Existen muchas facetas del crimen: delitos contra la vida, contra el patrimonio, contra la niñez y adolescencia, contra la mujer o contra el medio ambiente, solo para citar algunos ejemplos. Estos hacen que la investigación se considere vital para llegar a resultados satisfactorios, o por lo menos esperados, según sea la condición.
En nuestro país se cometen crímenes atroces como los mencionados en el párrafo anterior. Así también se conducen investigaciones llamadas “de oficio” por parte de los entes encargados de impartir justicia. Esta tarea es bastante compleja debido a varios factores, tanto internos como externos, que se abordan a continuación.
El método y la estrategia de investigación criminal son de reciente introducción en el país. Antes se investigaba de una forma empírica y sin método de búsqueda, de seguimiento de variables, de delitos aislados, de ataque frontal a aquellos que por corresponder a flagrancia o que el perpetrador haya confesado se reunían los indicios, se perseguía y sindicaba a la persona.
En el pasado reciente los métodos de investigación criminal se han ido sofisticando, al igual que la comisión de los delitos. El diseñar un plan de trabajo, no desde el punto de vista académico, sino basado en pautas reales –en hipótesis variadas que generen distintos puntos de vista– ayudará sin lugar a dudas a la resolución del caso.
En la mayoría de los casos se busca lo obvio, lo claro y lo transparente ¡Como si investigar fuera tan fácil! No lo es. Se requieren disciplina y constancia. Algunos investigadores de carrera recurren al sentido común para resolver crímenes. Puede ser casualidad, si se olvida que es la causalidad la que realmente genera la comisión de estos.
El extorsionista realiza dicha actividad por fines económicos, sociales y de poder. ¿Qué investigar, entonces? El secuestrador lo puede realizar por venganza, por poder, por ganancia económica, por estatus… ¿qué investigar, entonces? El asesino lleva a cabo sus crímenes por encargo, venganza, odio, terror, poder, supremacía o placer. Entonces, ¿qué investigar?
Se persigue con esta ejemplificación el hecho de que se debe sopesar para investigar, primero, el motivo, el por qué se llevó a cabo ese crimen, la hora, el lugar, las condiciones climáticas, el entorno familiar, laboral, la relación sentimental o cuántos lo perpetraron. Esto lleva a pensar que un crimen no se comete solamente por el hecho de realizarlo.
Pensamiento lateral
El cómo fue realizado siempre va ligado al qué pasó, ya que son las primeras dos interrogantes que todo investigador criminal se hace. Tiene relación con la sorpresa y el deseo de dilucidar un hecho criminal. No quiere decir que las otras preguntas no sean importantes, solamente que es una reacción humana el preguntarse ¿qué y cómo ocurrió?
El pensar integralmente permite ubicar en tiempo y espacio lo que se presenta ante nuestros ojos; el pensar lateralmente, lo que ocurre detrás de nuestras cabezas y a nuestro alrededor. El manejo apropiado de un escenario de crimen reúne ambos acercamientos. La relación entre cuáles pasos llevar, qué ruta seguir y qué respuesta buscar es lo que hace fascinante la investigación criminal.
Si se evaluaran las alternativas de posibles escenarios de crimen, se reduciría la probabilidad de que crímenes quedaran en la impunidad. La interpretación de los indicios recolectados y analizados científicamente, el imaginar que es un ser humano quien está detrás de la comisión de esos delitos y el anticiparse a patrones previamente establecidos ayudaría a comprender que todo inicia con prueba y error. Es aquí específicamente donde debe tomarse ventaja para llevar a cabo una efectiva investigación de índole criminológico.
BLOG DEL CRIMEN: POR FEDERICO REYES
Doctor en reconstrucción facial por la universidad de Glasgow, Escocia. Catedrático del curso de análisis criminal y pensamiento lateral en Unversity College London, Inglaterra. Asesor para MP, INACIF, PNC y Naciones Unidas