En el Baño de Hombres imagen

¿Hay más mujeres que hombres? no conozco cifras para Guatemala. A simple conteo parece que sí. Lo cierto es que las mujeres orinamos mucho más que ellos. Si a litros vamos, los superamos.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Se supone que en el mundo hay más mujeres que hombres, no conozco cifras exactas para Guatemala. Pareciera que sí, que superamos en número, levemente, la cantidad de caballeros. Lo que sí sé, por experiencia, es que las mujeres orinamos mucho más que ellos. Los superamos por mucho, en litros de pipí. Somos asiduas visitantes del baño, tanto en casa, en la oficina, como en sitios públicos.




Personalmente conozco casi todos los baños de la ciudad. Lugares de comida rápida, supermercados, farmacias (sí, he pedido prestado el baño en la farmacia), panaderías, cafeterías, hospitales, funerarias, ferreterías, restaurantes, centros comerciales de todo tipo, librerías. A donde vaya llego con agua en la vejiga. Si no llego urgida, ahí se llena. Así funciono. Y no soy la única.

El asunto se complica cuando los baños son individuales. Es decir, un pequeño cuartito de baño, con un solo inodoro, para una sola mujer. He visto colas de mujeres bailando frente a sus puertas. Suelo ser una de ellas. A veces son tan largas que, estoy segura, no cabríamos todas juntas dentro de la pequeña habitación, ni siquiera unas sobre otras. Mientras una serpiente de mujeres danza desesperada frente a la puerta, esperando con ansias que al fin se abra, el baño de caballeros es un espacio solitario, vacío, y normalmente (depende de dónde, claro) más limpio.

Un símbolo de bigotes, o un sombrero o un hombrecito sin falda advierte que ese lugar ansiando solo puede usarlo un caballero a la vez. Y ellos casi no lo usan.

Por cada baño de hombres debiera haber un par de baños para mujeres. Por lo menos. Así el volumen de seres femeninos necesitados de vaciarse fluiría con más armonía.




SÍMBOLOS

Hace años aprendí a ignorar los símbolos masculinos que restringen el uso de su recinto. Conozco todos los baños individuales de hombres de los sitios que frecuento. Los he usado una y otra vez. La necesidad es la madre de la desvergüenza.

Pregunto, ¿Será realmente vergonzoso usarlo? No me parece. El único bochorno que he padecido fue abrir un baño masculino que estaba ocupado. El cuate no puso llave, y lo vi ahí, sentadito. Nadie lloró, nadie murió.

Si no cumplen la regular regla de estar limpios, no los uso. Pero créanme, he visto baños de hombre más limpios que su pareja femenina en el mismo sitio. ¿Será entonces necesario etiquetarlos? Los labios y bigotes, los sombreros o florecitas ¿Serán negociables?

En otros países he conocido baños para todos. Ya saben, en los países desarrollados proliferan los géneros. Los símbolos son geniales. Lo importante es la higiene, lo imprescindible es orinar para no hacerlo en la ropa.




HIGIENE

El otro día fui a una cafetería muy frecuentada. No soy de los frecuentes. Y sucedió el rebalse común de mi vejiga. Claro, me había bebido un litro de té, imposible no necesitar un desalojo.

Como de costumbre, el baño femenino tenía cuatro señoras bailando enfrente. Quien estaba adentro, me parece, estaba maquillándose para alguna función teatral. Los minutos pasaban y no progresaba el flujo de damas.

Tranquilamente corte la fila, abrí la puerta del baño de señores y cuando me disponía a cerrar la puerta, vi cómo me observaban con horror seis ojos desorbitados. Una de ellas, una señora más joven que yo, me dijo que era impropio lo que pretendía hacer.

Sonriendo, le conté sobre todos los baños de hombres que conozco y uso como si me pertenecieran. Cerré la puerta y tranquilamente hice lo mío. Me lavé las manos, el jabón olía igual de rico que cualquier jabón, el piso estaba limpio, la taza también, el espejo. Ese baño nadie lo había usado después de haber sido limpiado por última vez.

Salí. La cola femenina no había progresado, por eso mi teoría del maquillaje. Es más, había crecido. Al salir, un joven esperaba tranquilamente frente a su baño. Ya sabía que fue usurpado por una señora. Las damas que aún aguardaban seguramente le contaron. Se río conmigo, le agradecí su paciencia y sobrevivimos.

HEMOS AVANZADO

Hay sitios, muy pocos aún, que tienen signo doble frente a las puertas. Suelen ponerlo cuando solo hay un baño. Propongo que los lugares que tienen más de un baño, también lo usen. Democraticemos el desalojo de las necesidades fisiológicas en sitios públicos. Es un tema de balance.

Y en los lugares en que los baños están etiquetados, sugiero a las mujeres que rompan su inhibición, que atiendan lo que de verdad importa. Es un asunto de salud, también es simple evolución.




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