarrarlo a empeñones en plena sesión del Congreso de la República.
Taracena es frontal en todo, pero de lejos se nota y se percibe que sabe arribar a grandes acuerdos. Eso sí, del tipo que sean. Muy pocos como él saben leer coyunturas y lo que hizo este año en su calidad de Presidente del Congreso es una muestra de ello.
Nunca lo vi discutir ni pelear con Roxana Baldetti, quien también estuvo en esa legislatura. Por el contrario, a pesar de las casi batallas campales que protagonizaron en el pleno patriotas y uneístas, siempre se rehuyeron –aunque la alusión a la prieta linda nunca faltó en sus discursos. Inexplicablemente, o quizá esto explica todo, su mano derecha en la legislatura, y especialmente en la Comisión de Finanzas y Moneda cuando fue Presidente en dicha comisión, su súper asesora, Rina Sanchinelli, más tarde y sin ningún rubor pasó a ser la súper asesora y gran confidente de Roxana Baldetti, vicepresidenta. ¡Increíble pero cierto!
También debe mencionarse, ¡y como no!, a otro de los pesos pesados de la UNE de aquellas épocas, uno de los financistas igualmente poderosos e intocables del proyecto Álvaro Colom: Manuel Baldizón, quien siendo diputado del Partido de Avanzada Nacional en las elecciones de 2007 se postuló por la UNE reservándose distritos electorales y posiciones influyentes en el listado nacional.
La presidencia de la Comisión de Finanzas y Moneda tenía nombre y apellido en dicha legislatura: Manuel Baldizón, quien no solo diseñó con el consentimiento de la UNE y de las demás bancadas influyentes y de peso en el Congreso todo el sistema clientelar y corrupto que lo caracterizó, sino además partió con todo y comisión y una buena cantidad de diputados a la formación de su partido (LIDER) en el primer año de la legislatura. Partirían con él diputados distritales como, Roberto Villate, Leonardo Camey, Inés Castillo (que ahora ha vuelto como el hijo pródigo nuevamente a la UNE), Sergio Celis, su hermano Salvador Baldizón, etcétera. Todos representantes del clientelismo y de prácticas poco transparentes que ya habían sacado lo suficiente en la UNE y en el FRG –algunos– y que ahora, “por amor a la patria”, se embarcarían en una nueva aventura.
Es de mencionarse a otro de los poderosos de la UNE en dicha legislatura, nada más y nada menos que Roberto Alejos Cámbara, quien no puede negar su filiación y su relación política con su hermano suficientemente mencionado en estas líneas. Roberto sería el Presidente del Congreso de la República en 2009, 2010 y 2011.
Adentro del pleno y en plena sesión la lengua intratable que caracteriza a Mario Taracena un día le gritó: ¡Diputado pantufla¡, y armó un tremendo escándalo que por enésima vez detuvo una sesión del parlamento. Posteriormente, cuando se le preguntó por qué había gritado diputado pantufla simplemente contestó: “Es que le queda cómodo a todos y siempre quiere quedar bien con todos”. Ni el teórico más destacado pudo haber hecho una definición mejor de Roberto Alejos. La realidad así lo pinta y dicha frase le queda como como anillo al dedo. Roberto es eso, ni de aquí ni de allá, y para él la cosa no está ni bien ni mal, sino todo lo contrario. Boussinot, Ovidio Monzón y otros serían los fieles escuderos de Roberto Alejos, los que más tarde lo acompañarían a formar su partido político, TODOS.
Finalmente cito: Rodolfo Castañón, Delia Back, Mirza Arreaga, Dolores Beltrán, Domingo Trejo, etcétera, fueron diputados electos por la UNE en 2007 y no tuvieron problemas para más tarde marcharse a apoyar a Manuel Baldizón o ahora a FCN. Así de prácticos son los socialdemócratas por estas tierras de infieles y así es como la gran mayoría de políticos que sostienen el modelo corrupto y clientelar actual se mantienen pululando de un lado a otro. Pero está claro: todos vienen de un tronco común.
Me quedo con las palabras que me expresó el presidente Colom en una audiencia que me concediera en Casa Presidencial para intercambiar opiniones acerca de la agenda legislativa; él como Presidente de la República y yo como Jefe de Bancada del partido que representaba. Al expresarme su frustración y desencanto con el trabajo de sus diputados, dijo: “Lo peor es que hasta los de mi propio partido son unos hijos malnacidos, ambiciosos y vendepatrias, ya no soporto sus chantajes”. A lo que yo respondí: “Presidente, usted escogió ese equipo y en última instancia ese camino y ese método para llegar al poder, así que usted sabía a qué se enfrentaría”.
Más tarde, en una recepción en la embajada de Alemania, el solidario y entusiasta embajador cubano –con el acento clásico que tanto nos cuesta entender, al que él denominaba cubateco– le comentaba a otros integrantes del cuerpo diplomático sobre dicha plática lo siguiente: “El presidente Colom me comentó que cuando le concedió audiencia en la Casa Presidencial al diputado Aníbal García, le dijo: ‘Y, ¿qué me vas a pedir?’. A lo que el diputado Aníbal respondió: ‘Presidente quiero que no prorrogue el contrato de Perenco’. Y, ¿qué más? –le expresó–. ‘Quiero que me apoye para que se logre la aprobación de mi Iniciativa que crea la Policía de Investigación Criminal’. Y, ¿qué más querés? Volvió a decir el Presidente: ‘Quiero que su bancada nos apoye con la ley de Acceso a la Información Pública’. Y se fue. Coño, carajo, fue el único Jefe de Bancada que no pidió ni mierda. Hasta los míos llegaban a chantajearme y a pedirme cuanta mierda se pudiera. Si no eran plazas, eran negocios. Era de todo. Y este no pidió nada para él en lo absoluto”.
Yo, que no sabía que el presidente Colom había comentado tal anécdota, me limité a decirles: es cierto. Todos rieron, uno que otro se congratuló y otros ni se inmutaron y siguieron con los brindis de la noche. Después de todo, eso de que no hay obra sin sobra no es exclusivo de estas tierras tropicales. Por mi parte, estas y otras anécdotas son pequeños galardones que me acompañarán por siempre.
Con este equipo oficial me correspondió ejercer mi labor. La mayoría de veces sería un opositor solitario, otras me acompañarían algunos, y en muy pocas alcanzaríamos objetivos comunes.
A todos los buenos guatemaltecos y guatemaltecas, desde los más humildes y sencillos que desde lo más profundo de su corazón en esta Navidad seguirán implorándole al creador por lo menos el pan, la comida, el trabajo y una vida digna y hasta a a los que han sido más favorecidos y que pueden ver la vida de otra forma, les mando un abrazo sincero y deseo que pasen una MARAVILLOSA NAVIDAD de paz y bendiciones.
BLOG EL CONGRESO DESDE SUS ENTRAÑAS: POR ANÍBAL GARCÍA
Abogado, diputado al Congreso de la República en el período 2007-2011. Candidato a la Presidencia de la República en las elecciones de 2015.