El fin justifica los medios: La GANA, compañeros de chamba imagen

La Gran Alianza Nacional (GANA), tan apestada y al mismo tiempo tan amada y, sobre todo, tan útil para las élites.

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Cuando el escritor y político florentino Nicolás Maquiavelo daba sus consejos al príncipe Lorenzo de Médici, dando vida a su reconocida obra El Príncipe, en donde en resumidas cuentas aconsejaba para “el buen gobierno” y mantener el poder, seguramente nunca imaginó que sus particulares consejos serían el motivo de justificación perfecta para el descaro y la ignominia en muchas partes del mundo, mucho menos en estas tierras de infieles. Tampoco imaginó que una de sus máximas emblemáticas, “el fin justifica los medios”, serviría para justificar lo injustificable y para hacer alarde de la desfachatez, del descaro y de la vergüenza, y cómo no, para mantener el poder a toda costa. Como se ha escrito por allí, “cuando el objetivo o la causa son importantes, cualquier medio utilizado para lograrlo es válido”. Puede ser una inferencia de tal frase.

Ya la historia se ha encargado de demostrarnos que en Guatemala ese consejo “Maquiavélico” (que algunos justifican por su contexto histórico y otros porque la moral y la ética con la política son como agua y aceite, según ellos) ha sido seguido y adoptado a pie juntillas y sin ningún rubor y sobresalto, no solo por los políticos de turno, sino también y fundamentalmente por los sectores dominantes, especialmente el sector económico, que cuando de hacer alianzas para mantener el poder se trata no le ha importado “perder la clase, el glamour y las buenas costumbres” revolcándose –literalmente– con lo peor de lo peor. 

Para no ir tan lejos, la fuerte y descarada bofetada de despedida de fin de año que recién el 28 de noviembre (hace 2 días) nos acaban de recetar los indignos representantes de la patria en el Congreso de la República no hubiese sido posible sin el contubernio, apadrinamiento y consentimiento de los sectores tradicionales de poder, que con su poder económico omnímodo siguen apostándole a que nada cambie en este país y a mantener el control de la finca, sin importar si en esta ocasión había que revolcarse nuevamente en el chiquero de la mierda, la corrupción y la impunidad. Es decir, con la peor calaña posible. Otra vez, ¡el fin justifica los medios! Vaya si no, todo sea por mantener el status quo.

Este marco de referencia es el ideal para adentrarnos sobre otra de las bancadas de diputados con los cuales tuve que compartir. Se trata de la denominada Gran Alianza Nacional (GANA). Es preciso anotar que esta “alianza” nace y lleva al poder a un prominente representante del sector empresarial del país, el abogado Óscar Berger, quien sustituyó a Alfonso Portillo y que siendo una alianza de tres partidos toma dicho nombre. 

También es preciso recordar que uno de esos partidos se convertiría con el tiempo en el partido Gran Alianza Nacional (GANA) y que postuló para las elecciones generales de 2007, en su calidad de candidato oficial para la Presidencia, a un personaje que siempre ha sido de los suyos: Alejandro Giammattei, quien siempre ha consentido el modelo corrupto y tradicional de hacer política, sin ninguna duda. Resultado de su influencia y del manejo clientelar y opaco que ha caracterizado a los gobiernos en el poder, la GANA –siendo partido oficial y aún sin pasar a segunda vuelta– logró convertirse ese año en la tercera fuerza en el Congreso de la República, llevando al Legislativo suficientes diputados como para pesar en las decisiones.

Allí serían sus representantes –con quienes tendría que compartir–, diputados como Manuel Eduardo Castillo (quien nunca tendría participación destacada en el pleno y todo indica que buscaba impunidad con la curul tras haber sido el flamante Ministro de Comunicaciones y Obras Públicas en el gobierno de Berger y en donde se puso de moda el famoso Pacur, Rosa María de Frade (quien jugó un papel destacado y valiente en algunos temas, aunque sin desprenderse de los intereses concretos que representaba), Jorge Méndez Herbruger, quien de ser uno de los más genuinos representantes del criollismo y el pedigrí, según él, no tuvo empacho más tarde en tirarlo por la borda para trasladarse a LIDER, una de las expresiones de lo más chusco que habría de surgir en aquella legislatura. 

