El papel protagónico de las ciudades imagen

La ciudad nos determina; nos da vida o nos mata. Descubre el protagónico papel de la ciudad capital en la vida de los guatemaltecos.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Las series de televisión como CSI New York, CSI Las Vegas, CSI Miami destacan el papel protagónico de las ciudades en la vida de sus habitantes; establecen los límites y las posibilidades de las actividades y sucesos que ocurren en las urbes; y determinan el estilo de vida del ciudadano.

“¿Qué sería de Rocky Balboa sin el parque donde corre y donde lo vimos subir esas gradas?”, pregunta la periodista y directora de la revista Habitart, Ana Isabel Villela. “La ciudad te determina, te da vida o te mata”, asevera.

Villela, quien tuvo su primer contacto con el urbanismo como encargada de “Martes de espacios”, de elPeriódico –donde pudo seguir ejerciendo su profesión mientras se estrenaba como mamá– tiene claros los efectos de las ciudades en la calidad de vida de sus ciudadanos. “La ciudad es un punto de encuentro; una comunidad donde debe haber un intercambio de ideas… que debe ser fuente de cultura, creatividad, arte”, dice. Su entusiasmo por las interioridades de las ciudades y lo que representan, resaltan en su voz.

Para la periodista guatemalteca, su familiarización con el urbanismo –aunado a sus vivencias como estudiante universitaria en Navarra, como trabajadora en Madrid y como residente en otras grandes ciudades del mundo– le evidenció las carencias de su ciudad natal, aparentemente invisibles para muchos de sus conciudadanos. Así reconoció la urgencia de informar sobre las condiciones, escenarios, contextos y situaciones vividas a diario por millones de capitalinos y la importancia de ofrecer una mejor calidad de vida para todos.

Habitart, publicada por primera vez en octubre de 2013, constituye la apuesta de Villela por crear una revista especializada que rompe con los esquemas de la revista tradicional guatemalteca ofreciendo contenido basado en reportajes y entrevistas reales. Permite que Villela combine su pericia periodística con su pasión por la arquitectura, el arte, los interiores de diseño y el urbanismo.

“El periodismo”, aclara Villela, “es el eslabón entre el pueblo y el gobierno, cuyo servicio es cuestionar, fiscalizar, evidenciar lo que el gobierno hace para que a la gente no le vean la cara de babosa”. Ese papel de servir a la comunidad también es compartido por las ciudades, que necesitan ser desarrolladas y planificadas para brindar las condiciones de vida que sus ciudadanos merecen. “Eso”, explica Villela, “es lo que nos proponemos hacer con Habitart”.

La capital guatemalteca actual revela una realidad poco deseable. Por ella, transitan ciudadanos encerrados en solitarios espacios vehiculares, inconscientes de su entorno, y peatones obligados a arriesgar su vida, mientras van y vienen entre sus hogares y lugares de trabajo. “Urge hacer de la capital guatemalteca una ciudad digna para el peatón; una que podamos disfrutar todos y no solo los que caminan porque no les queda otra opción”, dice Villela.

El creciente conocimiento de Villela sobre la realidad de la urbe en el que habita es decisivo para la publicación de “Esto no nos hace bien”, campaña de concientización de Habitart, en 2018, que con fotografías arroja más luz sobre aquello que, por costumbre y falta de conocimiento, se ha vuelto invisible para los habitantes citadinos y que necesita cambiar.

Así, Villela recurre a los arquitectos José Gereda y Alejandro Biguría, “los más empapados en el tema de urbanismo”, comenta, para identificar los principales ejes que beneficien al ciudadano capitalino; servicios que giren no en torno a los vehículos, sino al peatón. Priorizando, logran identificar los siguientes cinco ejes para redirigir el curso de la capital guatemalteca hacia la creación de una ciudad más próspera, innovadora e incluyente:

    1- Banquetas. Quien camina por la ciudad nota que son escasas, de mala calidad, diminutas –cuando las hay– … “nefastas”, dice Villela. “Las pocas que hay no sirven; al sembrar árboles entre las banquetas, el peatón se ve obligado a caminar en fila india y el propósito se perdió. Está bien que hayan árboles en la ciudad, pero no si es a costa del bienestar del peatón, quien debe tener un lugar seguro, amplio, de buena calidad para caminar por la ciudad”, agrega.

    Y esta realidad se vuelve más compleja cuando quienes inciden en las decisiones sobre estos servicios para el peatón no caminan, ya que hacerlo es complicado y poco agradable. Por ende, desconocen dónde están las banquetas rotas, los tragantes inservibles, los problemas que el peatón enfrenta a diario… “estas personas van encerradas en sus vehículos, el aire acondicionado y radio puestos; no se enteran de lo que constituye un cambio urgente”, dice Villela, haciendo eco de lo que le ha compartido el arquitecto Alejandro Biguría. [No se pierdan la reveladora entrevista “El Ciudadano”, con Biguria, en https://issuu.com/edicionhabitart/docs/h55_f_issuu]. “Las banquetas se usan por necesidad. Nadie sale a dar un paseo porque es un deleite; quien sale a darlo pasa penas”, añade la directora de la revista.

