CLAVOS DE 9 PULGADAS imagen

El Pacto secreto de Álvaro Sánchez para esta semana, es con Trent Reznor.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Siempre que me hacen la pregunta ¿Cúal es tu banda favorita? o la clásica de ¿Si te dejaran abandonado en una isla con algunos de tus discos cuáles llevarías? (en mi caso lo de la isla sería poco probable. Nunca he sido fan del calor y de la arena metida en lugares del cuerpo que no sabía que existían).






Tengo siempre una lista interminable de discos favoritos. Que depende siempre del mood en que me encuentre. Pero hay una banda que jamás se moverá de mi lista. Y que seguramente siempre conservara el número 1 de ese inventario. Y esta vez finalmente puedo hablar algo sobre este proyecto musical. Me refiero nada más y nada menos que Nine Inch Nails (NIN). El hijo oscuro que parió en 1988 el genio musical del rock industrial Trent Reznor, originario de New Castle, Pennsylvania, EE. UU.

Para hablar de mi historia con NIN tengo que remontarme a un lejano 1994. En el que un amigo me inicio en el sonido de Reznor & Cia. No lo voy a negar. Lo primero que sentí fue miedo. Al darle play al que para muchos es el Magnum Opus de Reznor, el álbum: The Downward Spiral. El soundtrack de una pesadilla sin duda alguna.

Si bien en ese entonces ya escuchaba bandas de thrash y death metal esto era distinto a todo lo que había escuchado. Los golpes sonoros del intro de Mr.Self Destruct, me golpearon hasta la última vértebra de la espina dorsal. Al igual que las notas de Wish y Reptile. Y las hermosas piezas musicales Hurt y A Warm Place hicieron de mi garganta un nudo.

Cuando decidí finalmente convertirme al culto de Reznor fue al ver por primera vez el video de Closer la exquisita obra visual de arte del director Mark Romanek. Sus imágenes alteraron mi psique y los beats casi pecaminosos acompañados de su infame letra « I wanna fuck you like an animal / My whole existence is flawed / You get me closer to God » fue casi equivalente al día en que perdí la virginidad. Solo que esta vez era el fin de mi castidad musical.

No tardaría mucho tiempo para que cayera en mis manos Pretty Hate Machine. Su primer disco. Con el entendería el principio de todo esto tarareando la letra de Head Like a Hole. La furia corrosiva de un Reznor a punto de sucumbir a sus adicciones, me ayudaron a contener mi propia rabia interior y canalizarla en su música. Aunque eso suene contradictorio. La tragedia de uno es la salvación de otro.

Uno de los días más intensos de mi vida llegó el 15 de mayo de 2005. Acababa de afrontar la peor crisis de salud de mi vida. Fue un año durante el cual estuve a punto de ser llevado a decirle a la muerte ¡Hola aquí estoy finalmente! Sin embargo, ese día comprendí el significado del éxtasis musical atado a una especie de resurrección personal. De pronto, me vi haciendo cola frente al Hammerstein Ballroom en New York. Había llegado finalmente el día en que nos veríamos cara a cara con Reznor y su máquina de odio.

Era la gira With Teeth y mi amigo y yo, habíamos viajado muchos kilómetros para presenciar ese evento que nos había tomado demasiado tiempo (una de las desventajas de vivir en el tercer mundo). Y claro está que una dosis no iba a ser suficiente. Afortunadamente hubo 2 fechas en el mismo lugar y fuimos a ambas.

La música de NIN siempre me ha acompañado durante la vida. Nunca he dudado sobre su inmensa influencia tanto en mi existencia, como en mi carrera visual. Fue definitivamente un parteaguas. Yo, como millones más, celebro el reciente regalo navideño que nos hiciera Trent Renzor: NOT THE ACTUAL EVENTS. Un EP de 5 canciones que es un viaje sónico que recorre algunos de los sonidos distintivos de varios de los álbumes esenciales de NIN.

En los últimos años Reznor ha experimentado mucho con el sonido de la banda. Para muchos siempre es refrescante. Para otros más puristas, no tanto. Ya que anhelan el regreso al estruendo de esos discos llenos de impetuosidad de los 90’s. Pero a mi parecer, creo que la experimentación es un lujo que puede darse Reznor para no encajarse en una sola cosa.

Yo valoro mucho a los músicos que pueden reinventarse y sorprendernos con un nuevo material destinado a nuestro delirio. Pertenezco al grupo de los que esperábamos nueva música desde el anterior disco Hesitation Marks que, personalmente, me gustó mucho. Al enterarme de que Reznor junto con Atticus Ross, colaborador inseparable de fórmula y ahora miembro oficial de la banda, sacarían antes de que el 2016 terminara material nuevo, hizo que mis oídos empezarán a prepararse para lo que viniera en ese EP.

El primer golpe vino con Burning Bright que inmediatamente hizo que tuviera un flashback a mi cuarto y a mi viejo walkman oyendo Downward Spiral y The Fragile. Cortes como She’s Gone y The Idea of You son exactamente el sonido que esperaba escuchar casi 23 años después de esos primeros álbumes. Reznor siempre ha despertado sentimientos encontrados. Pero insisto. Reznor no es el del tipo de artistas que se acomodan a un sonido por el hecho de vender. En su cuenta bancaria seguro hay varios millones, como para hacer lo que se le dé la gana, a estas alturas. ¿O qué pensaban? que sería una especie de banda tipo Maná que suena igual casi 30 años después? (sí, ya sé que la comparación es absurda, pero ustedes entienden mi punto).

NOT THE ACTUAL EVENTS me parece un buen follow up a lo que Reznor venía trabajando desde Year Zero hasta Hesitation Marks. Y seguro este nuevo año no dudo en que Reznor nos sorprenderá con un disco completo, o con otro maravilloso soundtrack, para algún filme como lo ha venido haciendo estos últimos años. Y yo no dudo que lo estaré esperando. Aguardaré con la misma emoción de aquellas noches en esa habitación a oscuras, cuando, con los ojos cerrados y la respiración contenida, esperaba el estallido de la siguiente canción en aquel viejo cassette que tenía inscrito en bolígrafo azul, con la letra de un joven perdedor, la palabra: NIN.

BLOG LOS PACTOS SECRETOS, POR ÁLVARO SÁNCHEZ




“Álvaro es un melómano del underground mundial. Si antes invocaba al diablo e invitaba a bailar frente a un tribunal inquisidor, ahora escribirá metáforas distintas, pero con la misma intensidad, él vendió su alma por la música”.

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