La primera vez que oí la palabra “meme” pensé que era un mal nombre para un mal tipo de dibujos” pero esta tendencia apenas empezaba.
Hoy en día, los memes generan conversación, influyen en la opinión e incluso se han convertido en contenido presentado en publicaciones periodísticas.
Quizás hayas oído sobre un interesante libro que recomiendo para entender este fenómeno cultural: Memecracia, Los Virales que nos Gobiernan.
Y es que incluso los políticos más influyentes han usado estas formas de comunicación para expresar sus posturas ante algún tema.
En este link puedes ver el video de una broma en la que un supuesto Donald Trump derriba al personaje que representa a CNN.
Lo curioso no es la broma, sino el hecho de que fue publicado por el mismo Donald Trump.
Pero ¿Qué tanta certeza hay en un meme? ¿De dónde viene esa palabra? Hablemos de estas preguntas.
¿Cuál es el origen de la palabra meme?
Debido a mi trabajo en marketing digital, estoy en constante contacto con material gráfico para marcas.
Entonces, aún cuando no soy diseñador, tengo una idea sólida de qué es un buen diseño gráfico y qué es un boceto de principiante.
Por eso, la primera vez que vi un meme, y sobre todo, la primera vez que escuché la palarbra “meme”, me pareció una aberración visual.
¿Quién podía esperar que un dibujo tan mal hecho se pudiera volver viral en redes sociales?
Pero estaba equivocado. La cultura de los memes de internet, apenas estaba empezando.
A mediados de los 70’s, el biólogo evolucionista Richard Dawkins, exponía una idea en su libro “El Gen Egoísta”:
“Las ideas son como organismos, porque pueden reproducirse, pueden mutar”.
Dawkings tenía mucha experiencia en la investigación genética, y el sostenía que toda forma de vida depende de su capacidad de replicarse, de reproducirse.
Y haciendo una analogía, planteaba que las ideas se esparcen en la sociedad, al replicarse, al saltar de una persona a otra.
Dawkings necesitaba un nombre para este concepto. Entonces, propuso llamarlo mimeme, una palabra griega que significa “aquello que es imitado”.
Este también es el origen de la palabra “mimo”, y de la palabra “mimetismo” que es la capacidad de algunos animales de imitar el entorno en donde viven para pasar desapercibidos para sus depredadores. (¿Para burlar a sus detractores?)
El autor escribió en su libro: “Espero que mis amigos clasicistas me perdonen si abrevio esta palabra a meme.
El autor pensó que la palabra “meme” era más adecuada, ya que siguiendo con su analogía, rimaba con la palabra “genes”.
¿Qué tanta certeza hay en un meme?
Jose Luis Orihuela explica que en una sociedad hiperconectada, es usual que cualquier nodo de esta red tenga la capacidad de generar contenidos, generar ideas, que pueden llegar a volverse virales.
Y esa es la esencia misma de internet: la democratización de la información. La democratización de la voz.
Pero ¿Qué tan certera y veraz es la idea contenida en un meme? Por noble que se escuche la idea de la “democratización de la información”, la realidad es que internet también es un arma de comunicación en manos de cualquier persona, sin importar sus intenciones o su nivel de preparación:
Umberto Eco no es nada amigable al afirmar lo siguiente:
Entonces. No podemos afirmar que un meme tiene información veraz. Pero, debido a que una de las características de un meme es su nivel de viralidad, podemos decir que un meme es un termómetro de la opinión pública.
¿Cuáles son tus fuentes de información? ¿Tu opinión ha sido influenciada por algún meme? Confieso que en mi caso sí.
Pero la tarea de todo ciudadano digital es verificar sus fuentes, y cuestionar. Siempre cuestionar.