Toda persona que debe mantener una cuota alta de poder sabe que el mismo es transitorio y puede cambiar muy rápido. Muchas personas creen que el sometimiento social es la mejor manera, pero esto dura muy poco y termina siempre mal para la figura de poder.
Entonces ¿Qué puede hacer una persona para mantener intacta su imagen y obtener apoyo ante cualquier situación?La respuesta es simple y compleja a la vez, se trata de generar una figura de odio, ya sea real o ficticia, pero sin duda esta debe existir.
Las personas diariamente experimentan emociones, estas pueden ser positivas o negativas y la intensidad varía durante el día. Pero cuando existen problemas el caos quizás no esté presente pero las emociones sí, entonces estas emociones pasan a ser colectivas y se genera el caos social. De este estallido pasan muchas cosas y, sin duda alguna, alguien terminará siendo culpable.
Los enemigos históricos en Guatemala
En este punto parece confuso, pero con este ejemplo se aclara la situación. Si hablamos de Guatemala y pensamos en gobiernos anteriores le será fácil recordar al enemigo que se enfrentó.
Vinicio Cerezo: El enemigo social era la dictadura.
Álvaro Arzú: El sufrimiento de la guerra interna.
Alfonso Portillo: Las elites sociales que oprimen al pobre.
Otto Pérez: La delincuencia por eso su slogan mano dura funciono también.
Cada dirigente tiene que tener ese enemigo vivo y presente para que el colectivo social tenga a quien odiar, así, cuando el caos llega, ese colectivo tiene que tener a donde apuntar.
En el gobierno actual, ese enemigo es difuso. Para unos sectores será la derecha, para otros la izquierda, para otros nosotros mismos y para otros serán asociaciones extranjeras.
Si bien se ha intentado manejar que el enemigo es la corrupción, ese enemigo está en el gobierno, y como el odio no puede ser dirigido a una persona de manera colectiva, se genera el caos y el rechazo al poder. Así, cualquier persona que está relacionada al gobierno pasa a ser el enemigo con la mínima chispa.
Crear un enemigo en tres pasos
Para darle otro ejemplo muy claro es la lucha contra el narcotráfico. Cuando se hace un trabajo de comunicación social, es muy fácil que el gobierno termine siendo el objeto de odio y el narcotraficante termine siendo un modelo a seguir, una figura idealizada de poder que es aceptada, temida y respetada.
Basado en esto, el manual básico para generar ese enemigo se basa en tres ejes simples.
1. El enemigo debe ser difuso, difícil de explicar pero fácil de presentar a los medios de comunicación.
-Esto significa que puede ser por ejemplo una enfermedad, rara, difícil de conocer sus causas, que da temor y no se conoce su origen, pero sí se puede hacer visible al presentar a los medios de comunicación un enfermo. En un hospital harán magia, esta maldita enfermedad es lo que se odia, no es culpa del ente de poder, se puede pedir explicación o que la cure, pero el temor genera que las personas se unan ante esta calamidad.
-El crimen organizado, es complejo definir quiénes lo forman o dónde se ocultan, pero con una captura es fácil de presentarlo a los medios de comunicación y que las personas vean ese fantasma. Claro, habrán más pero esto unifica ese odio y temor.
-Lo mismo sucede con las maras, no se tiene un número exacto de cuántos la forman, su alcance o su poder. Generan caos, pero es fácil presentar a un líder y sacrificarlo cuando la gente está desesperada.
2. El enemigo debe ser continuo.
No se puede generar un enemigo que sea fácil de capturar y eliminar, porque el colectivo buscará con qué sustituirlo y de ahí reina el caos. Se corre el riesgo que la figura de poder tome ese lugar y pase a ser el objeto de odio.
En los ejemplos anteriores la enfermedad puede tener un brote; el crimen organizado y el narcotráfico se reacomodará y un nuevo líder surgirá, más fuerte, más violento. Los tres llegarán a nuevo nivel, serán un nuevo reto.
3. El temor debe estar combinado con el odio.
Las personas deben odiar esta figura real o ficticia, pero debe infundir miedo. Si el miedo se pierde, se pierde el respeto y no odiamos lo que no respetamos.
Odiamos la corrupción porque tenemos a los resultados que esta da; odiamos el narcotráfico porque tenemos que maten personas o jóvenes desperdicien su juventud.
Por el contrario, no se odia la tecnología porque no se tiene miedo que conquiste al mundo. Pero en el momento en que se descubriera que vulnera la privacidad, el miedo a saber que alguien ve lo que vemos y comentamos en internet, sin duda se odiaría a quien lo haga.
Aplicación de la teoría: Anular un sindicato
Basados en esta fórmula básica, en una empresa es fácil de aplicar y eliminar un sindicato por ejemplo:
1. El enemigo es el desempleo, pueden ser muchos o pocos despidos, pero son inminentes
2. La causa: el sindicato presionó mucho a la empresa reduciendo tanto el margen de ganancia que ahora la única manera de seguir adelante es reducir empleos.
3. El sindicato tiene nombres de dirigentes y estos tiene intereses egoístas, ya se formó el temor, la causa difusa y ahora tiene un objetivo claro.
4. El sindicato no es una persona, son varias. Se planea a quién eliminar para que una parte sobreviva y las personas se concentren en ello, para olvidar rápidamente que esto inició, por ejemplo, por malas condiciones laborales.
5. Al perder una cabeza el sindicato se compensa a la multitud, se anuncia que no habrá despidos, pero sí recorte de horarios, esto con el fin que la misma multitud se organice para otro sacrificio esperando resultados. Ahí se puede manipular para hacer pensar que los sacrificios fueron insignificantes por ende se pide más para lograr algo.
De esta manera tan práctica y sencilla se lograr mantener la cuota de poder por largos periodos de tiempo.
Entonces, siempre es bueno tener una lista de chivos expiatorios, personas dispuestas a sacrificarse por la causa para que en todo momento el líder social tenga el apoyo colectivo ante una inminente revuelta.
BLOG DEL MANIPULADOR
Miembro de la agencia Mente Brillante: #LenguajeCorporal, Gestion de la percepcion #MarketingPolitico, #Seduccion. MAKE HISTORY