El supuesto estafador llegó a una clínica de la zona 16 al borde del llanto. Vestido con pantalón de lona y camisa celeste con aspecto de campesino y padre preocupado contó que necesitaba Q6,000 para comprar un antiofídico por mordedura de coral.
Dijo que su hijo de seis años estaba grave en el hospital, aunque ha cambiado las versiones de dónde está hospitalizado, la angustia era la misma que mostraba a sus otras victimas: el niño al borde de la muerte y él desesperado sin poder reunir el dinero para salvarle la vida.
Esa tarde que llegó a la clínica de la zona 16, entre varios pacientes lograron reunirle Q200.00. Después de ver el cuadro desgarrador de padre desesperado dejó a un par de personas acongojadas y a más de alguno con lágrimas en los ojos debido a la empatía que generó su historia.
Las horas pasaban y quienes presenciaron el penoso cuadro se quedaron llamando a sus contactos para ver si conseguían el antídoto. Mientras hacían llamadas y publicaciones de Facebook los alertaron sobre una posible estafa.
Decidieron comprobarlo por sus propios medios y se quedaron sorprendidos cuando verificaron que en el hospital no había ningún paciente con los apellidos que refirió el supuesto padre, tampoco ningún caso de picadura de coral.
Lo único que sí coincidía era el nombre y el apellido del médico que supuestamente había hecho la receta que presentaba como aval para pedir el dinero.
Se trata del doctor Darío Juracán que al ser contactado refirió que no sabe del caso y que tampoco sabe cómo su nombre y su sello llegó a esa receta y a las manos de esa persona. El médico dará parte a la policía para salvaguardar su nombre.
Una historia similar se repite en una oficina de la zona 10, en un condominio de Kanajuyú en zona 16 y un par de casas de la zona 5 donde este estafador ha llegado a contar su historia con una receta en manos y lágrimas en los ojos.
Su cuento puede variar, algunas veces dice que su hijo está en el Hospital San Juan de Dios y otra en el Hospital Militar, la cantidad de dinero que supuestamente necesita varía entre Q5,500 y Q6,000. Pero la esencia de su historia es la misma y su actuación también.
“Le di cien quetzales que era lo único que tenía, me quedé con el rosario en la mano pidiendo para que le salvara la vida a su hijo”, cuenta una de las estafadas.
“Estábamos asombradas del show que hizo, parecía real y la aflicción que mostró de verdad que nos contagió” , comentó una de las personas que estaban en la clínica de zona 16.
En una búsqueda rápida en las publicaciones de Facebook, desde 2017 sale que algunas personas piden ayuda para encontrar el suero antiofídico por mordedura de coral y la historia se repite.
Alerte a sus conocidos, comparta este Relato para que a nadie le roben su dinero ni su tranquilidad con una historia muy bien contada y actuada.