También compartí curul con otros dos diputados electos por dicha organización, Byron Chacón y Manuel Giordano (padre de la criatura tan particular y tan sui géneris que habita en el Congreso de la República actual, y cuyos genes evidentemente lo delatan), quienes con sus propios actos nos han demostrado ser de esa clase política despreciable que desde hace mucho rato debería de haber salido del poder. También era parte de dicho proyecto “El señor de las sombras del presupuesto nacional”, el diputado Juan Ramón Ponce Way, famoso por no hacer nada ni proponer nada, pero manejador como muy pocos del reparto de obras, comisiones y prebendas del presupuesto nacional. 

Los verdaderos jefes del proyecto eran ni más ni menos que Manuel Barquín Durán y Jaime Martínez Loayza, ambos liderazgos departamentales, auténticos representantes del caciquismo perverso, tradicional, que con base en el clientelismo y prácticas poco transparentes han manejado a su sabor y antojo la política nacional. 

Debo aclarar que la GANA era y sigue siendo todo eso y más, y aunque en esencia era un proyecto emergente de sombras tenebrosas y prácticas ilegales, sabía moverse de un lado a otro para mantener la cuota de poder necesaria para incidir en los destinos del país. Así las cosas, el sector empresarial hegemónico jamás tuvo problemas para arroparlos en su seno, siempre y cuando les fueran útiles, a pesar de sus prácticas y antecedentes conocidos.  También así pasó a defenestrarlos en el momento en que dejaron de servir a sus intereses.

Muchos de sus dirigentes han tenido que enfrentar a la justicia, aunque con juicios generosos y lentos capaces de desesperar hasta el más creyente en la labor de la CICIG y el MP, y otros siguen danzando al son que saben bailar, no importa el tipo de danza, porque en Guatemala todo es posible. Así como estuvieron en apoyo abierto a Berger y se volvieron socios del sector empresarial hegemónico, así también al llegar al llegar las elecciones de 2011, aunque ya se avizoraba su actual situación, no tuvieron ningún problema para garantizarse la reelección y seguir mamando de la teta del Estado. Esto porque entre abrazos, besos y apapachos terminaron levantándole los brazos a Sandra Torres, de la igualmente pragmática UNE, que no tuvo ningún problema ni remordimientos, mucho menos reservas éticas, para darles cabida. Nuevamente, ¡el fin justifica los medios!.

Ya lo que sucedió en 2015, en donde decidieron guardar la ficha partidaria y apoyar con todo a LIDER, son otros cien pesos. Sin embargo, esa medida los hundió en el inframundo político porque fuera de la claridad de la luz que el sector empresarial hegemónico les otorgó en algún momento cuando eran útiles, sus posibilidades de sobrevivencia ahora son casi nulas.

El texto maquiavélico dice así: “(…) en las acciones de los hombres, y particularmente de los príncipes, donde no hay apelación posible, se atiende a los resultados. Trate, pues, un príncipe de vencer y conservar el Estado, que los medios siempre serán honorables y loados por todos; porque el vulgo se deja engañar por las apariencias y por el éxito; y en el mundo sólo hay vulgo, ya que las minorías no cuentan sino cuando las mayorías no tienen donde apoyarse (…)”. ¡Macabro Maquiavelo, de verdad macabro! Pero si de algo hay que impresionarse es de su conocimiento de la raza humana, y de lo que significa el poder, vaya si no. Impresionante, aunque sus palabras nos acrecienten las náuseas y ganas de vomitar al comprobar que por estas tierras sus máximas y postulados nos han producido las más despreciables y caras ignominias. Y francamente no estoy seguro de si en su tumba se retuerce o se siente realizado.

BLOG EL CONGRESO DESDE SUS ENTRAÑAS: POR ANÍBAL GARCÍA




Abogado, diputado al Congreso de la República en el período 2007-2011. Candidato a la Presidencia de la República en las elecciones de 2015.

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