La reventa apareció de nuevo en la final ¿De quién es la culpa? imagen

Los revendedores acapararon gran parte de las entradas de la gran final del torneo nacional, ante la mirada indiferente de la Directiva del equipo rojo. Muchos debieron pagar el doble.

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Desde las 5:00 horas algunos aficionados de Municipal merodeaban en los alrededores del Estadio Manuel Felipe Carrera, conocido como El Trébol. La razón muy sencilla: querían presenciar desde la grada la final donde estaría, una vez más, el equipo de sus amores. De acuerdo a cifras de la Liga Nacional  un total de 18 mil 243 personas ingresaron con boleto pagado al coloso de la zona 5, la mejor entrada de la temporada.  

La Directiva del Club Social y Deportivo Municipal había anunciado una noche antes en sus redes sociales que la preventa de los boletos se haría de 8:30 a 15:00 horas en las instalaciones del referido escenario deportivo.




La taquilla abrió puntual, pero cuando se inició la venta de los boletos las colas de hinchas escarlatas parecían interminables. El equipo rojo suele, desde hace algunos años, abrir una preventa de boletos, pero también suele hacerse de la vista gorda con el descarado acaparamiento de los boletos en manos de los revendedores, quienes desde luego suelen ofrecer la misma entrada al doble y a veces casi al triple del precio.




Muchos aficionados rojos no pueden ir a la dichosa preventa, las jornadas laborales y los horarios en los que los boletos se ofrecen en los lugares autorizados hacen que acudir a una preventa sea complicado.

Ante ello hay dos salidas posibles: verlo desde la pantalla chica, lo cual no es una opción para los más apasionados o pagar el sobreprecio.

Un amigo no dudo en ir a hacer la cola. Llamó a su jefe y le pidió permiso para ausentarse en las primeras horas de la mañana. Su promesa era: volver a la oficina a las 10:00 horas. Con un dejo de frío pero con ese calor en el pecho que solo la pasión por el fútbol nos regala llegó al Trébol a las 8:00 horas, es decir 30 minutos antes de que se abriera la taquilla.

Cuando eran las 9:15 se dio cuenta que no alcanzaría a comprar los boletos en taquilla, si quería cumplir con la promesa hecha a su jefe, así que sacó su billetera y pago Q100 por tres entradas que costaban en realidad Q60 (las famosas preferencias).

Otro amigo llegó al Trébol a eso de las 9:30 horas. “Ni loco hago esa cola”, me dijo por teléfono. “Regresaría tipo dos de la tarde a la oficina y ando escapado” añadió. Él prefirió pagar Q125 por una entrada de Q100. Su lógica bastante simple pero acertada: por una preferencia pagaba un sobreprecio de Q40, mientras que por una tribuna el excedente era de Q25.




Su enfoque fue dejarles una menor ganancia a los acaparadores. La Directiva roja había dicho que la preventa se trasladaba a las 16:00 horas al estadio Doroteo Guamuch Flores. Por supuesto que a esa hora no quedaba ninguna entrada en taquilla, pero sí había varios cientos en poder de los revendedores.

Ya para esa hora la Preferencia ya no costaba Q100, ahora el mercado negro la daba a Q125 (el doble y un piquito más), las tribunas tenían un valor de Q150 (a estas no se les suele ganar tanto) y las generales esas de Q40 ya se encontraban a Q100, pero si comprabas más de dos podían bajar a Q80.00.

Uno de estos amigos vio lo evidente, lo que todos ven: como los revendedores ingresan al recinto de El Trébol sin hacer cola y salen con muchas entradas, esto ante la complicidad de los responsables de la venta en las taquillas y ante la indiferencia de una Directiva que no hace nada para frenar la reventa, que afecta a los más fieles seguidores del club, a la razón de ser del equipo.

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