Las fuerzas de seguridad interna reportan el incremento o decremento de la violencia y criminalidad en el país a nivel semanal, mensual, semestral y anual. Mencionan cuantitativamente los resultados en áreas urbanas y rurales de la república que han mostrado algún cambio cuantitativo en lo reportado; mas no así en lo cualitativo, que muchas veces no se incluye en estos reportes.
La seguridad en un área es palpable por sus propios habitantes, quienes viven y sufren día a día delitos como, extorsión, secuestro, robo, hurto, homicidio, violaciones sexuales y agresiones contra la niñez y personas de la tercera edad. Estos se vuelven parte del quehacer cotidiano. No es normal ni es fácil el enfrentar estos flagelos a diario o sobre una base regular de tiempo y espacio.
Es común que se solicite mayor presencia de agentes policiales, comisarías equipadas, ataque frontal a la delincuencia y criminalidad, planes eficientes de abordaje y trabajo conjunto de fuerzas de seguridad. Esto conlleva a que la base sea el análisis de lo que ha ocurrido cualitativamente y no solamente cuantitativamente: Calidad de los delitos analizados comparada con la cantidad reportada.
La criminalidad crece en un área por diversos motivos: debilitamiento de las fuerzas de seguridad; corrupción a todo nivel en las instituciones encargadas de impartir justicia; ausencia de abordaje para combatir uno u otro delito; y, por último, la incapacidad de poder analizar la información y diseñar planes reales para su aplicación inmediata. Los grupos delincuenciales saben de estas debilidades, ya que muchos de ellos incluyen personas que formaron parte del sistema de justicia, conocen los puntos débiles del sistema y sobre todo giran en torno a los anillos de corrupción.
Últimamente se ha mencionado que se irá reduciendo paulatinamente la cantidad de efectivos militares en la seguridad ciudadana. Esto es un hecho positivo, ya que corresponde a la Policía Nacional Civil (PNC) el resguardo de la seguridad de los habitantes en general. Algo que es importante de mencionar acá es que la presencia de efectivos militares se vio como un movimiento de seguridad nacional que podría ayudar a la reducción de la violencia y la conflictividad en áreas urbanas, especialmente.
Los resultados de este patrullaje conjunto entre PNC y miembros del Ejército pueden decirse inciertos, ya que, de nuevo, se menciona que en algunas áreas hubo decremento de delitos pero no se menciona la calidad de los mismos. Esto genera interrogantes sobre qué es más importante, ¿la cantidad reducida o la calidad de los delitos? Esta última se ve reflejada en saña, prevalencia de unos, incidencia de otros y aparecimiento de algunos que no habían tenido actividad.
La presencia de miembros militares en algunas áreas genera temor e inseguridad, sobre todo por su involucramiento en acciones del Conflicto Armado Interno. En otras áreas genera una especie de “respeto”, “miedo” que se traduce en cometer menos delitos por la mera presencia de ellos. Esto no es lo adecuado en términos de seguridad ciudadana. Estos personajes no tienen la formación ciudadana para el combate del crimen, el manejo de situaciones de riesgo ciudadano, el acercamiento comunitario y, sobre todo, su presencia responde a otros intereses y no al combate de la criminalidad.
Es muy importante identificar que reducir la cantidad de delitos en tiempo y espacio es solamente una faceta del análisis de la violencia en el país. Otros puntos a tomar en cuenta son los horarios, las fechas de comisión de los hechos, el registro de nuevos delitos o aquellos que son menos visibles o denunciables. Puede decrecer uno e incrementarse otro que lo invisibilice y haga difuso el porqué de su aparecimiento.
El análisis cualitativo de los delitos permite abordar algunos, como violencia intrafamiliar, violencia sexual, homicidios y extorsión, para citar los más frecuentes –delitos que la simple reducción en números no ayudará a su combate, sino saber, ¿Qué lo provoca? ¿Por qué ocurren en algunas fechas? ¿Cómo pueden reconocerse algunas similitudes y diferencias?
Esto ayudaría a entender que no solamente con el decremento de los hechos delictivos es que se maneja la opinión pública, sino también el tomar en cuenta la calidad de los delitos nos llevaría a delinear planes de abordaje y combate a la criminalidad, puntos de encuentro, información familiar y comunitaria; así no se tendría que recurrir a planes conjuntos de abordaje a la criminalidad como medida desesperada para su combate. Esto último solo genera más miedo, así como falso respeto a las autoridades y concurrencia de otros delitos.
BLOG DEL CRIMEN: POR FEDERICO REYES
Doctor en reconstrucción facial por la universidad de Glasgow, Escocia. Catedrático del curso de análisis criminal y pensamiento lateral en Unversity College London, Inglaterra. Asesor para MP, INACIF, PNC y Naciones Unidas