Amar a tu prójimo como a ti mismo no suele ser tan importante cuando se trata de la comunidad LGBTI. A veces, los cristianos nos dejamos llevar por los mensajes de odio que vemos en los medios y se nos olvida que no estamos ni capacitados, ni llamados a juzgar. Estamos llamados a amar. Y no amar a medias, o a tolerar: a amar como nos amamos a nosotros mismos. (Juan 13:34)
No se trata de tolerancia, se trata de amor.
No odiamos a la comunidad LGBTI, la amamos. ¿Pero qué significa amar? La respuesta es fácil:
4 El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. 5 No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. 6 El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. 7 Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. Corintios 13: 4-7
Si bien, el amor se regocija con la verdad: también es paciente, bondadoso, olvida las ofensas y no se comporta con rudeza.
No se trata de dejar de hablar del tema, sino de hablarlo con amor, bondad, sin rencores, sin jactarse y con paciencia.
El mensaje cristiano no se transmite a la fuerza: se comparte con el ejemplo.
Si bien no toda la comunidad LGBTI es amable, compasiva y tolerante ¿qué estás diciendo acerca del cristianismo si les hablás con insultos, con odio, con rencor? “Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse” en Santiago 1:19. Si tanto defiendes el cristianismo ¿por qué no lo vives?
Verdad cristiana: todos somos pecadores.
Tú, yo, él, ella, ellos, ellas, nosotros. Todo el abanico de personalidades, géneros y razas sin distinción necesitamos el perdón por una o muchas faltas. Incluido tú, que lees. Incluido tú, que insultas a los homosexuales. Incluidos todos. Ese es el fundamento del cristianismo, que nadie puede salvarse por sí mismo sino que la salvación es un regalo: para que nadie se jacte. (Efesios 2:8-9)
A veces por defender el cristianismo, olvidamos que somos cristianos, llenos de odio y rencor. Rechazamos a la comunidad LGBTI en lugar de invitarla a nuestras iglesias.
No existe un manual detallado para enfrentar la conversación con la comunidad LGBTI pero sí tenemos una guía buena y saludable para hacerlo. Propongo que empecemos por allí.
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