    2- Contaminación visual. Aunque ya se ha comprobado que la salud mental de los ciudadanos se ve seriamente alterada y afectada por el ruido de la publicidad “nuestra ciudad está totalmente plagada de vallas. Están por todas partes. No existe criterio, regulación alguna, respecto al tipo de rótulos, los colores”, dice Villela, resaltando que esto ya no sucede en ninguna ciudad respetable del mundo. “Ya nadie tiene publicidad en las calles”, afirma.

    Muchos de los arquitectos y desarrolladores se extrañan ante sus señalamientos de Villela sobre lo vergonzosas que son las vallas. “¿Quién autoriza los anuncios encima de los direccionales de la ciudad?”, se pregunta. “La vía pública no debería ser un medio para lucrar. Debe respetarse y estar limpia”. El desconocimiento y la falta de información  -quizá también de interés- sobre esta violencia visual, abundan y obstaculizan las posibilidades de una transformación trascendente.

    3- Contaminación ambiental. La emisión de gases vehiculares es altísima en la Ciudad de Guatemala. De hecho, un estudio reciente de la OMS señala que Guatemala ocupa el tercer lugar –después de Lima, Perú y La Paz, Bolivia entre las ciudades con mayor cantidad de contaminantes producidos por vehículos motores de Latinoamérica. Es algo que todos presenciamos a diario, pero especialmente sufrido por el peatón que parece haber aceptado que parte de su rutina diaria consiste en arriesgar su propia salud. “Y volvemos a lo mismo”, recalca Villela, parece ser que “el peatón, el ciudadano que usa las calles, no importa”.

    “Alejandro Biguría tiene sensores colocados en las principales vías de la ciudad que muestran que la calidad de aire es adversa para la salud. Al salir a caminar no solo corremos el riesgo de ser atropellados por un carro, de caer por la mala calidad o falta de banquetas, sino arriesgamos nuestra salud”, señala Villela. “Es algo que debería estar muy bien regulado”… pero no lo está.

    4- Cables. “Una amiga que vive en Madrid dice que además de las vallas, los cables son lo que más le impactan al llegar a la capital guatemalteca”, comparte Villela. Como las vallas, los cables plasmados por toda la ciudad también parecen formar parte del espacio urbano, esquivados intencionalmente por ojos que prefieren no ver aquello que no parece tener solución.

    Este asunto está directamente ligado a las municipalidades que “no han regulado bien el tema, sino dejan que las telefonías hagan lo que se les plazca”, subraya Villela. Además, “si meten los cables bajo tierra, la muni les cobra una especie de alquiler por el uso del ducto subterráneo… entonces, las telefonías deciden dejar los cables expuestos en los postes”, añade, evidenciando la falta de soluciones adecuadas por parte de los gobiernos locales que impiden el acceso a una renovación urbana sostenible y eficiente.

    5- Parques y plazas. Como parte de los espacios públicos, los parques y plazas son lugares de recreación, de convivencia, en donde los ciudadanos crean tradiciones, interactúan, se relajan, toman un respiro de sus jornadas laborales.

    “Nos merecemos parques de dimensiones y verdes apropiados; lugares de descanso para leer, pasear, jugar… son áreas que deben considerarse en el desarrollo urbano”, destaca Villela, quien coincide con el arquitecto Gereda que Pasos y pedales –la transformación de uno de los pocos espacios verdes que existen en la ciudad en un área de prohibición vehicular el día domingo– no es un parque, aunque nuestro limitado acceso a los mismos nos lleve a concebirlo como tal.

    Establecidos estos 5 ejes, Habitart arranca con la publicación “Esta ciudad”, su campaña de concientización para el 2020, en la que distintos arquitectos y urbanistas tomarán su pluma para compartir sobre los temas más apremiantes para asegurar el mayor bienestar para los pobladores de la urbe.

    El concepto erróneo que tienen los guatemaltecos de que comprar un vehículo es la solución a sus problemas es uno de estos. “El carro no es calidad de vida”, asevera la periodista. “Debería ser un commodity  para realizar viajes largos de fin de semana… Caminar es un factor vital para tener calidad de vida. Necesitamos devolverle la vida al peatón”, enfatiza Villela, quien considera que hacerlo es una salida del caos en que vivimos y nos permitirá gozar de una vida más saludable, en todo sentido.

    “Las ciudades desempeñan un papel vital en la vida de las personas. Cuántos personajes de ficción y realidad han sido totalmente determinados por el entorno que los rodea. ¿Qué hubiera sido de Oliver Twist, sin el Londres desastroso del siglo XIX? ¿De los poetas y escritores de los años 20 sin el París de esa época? ¿De los escritores del grupo de Paul Bowles sin Marruecos, sin el Tánger de los años 70? Olvidamos que las ciudades son tan protagonistas de nuestra historia como la gente que nos rodea, como nuestras amistades, nuestra familia”, dice Villela, con cuya pregunta inquietante, dirigida a cada uno de los capitalinos guatemaltecos, pongo fin a este relato, apelando a su reflexión: “¿Y qué vamos a decir aquí? ¿Que nos quedamos encerrados, no pudimos revivir la ciudad y nos quedamos presos del vehículo y presos en la casa?”.

    Todas las noticias, directamente a tu correo

    Recibe todas las noticias destacadas de Relato.gt, una vez por semana, 0 spam.

    ¿Tienes un Relato por contar y quieres que nosotros lo hagamos por tí?

    Haz click aquí
    Comparte
    Comparte