Todos queremos ser más creativos: generar muchas y buenas ideas, ver el mundo de una manera distinta y tener la sensibilidad para crear y transformar nuestro entorno. La creatividad es una habilidad necesaria tanto en la vida profesional como en la personal, pero muchas veces al sentarnos frente a una página en blanco para iniciar un nuevo proyecto, nos sentimos bloqueados como si las ideas se nos hubieran secado. ¿Qué hacer ante un bloqueo creativo? ¿Qué hacer cuando sientes que tu mente no genera tantas, ni tan buenas ideas?
Como coach de creatividad he notado que el bloqueo creativo es un tema recurrente entre mis clientes, tanto en talleres como en sesiones de coaching individual. Y una de las herramientas que les propongo utilizar es la de “llenar el pozo”.
La autora y experta en creatividad Julia Cameron, en su libro El Sendero del Artista, compara la creatividad con un pozo. Un pozo al que si le sacamos agua todo el tiempo, sin permitir que se nutra de la lluvia o de corrientes subterráneas, puede secarse. Así, nuestro “manantial de creatividad interior” puede secarse si constantemente sacamos ideas, sacamos proyectos, sacamos soluciones y pocas veces le damos oportunidad de nutrirse y de llenarse.
Entonces, ¿cómo llenamos el pozo? De acuerdo a Cameron, lo llenamos realizando actividades que estimulen nuestros sentidos. Actividades que nos gusten, en las que nos sintamos plenos y llenos de energía y en las que utilicemos todos los sentidos.
¿Tienes ya alguna idea para llenar tu pozo? Piensa en algo que te guste, piensa en actividades en las que uses la mayoría de tus sentidos. Has un listado y empieza a experimentar. Algunas de mis rutinas favoritas para “llenarme de creatividad” son: caminatas al aire libre, experimentos con nuevas recetas y mañanas de lectura acompañada de un café.
¡Pero no esperes a sufrir un bloqueo creativo! Así como no esperas a que se acabe el combustible de tu carro para ir a la gasolinera, acostúmbrate a mantener tu tanque de creatividad en “full”. Busca el tiempo y el espacio para nutrir tu pozo, para renovar tu energía y para llenarte de creatividad. Con tu pozo lleno, estarás siempre listo para tu próximo proyecto, para resolver los problemas en el camino y para escribir una nueva historia en cada página en blanco.