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Los vecinos de la 19 calle de la zona 10 y una desarrolladora de viviendas se han enfrascado en una discusión que cada día se vuelve más común en la urbe más poblada de Centroamérica. Vecinos que rechazan un proyecto de construcción, por considerarlo pernicioso para su vida y desarrolladores que hacen lo que saben, “ofrecer espacios habitables”, para cubrir el déficit de 1.6 millones de viviendas que reporta el Consejo Nacional de Vivienda




Una vez más, los vecinos se organizan y buscan, por todos los medios, evitar que una construcción les robe la calma. Por otro lado, los desarrolladores aseguran que su proyecto viene a complementar la oferta de vivienda de la ciudad más poblada de Centroamérica, la que unos 3.4 millones llaman mi ciudad.

Los inconformes aseguran que la construcción que se pretende desarrollar “vendrá a complicar la circulación vehicular en el sector”, los segundos aseguran que “han cumplido con todos los requisitos de ley para realizar su obra”.

Para evitar que el proceso avance, han denunciado ante varias instituciones las irregularidades del proyecto. Entre ellas, la desaparición de una denuncia interpuesta en el Ministerio de Medio Ambiente, por los vecinos del Condominio La Joya y luego que se le diera trámite a la licencia ambiental para la construcción.

Además, los vecinos han interpuesto denuncias ante la Dirección de Control Territorial, de la Municipalidad, pues aseguran que los terrenos donde se planean las edificaciones han sido reclasificados para “efectos de posibilitar las construcciones”.

Así lo ven los vecinos

Luego de reunirse con los empresarios desarrolladores y las autoridades encargadas, los vecinos iniciaron una campaña de protesta en contra de la construcción. Para ellos, la llegada de 120 apartamentos, divididos en tres torres y diez casas, perjudicará grandemente la movilidad del sector.

“Nos oponemos, ya que actualmente el congestionamiento que existe afecta nuestras vidas, imagínese cuando vengan esos edificios”. Una vecina afectada.

Según los vecinos existe un problema fundamental con el proyecto. Una calle de acceso al terreno, donde se planean las construcciones, tiene apenas cuatro metros de ancho y la circulación para el ingreso al lugar vendrá a complicar más la movilidad en el sector.

“Es una calle muy estrecha y si planean pasar los vehículos que tres torres de apartamentos van a generar, esto se va a volver un desmadre”. Vecino afectado.




Para hacerse escuchar los habitantes del lugar se han organizado y junto a sus denuncias han optado por colocar pancartas en sus viviendas, donde hacen saber su inconformidad con el proyecto. En varias viviendas las han colgado y mientras algunos aún se mantienen firmes en oponerse a TRENTO 10, otros las han retirado.




Para conocer la postura de la constructora, sobre los argumentos de los vecinos, puedes ingresar aquí. 

Hoy el proyecto cuenta con todos los permisos para su desarrollo. Pero los vecinos no se rinden y siguen en pie de lucha para preservar la poca paz que el crecimiento poblacional, la falta de vivienda y la vida en la urbe les permite conservar. 




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