A Luis Arturo le rompieron la cara y esto… quiere decirte imagen

Una historia más en donde agreden a un joven en una discoteca. ¡Ya no más impunidad en las discos y bares de Guatemala!

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Esta es la historia de Luis Arturo Palmieri, de 24 años, quien, como tú y millones de jóvenes, salen a parrandear los viernes y los sábados confiando en que regresarán a casa sin novedad.

Luisart, como le conocen, decidió junto a sus amigos que ese sábado 3 de junio, irían a celebrar la final de la Champions a uno de esos bares en zona 10, que por estar dentro de centros comerciales son “más seguros”. Cualquiera que ha ido a una discoteca sabe lo engorroso que resulta caminar entre tanta gente y que eso de toparse unos con otros resulta inevitable.

Luisart caminó entre la gente abriéndose paso hacia donde estaban sus amigos, cuando de pronto un joven proveniente de Retalhuleu, llamado Sebastián de la Fuente Coronado, lo empujó y al cabo de unos 30 segundos, se encontraba tirado en el piso con sangre recorriendo toda su cara.

El 10 de julio, Luisart, sabiendo que sus padres lo educaron para ser un hombre valiente, publicó en Facebook lo que le había pasado. Los comentarios, mensajes y llamadas de gente contándole sobre otros casos de agresiones en discotecas lo motivaron a querer utilizar su experiencia para informar a los jóvenes que son víctimas de agresiones en discotecas.




Publicación tomada del Facebook de Luis Arturo Palmieri

Sebastián de la Fuente estrelló una “hielera” en la cara de Luis Arturo Palmieri y en ese proceso uno de los meseros de la discoteca también salió herido. 

Más allá de las heridas, de las armas, del morbo de saber que pasó, Luis Arturo Palmieri entiende que es necesario fomentar una cultura de denuncia porque los agresores no deben salir impunes, también, para que la ley se cumpla en el país. 

Algunas de las cosas que debemos hacer en caso de ser víctimas o testigos de una agresión en una discoteca son: 

(1) Llamar a la Policía Nacional Civil e informar sobre el acto delictivo que se está cometiendo, pues una vez la PNC tiene conocimiento de ello puede ingresar al lugar y retener a las partes involucradas.

(2) En caso haya un herido, la PNC tiene la obligación de llevar a la otra parte involucrada a prisión preventiva, para que el mismo sea presentado ante un juez y pueda dar su primera declaración.

(3) Presentar tu denuncia ante el Ministerio Público lo más pronto posible para que esta institución (con apoyo del INACIF, institución encargada de realizar una evaluación médica), pueda evaluar la magnitud de los daños ocasionados. 

Tristemente, a muchos de nosotros nos da más temor llamar a la PNC o no confiamos en poner una denuncia ante el MP porque es meterse a un problema legal, que puede durar hasta años. Sin embargo, es importante que tengamos la cultura de denunciar no solo para que el agresor no salga impune sino además porque la llamada a la policía, la denuncia y la evaluación médica sirven de evidencia para armar tu caso.

Y la historia no acaba aquí. Durante la entrevista Luisart mencionó algo importante y que invita a una verdadera reflexión. “Al cabo de unas semanas, me enteré que Sebastián de la Fuente se encontraba como si nada en un bar de zona 14 e ingresaba a la universidad a recibir sus cursos como que nada hubiera pasado”, cuenta. Continúa explicando que para él es importante que la denuncia también conlleve un factor de “vergüenza social” para que el agresor pueda vivir un proceso de razonamiento en donde se dé cuenta que agredir a alguien tiene un costo legal así como social, porque es algo que no debe tolerarse y mucho menos aplaudirse.





Y finalmente, lo más importante es que se empiece a considerar que las discotecas cumplan con ciertas regulaciones. 

Por ejemplo, respetar la cantidad de personas que caben en un lugar (si la capacidad de una discoteca es de 60 personas que no se dejen entrar más), que por determinado grupo exista cierto número de bouncers calificados para atender problemas de seguridad (por ejemplo, por cada 30 personas que exista 3 agentes de seguridad), que las discotecas sean las primeras en llamar a la PNC en caso de conocimiento de delito aunque eso “no les convenga”.

Y todavía más importante es que las discotecas lleven un control de quién ingresa, este es quizás el punto más importante. En el caso de Luisart su agresor era un desconocido, entonces con un control de quién entra y el sistema de cámaras es fácil identificar a las partes involucradas, para evitar con ello falsas acusaciones o que el agresor salga impune porque no puede identificársele. 

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