Hace un par de años, a raíz de un evento poco afortunado, mi papá me invitó a quedarme en su casa por una semana, y aunque extrañaba la mía, él se esmeró porque me sintiera como en ella. Don Percy, un hombre de carácter inquebrantable, pero en el fondo dulce y benevolente, aunque quiera parecer lo contrario; todas la mañana tocaba a la puerta del cuarto, pronunciando con su fuerte voz “María Libertad, ya es hora de levantarse”, abría la puerta desgreñada y lo veía parado frente a mí con una bata de baño en su mano y un vaso con agua tibia y limón (para fortalecer mis defensas), me dirigió al baño y me dijo: “No dejes que se enfríe sino ya no sirve, báñate y luego bajas a comer”. Y sí le hice caso a Don Percy. Al salir recuerdo haber olido una de las fragancias más exquisitas de café. No sabía qué tenía de diferente, pero mi papi me contó que preparaba su café con semillas de cardamomo.
Pasé más de dos años sin volver a oler ese aroma y sin tomar ese café, hasta hace un par de días, mientras caminaba por La Sexta, precisamente en la 3a. Calle, buscando un sitio en el cual esperar a que se calmara un poco la inconsolable lluvia, lo encontré o el lugar me halló, no sé cómo fue, pero gracias al exquisito olor a café con cardamomo que salía de él nos encontramos, me encontré con Rayuela.
Me encanta la zona 1 y todos estos sitios que nos ofrece, pero este sin duda alguna es uno de los mejores. Es un espacio acogedor, en donde te encontrarás con un compilado extraordinario de literatura y música que plagan todas sus paredes. Su especialidad como te podrás imaginar es su glorioso café con cardamomo, el secreto de su receta no te lo diré, mejor anda y seguro ellos te lo compartirán. Hamburguesas con pan rojo (res), verde (vegetariana) o negra (cerdo), papas fritas artesanales y, por supuesto, el delicioso frappé con helado de vainilla y oreos, son algunas de las muchas opciones que Rayuela ofrece para ti.
Pero lo más genial de estos chavos es que por medio de este sitio están resaltando la parte cultural y literaria de nuestro país y Latinoamérica. Inclinados a nuestra cultura, nos ofrecen desde noches de piano (jazz), hasta de cantautores, de trova, exposiciones de arte y presentaciones de libros.
Al escucharlos hablar, ellos mencionan cinco ejes que han sido indispensables durante todo el proceso de Rayuela. Y si me preguntas es por todo eso que creo los están convirtiendo en los mejores. No venden el agua, la regalan. Con el afán de contribuir con la limpieza del Centro Histórico no niegan el uso del sanitario a nadie sin importar si consumiste en el lugar. Afuera les dan de comer a los perritos de la calle todos los días. Permiten que las madres que están en período de lactancia, entren, se acomoden y puedan amamantar a sus bebés, brindándoles un vaso de café o agua sin costo. Y lo mejor es el Café Pendiente, la idea consiste en que, si hoy vas a tomar un cafecito, lo puedas pagar e incluso dejar cancelado uno o más para que cuando haya gente que no pueda pagarlo, anónimamente tú lo cubras, puede ser desde un café hasta un plato de comida. Con estos cinco ejes ellos día tras día procuran humanizar a Rayuela.
Ellos comentan que no hay nada imposible, que todos en Guate tenemos buenas ideas para emprender, solo es cuestión que decidas apartar la negatividad de tu vida y te animes a perseguir lo que tu corazón anhela.
Antes de despedirme del lugar consulté de qué manera podemos apoyarlos como emprendedores que son, a lo que respondieron “ayúdenos a seguir con la contribución” ya que, por medio del Café Pendiente, ese que dejas pagado se puede convertir en un plato de comida, frazadas o bien en apoyo a otra actividad benéfica.
Ahora entiendes por qué este rincón sin duda alguna es uno de los mejores; llega y compruébalo por ti mismo, es la combinación perfecta entre alma, café, cardamomo y Rayuela. ¡No tardaré en regresar!
