El 10 de noviembre un grupo de vendedores ambulantes que habían sido desalojados de sus puestos por las fuerzas del orden procedieron a destruir objetos del ornato público en el Paseo de la Sexta, incluyendo efigies de jaguares.
Algunos piensan que esos actos de vandalismo son una expresión comprensible cuando tu ciudad te arranca el único método de subsistencia que tenés y no te brinda alternativas. Otros creen que estos vendedores callejeros habrían podido protestar mejor; por ejemplo: regresar a sus casas a escribir carteles con eslóganes ocurrentes, crear un hashtag pegón, conseguir el apoyo de algunas marcas locales reconocidas y después regresar el fin de semana para ejercer presión por medio de una batucada, vuvuzelas y un clan de mimos.
Sea como sea, el hecho es que hoy Guatemala padece un déficit de esculturas de jaguares.
Y para hacerle frente a esta crisis, a continuación presento con humildad algunas sugerencias a la administración edil:
1. NINGÚN JAGUAR
Esto parece radical… pero escuchen: solo dejen puesto el pedestal y que cualquiera (yo, usted, el poli que cuida los Cápitol, la ejecutiva de éxito, Álvaro Arzú, un mimo, etcétera) sea el jaguar. Sería un performance colectivo en el que los chapines reconectamos con nuestros instintos animalísticos como escape de una sociedad fría y urbanizada.
2. UN JAGUAR DE VERDAD
¿Por qué conformarnos con lo artificial cuando podemos tener un jaguar real, en toda su salvaje majestuosidad, en pleno Paseo de la Sexta? Solo debemos viajar a Petén y… okei, resulta que conseguir un jaguar verdadero está difícil porque ya no hay muchos debido a la deforestación, la explotación de los suelos y la desviación de los ríos.
Ni modo. ¡Volvamos a lo importante: la decoración de la Sexta Avenida!
3. COLOCAR A NETO BRAN DISFRAZADO DE JAGUAR
Un jaguar sensual y vigoroso… Grrrr.
4. UN JAGUAR RECUBIERTO CON ACERO Y MÚLTIPLES CAPAS DE CONCRETO
Uno en el que yo pueda meterme, poner mis cositas que he ido comprando y habitar durante los próximos cuatro años en los que Donald Trump liderará la nación más poderosa del mundo. Ni siquiera tiene que tener mucha forma de jaguar. ¿Saben qué? Pela si es un jaguar o una figura geométrica o solo una chibola, a lo que me refiero es que necesito un búnker.
5. UN JAGUAR GIGANTE QUE LOS VENDEDORES AMBULANTES DE LA SEXTA REGALAN A LA MUNICIPALIDAD A CAMBIO DE LOS QUE DESTRUYERON, COMO SEÑAL DE SU ARREPENTIMIENTO Y DE LA PROMESA DE QUE NO VOLVERÁN A COLOCARSE EN EL PASEO
La Muni no sabe por qué el jaguar que le regalaron los vendedores es tan grande, ni por qué se perciben voces provenientes de su interior, así como el familiar olor a garnachas, atol y papas de carreta que despide. También desconoce por qué la estructura posee una especie de puerta sellada o por qué los vendedores indicaron que el jaguar debía ser colocado en la avenida principal sin hacer ninguna otra pregunta… pero la Muni agradece el gesto.
6. UNA ESCULTURA DE LA DOÑITA QUE ESTÁ APALEANDO POLIS
Olvídense de los jaguares, esa doñita debería convertirse en el nahual de todos. El espíritu colectivo perfecto de la mentalidad “Chingar con estos fascistas hombre, todo el día es la jodedera. Hasta que no la miran a una como la gran puta no están tranquilos. Váyanse pues, cerotes. ¡A la mierda!”
CANCHINFLÍN HERO
Después de su victoria en las Grandes Guerras de Canchinflines de los años 90, Danilo Lara (Canchinflín Hero) permaneció congelado dentro de una carretilla de helados —acompañado por las diez pachucas, los tres olímpicos y las dos morenitas que se convirtieron en sus únicos amigos.
Danilo fue descongelado en la era presente solo para darse cuenta de que el gobierno había abolido los canchinflines. Convertido en un soldado sin su guerra, ahora se dedica a escribir cosas que considera chistosas.