El día que Francia conquistó al mundo y mi padre se fue imagen

Recuerdo aquel mundial de Francia 1998 con mucha intensidad emocional. Mi etapa futbolera fue voraz pero una vivencia me hizo abandonar mi mi juventud para convertirme en adulto.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Aquel mundial que inició el miércoles 10 de junio de 1998 empezó mal. La abuela de mi mejor amigo falleció en la mañana. En punto de la ceremonia de inauguración. La fui a ver unos días antes. Estaba enferma. Tenía una semana de no levantarse. Iba al baño con ayuda y después a seguir con la agónica espera.

Luego había que lidiar con el duelo que Diego Maradona no estaba en el mundial de Francia. Salió por la parte de atrás en EEUU ’94, sin pena ni gloria. Todo por beberse aquel “cóctel” Aun así Argentina tenía un equipazo. Con Batistuta, Hernán Crepo, “el muñeco” Gallardo, el “Pupi” Zanetti, El burrito Ortega, Diego Simeone y demás superestrellas.

Brasil tenía a Ronaldo en su plena juventud, Rivaldo que era un gigante, Bebeto el cerebro, y Dunga. Así un montón de figuras, Baggio, Maldini, por Italia. Matteus y Klissman por Alemania. Esa generación campeona que se murió entera en ese partido contra Croacia que los goleó 3-0. Fue el último mundial de Yugoslavia antes de dividirse.

Recuerdo que para ese entonces todos detestábamos las narraciones de los canales nacionales. En algunas colonias todavía estaba XEW, Univisión y Televisión Azteca que pasaban los partidos. Entonces los canales interponían la señal de los canales 3 y 7 con la narración de Univisión, o El Perro Bermúdez y todo el elenco del programa Los Protagonista. Siempre era aceptable escuchar la narración por emisoras unidas.

Para entonces trabajaba en una radio, como operador en consola. También tenía un segundo trabajo de oficina que era uno de esas nuevas plazas inventadas por la tecnología y el internet: editor de noticias en línea. Era un trabajo aburrido. Claro no sabría que después me ganaría la vida escribiendo. Las ironías de la vida.

También por esos días nos habíamos enterado que mi padre tenía cáncer pulmonar. Todo aquel abuso de dos cajetillas diarias finalmente pasaba la factura. Estaba muy delgado, había bajado casi 30 libras. Su doctor le había dicho que se internara en el IGSS y que recibiera los tratamientos de quimioterapia, cosa que hizo. 

Fue la tarde del viernes, 26 que Argentina había ganado a Croacia y se las vería contra Inglaterra en octavos. Salí de la radio a las 5 de la tarde y encontré a mi padre. Iba de regreso a la casa. Había comprado unas medicinas. Me armé de valor y le hablé como nunca antes en mi vida. Lo intenté convencer durante todo el camino que no se fuera al IGSS; que se quedara en casa pero él ya había tomado su decisión, y lo que no quería es que la gente culpara a mi madre de que no había hecho nada por salvarlo.




Un año antes mi abuela, es decir, la mamá de mi papá había fallecido. Tenía 94 años con Alzheimer y, una tarde, resbaló y se quebró la cadera. Después de dos semanas en el IGSS, falleció.

Mi padre también hizo lo mismo, se fue al IGSS el lunes 29 y se internó. Ese día preferí ir a trabajar, mi intento por convencer a mi padre de que se quedara me frustró y no quise ir a dejarlo con mi mamá. Ese día Alemania le metía dos goles a México y lo eliminaba. No pasaban al quinto partido. El martes Argentina había eliminado a Inglaterra en penales después que en tiempo reglamentario terminaron empatados a dos.

Recuerdo que nadie apostaba por Francia pero cuando se dieron cuenta que no había perdido ningún partido y era el más sólido, todos la daban como semifinalista pero nunca como campeona. Luego Bergkamp metía un gol sobre el filo del partido, Holanda eliminaba a Argentina y así se acabó el mundial para mí.

Brasil era el único equipo que había ganado en otro continente que no fuera América. Ya había conquistado Suecia en 1958 de la mano de Pelé y podría repetir esa hazaña nuevamente. Ronaldo y Rivaldo era invencibles.

El 12 de julio Brasil y Francia jugaron la final. Mi padre tenía 2 semanas de estar internado. Solo lo fui a ver una vez al IGSS de la zona 9. Al menos estaba tranquilo o sereno. Intenté jugar las emociones una a la vez.

El primer gol fue un cabezazo Zidane en un tiro de esquina a pase de Emmanuel Petit. Zidane anotaría el segundo sobre el filo del primer tiempo, otra vez de cabeza y tiro de esquina de Yuri Djorkaev. Ronaldo tuvo que salir del campo. Se sentía enfermo. No podía correr. Fue una pena.

El segundo tiempo Brasil fue asfixiante pero estaba Fabien Barthez y él paraba todo. Casi al terminar el partido Dugarryse fuga, se la pasó a Patrick Viera que hizo el pase a Petit y 3-0, Francia era campeón. Partidazo. Dos días después celebraba su Día Nacional y que era campeona del mundo.



Mi madre fue en la tarde a ver a mi padre. En su lecho le pedía un cigarro, así como los fusilados pero no se lo podía dar. Yo estaba en la puerta de afuera de la casa. Venía tirando lágrimas por toda la calle. Solo nos abrazamos. A las 11:30 sonó el teléfono. Era del hospital. Todavía recuerdo ese frío.

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