La broma más cruel imagen

Más allá de ideologías, más allá de Jimmy vs. Iván, es una cuestión de pelear contra las mafias, sean del espectro político que sean.

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A veces se pone uno a pensar muladas. Diría mi mamá que tengo mucho tiempo libre, que mejor me ponga a hacer algo. Pero no puedo evitar pensar en que si existen múltiples universos, líneas de tiempo infinitas donde las cosas son ligeramente diferentes, nosotros estamos en el universo tipo broma. Porque seguro en otros mundos la gente dirá cosas como: “si existen múltiples universos, seguro hay uno donde Jimmy Morales es presidente”. Y todos revientan en carcajadas tratando de imaginar semejante pendejeada.

Para nuestra mala estrella, somos el universo de broma, el de chiste, el anecdótico, el tropical, donde los desmanes esperpénticos están a la orden del día de aquí a la China. Y siempre que paso caminando en la sexta, junto a la Casa Presidencial, una profunda desazón me entra solo de imaginar qué pasará por la cabeza de Jimmy y cómo logra lidiar con toda esta situación en la que se metió.

No soy internacionalista ni politólogo ni nada, soy el ciudadano que obtiene su información de la misma manera que ustedes que me leen: las redes, los medios, los chats, los amigos. Y entre tantos hay quienes apoyan a Iván Velásquez y otros que apoyan a Jimmy. Entre ambos están los netcenters y sé que uno necesita chance, y que seguro con un poco de astucia debe ser hasta divertido repetir sandeces detrás de los perfiles falsos.

Pero luego están los amigos y familiares que sin que les paguen están ahí apoyando no a una persona u otra, sino a las mafias detrás del intento de expulsar al Comisionado. De veras, yo tengo muchos conocidos que ven en Velásquez un monstruo y en Jimmy un ungido. Una mi tía evangélica de veras se traga lo de que dios le dijo al presidente qué tenía qué hacer. Otros amigos del colegio, con quienes recibimos una educación sino sesgada sí arbitrariamente incompleta, despotrican contra todo aquello que consideran una afrenta a su deseo de que se cumpla el mandato del gobernante.

¿Qué les pasa? Es decir, todos tienen derecho de esgrimir cualquier postura, vale madres. Es solo que me pregunto cómo de contextos tan similares al mío podemos partir hacia puntos tan divergentes. No necesito años de estudios para intuir que toda la movida de Jimmy es, por decir lo menos, absurda y muy mal cronometrada. Pero no logro verlo bajo la lupa ideológica de amistades que juran que es la izquierda apoderándose o la derecha retorciéndose.

Claro que cada uno de nosotros puede ubicarse en uno u otro extremo ideológico cuando hablamos del trabajo de Cicig, pero si nos alejamos un poquito, vemos que en ambos hay corrupción, que el deseo de pasarse el rojo para llegar antes, de falsificar una factura para cobrar servicios, de aprovecharnos de los agujeros del sistema para nuestro beneficio es mayor a nuestra ubicación en el espectro político. La corrupción es una cuestión de humanos y nuestra capacidad de degradarnos con facilidad. Seguro hay estudiosos que dicen que una u otra ideología es más proclive hacia la corrupción, y hay que leerlos. Pero no nos confundamos. 

A mis amigos y todos, si quieren ir a manifestar, vayan, si no, tampoco. Si están de acuerdo con Jimmy, denle, y si les vale madre todo esto, también. Pero sepan que más allá de cualquier idea absurda tipo: “seremos la nueva Venezuela” o “se rompe la institucionalidad”, es indispensable enfrentarnos a las mafias, sean de ultra derecha o de ultra izquierda, y comprender que no basta con eliminar la corrupción, sino que también se requiere crear nuevos cuadros políticos, reformar las leyes y darle nueva cara a las próximas elecciones. De lo contrario, seguirán viniendo Velásquez, Jimmys y Ottos en una lucha eterna entre “el bien” y “el mal” dejando siempre fuera a las poblaciones más pobres y necesitadas en el universo de la broma más cruel.

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