¿Independencia y algarabía de qué? imagen

Corrupción y violencia es lo que sobra en este país, las celebraciones están fuera de lugar. Mejor festejemos con el trabajo diario, conciencia ecolológica y responsabilidad social.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

En este mes de la “Independencia”, más que celebrar, nos queda seguir luchando desde nuestras propias trincheras, realizar el esfuerzo por salir adelante con nuestras familias y trabajo. Y no es ser negativa, más bien realista, porque en Guatemala reina la impunidad y el respeto a la vida no existe, donde las autoridades del Gobierno no cumplen con honestidad su labor, para la cual fueron elegidos. Además, estamos desprotegidos, ya que en cualquier momento se asesina, viola y evaden leyes.

Nada nuevo en el panorama, los políticos son decepcionantes, los intereses que se manejan entre ellos son oscuros y corruptos. La mayoría entra a robar y manejar a su sabor y antojo las situaciones, aparte de dejar en el olvido a la población más vulnerable, la del área rural. Deberían considerar que hay tantas carencias en el interior de la república, en hospitales públicos, escuelas (esto se puede ver cuando los estudiantes ni siquiera cuentan con escritorios), la pobreza extrema, la desnutrición, entre otros.  




¿Qué vamos a celebrar?

Este septiembre, festejaremos que hay un Presidente que no aclara su situación judicial y los “padres de la patria” que siempre bailan al son que le toquen. Asimismo, grupos políticos y sociales que confunden más a la población y llevan agua para su molino dijeran las abuelitas. Aquí, lo mejor es trabajar cada uno desde sus principios para concienciar sobre nuestra participación ciudadana.   

Y no solo es la política sucia que prevalece, también se une la imparable ola de violencia. Hasta los asesinatos tienen estatus aquí, van desde lo más renombrados a los que diariamente pasan desapercibidos, no caben en los medios de comunicación, sino serían más alarmantes las cifras. No hay necesidad de estar en Irak, Ruanda o cualquier nación en conflicto, aquí vemos cómo los guatemaltecos nos diezmamos o exterminamos entre sí. 

Si bien es cierto, que cada uno es escultor de su destino y que tampoco hay que esperar que todo te lo solucione el Estado, también las autoridades gubernamentales no deben abusar de su condición. ¿Cuánto se han embolsado quienes dicen representarnos? Mientras los hospitales públicos carecen de medicina y de servicios básicos, las carreteras están peor que coladores, entonces ¡nuestros impuestos! ¿Están bien distribuidos? No.

Ahora estamos en revuelo por la crónica de una muerte anunciada de esta crisis guatemalteca ¿y mañana? ¿Qué nos espera? Estar de brazos cruzados que sigan robando, nos olvidaremos de todo, así como sucede con miles de personas que caen en combate ciudadano. Y, por supuesto, todo estamos en derecho de alegrarnos la vida, festejar, desfilar pero no obviar lo que sucede en la actualidad. 

Fotos: Pixabay. 

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