Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Uno de los principales problemas con el futbol es la facilidad con la que puede corromperse.



“Mano de dios”

Yo diría que todo empezó en aquella final del 86 donde “la mano de dios” hizo lo suyo y Argentina celebró el campeonato Mundial. 

Nos quedó muy claro que no importa si seguimos las reglas, lo que importa es lo que marque el árbitro.

Lo he pensado muchas veces y ser árbitro debe requerir nervios de acero. Asegurar con certeza de vida o muerte que a Ramos le hicieron daño y que una tarjeta roja era válida, no debe ser fácil. (Doble amarilla, you know what I mean).

Y es que en el futbol se aprende a fingir faltas desde que se aprende a amarrarse los zapatos. 

Es algo básico. No se me olvida David Beckham pateando un balón y echándose hacia atrás inmediatamente. Funcionaba perfecto, todos los árbitros le pitaban la falta.




O aquella de Robben que le hizo ganar contra México en un Mundial. Él mismo aceptó que fingió. FIFA no hizo nada. La victoria siguió siendo válida.

Pero ¿es hacer trampa? ¿La victoria es igual de buena para los tramposos que para los honestos?

A ver, se los pongo así: Estás en tu trabajo y decidís engañar a todos para sacar ventaja. Eso se llama corrupción. Es un delito. Te arriesgas a un despido o ir a la cárcel. 

 En el futbol, los que mejor saben hacer trampa son los que celebran más títulos.

Todas las noticias, directamente a tu correo

Recibe todas las noticias destacadas de Relato.gt, una vez por semana, 0 spam.

¿Tienes un Relato por contar y quieres que nosotros lo hagamos por tí?

Haz click aquí
Comparte
Comparte