Tras estar varado en Costa Rica, el gobierno lo vigiló durante la cuarentena imagen

El cineasta “Loco” González relató su experiencia tras estar varado en Costa Rica por varias semanas y cómo el Gobierno de Guatemala vigiló su estado de salud en su cuarentena.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Gracias a su negocio y labor como cineasta, Loco González ha podido viajar a diferentes países latinoamericanos. Sin embargo, durante una incursión en Costa Rica y a pocos días de volver a Guatemala, la pandemia del COVID-19 llegó a Latinoamérica y provocó que varios gobiernos cerraran sus fronteras.

Así, junto a otros 47 guatemaltecos que deseaban volver a su hogar, quedaron varados en San José, Costa Rica, desde el inicio de la cuarentena en ambos países. “Desde que dijeron que se iban a cerrar fronteras, empecé a buscar embajadas, las que me indicaron que las medidas en los aeropuertos eran hasta el 30 de marzo y que el 1 de abril abrirían las fronteras. Nos llegó un número de teléfono para los que estábamos varados y habilitaron un hashtag #losqueremosencasa. Les escribí 30 días seguidos y nunca me contactaron. Solo me pedían llenar un formulario y enviarlo por correo electrónico, lo hice, pero no pasaba nada, sentí que nos estaban dando la espalda”, recordó González.

Foto: Loco González

Diplomáticos guatemaltecos en Costa Rica se pusieron en contacto con los varados y afirmaron que, tras 15 días varados, había posibilidades de repatriarlos. Marzo finalizó y abril llegaba a la mitad. Mientras, los connacionales seguían sin saber si podrían regresar a casa, ya que sus vuelos de repatriación y los permisos de aterrizaje eran constantemente cancelados.

“El embajador de Guatemala en Costa Rica nos dijo que en Guatemala no nos querían dejar entrar. Una semana después de la cancelación del permiso de aterrizaje, dijo que consiguió un permiso nuevo con un avión privado”, relató González. Sin embargo, para volver a Guatemala, había que pagar US$685 y con un cupo limitado de 19 personas. El vuelo no saldría hasta que los 19 lugares fueran llenados y solo podían viajar los que podían costear su boleto.

Justo cuando parecía que la situación se encaminaba a una solución para González, las malas noticias continuaron. “Nos pidieron que nos hiciéramos hasta tres veces el hisopado. En ningún lugar de Costa Rica te lo pueden hacer si no presentas síntomas de COVID-19. Ante la imposibilidad de conseguir el hisopado, recibimos una carta médica donde certificaba que ninguno en el avión tuvo síntomas durante más de 21 días”, afirmó el cineasta. Por otro lado, para viajar, nuevas condicionantes surgieron, como estar con un policía designado para no incumplir con la cuarentena y no poder llevar equipaje.

Foto: Loco González

“Era una incertidumbre enorme. Incluso cuando ya habíamos pagado el avión, nos cancelaron el vuelo y volvieron a confirmar en menos de 24 horas”.- “Loco” González

Foto: Loco González

Foto: Loco González

Comienza la cuarentena y vigilancia

Tras un mes completo varado y durmiendo en el sofá de sus excompañeros de trabajo, en Costa Rica, González regresó a Guatemala junto a otros 18 guatemaltecos. Al bajar del avión, por orden de nombre y con un listado de las autoridades sanitarias en el Aeropuerto Internacional La Aurora, se les explicó el procedimiento para ingresar al país.

“Nos prohibieron que un familiar nos recogiera en el aeropuerto. Firmamos documentos en donde se describía que nos encerraríamos durante 21 días. En nuestras casas no podíamos estar. Yo vivo solo, pero había algunos que tenían familias enteras que no tenían a dónde ir. Uno de los pasajeros resultó que tenía un hotel y ofreció cuartos para aquellos que no podían ir a su hogar para evitar cualquier contagio a su familia. Cada uno debía tener designado a un policía para llevarlo a casa, pero solo fueron asignados nueve elementos de la Policía Nacional Civil, por lo que no todos tuvieron la custodia policial inicialmente”, comentó González.

Al llegar a su casa, González tuvo la suerte que amigos suyos le compraron la despensa días antes de su arribo. Asimismo, empezó a notar un seguimiento de las autoridades. “Al día siguiente de llegar a mi casa, empecé a ver un picop negro con calcomanía del gobierno. Estuvo ocho días seguidos parqueándose frente a mi casa y algunos días me tocaban el timbre. Cuando llegaron me puse mascarilla y los atendí. Me preguntaban mis datos y si vivía con alguien. Me decían que solo estaban corroborando todo y que si me podían tomar mi temperatura. Afirmaron que pertenecían al Ministerio de Salud”, indicó González.

Foto: Loco González

Con el paso del tiempo, también disminuyeron las visitas de las autoridades sanitarias. “A veces venían un día sí o un día no. Solían quedarse toda la mañana o toda la noche. Otras veces se parqueaba una patrulla”. Incluso, para recibir más víveres, una canasta con una cuerda fue suficiente para que un conocido le apoyara con algo de comida. “Tengo un balcón y mi amigo, con un desinfectante, me envió algo de comida para seguir pasando la cuarentena. Los miembros del Ministerio de Salud lo vieron y solo se cercioraron que no hubiera contacto”, afirmó González.

“A pesar de que estaba decepcionado por la forma en que nos dieron la espalda muchas veces en Costa Rica, cuando estuve en mi casa me sentí vigilado. Sé que no es culpa del gobierno que la cuarentena nos sorprendió en el extranjero, pero éramos ciudadanos que no teníamos dónde dormir o comer. Pero, al volver a casa, me pareció bien que cuidaran que las personas mantengan la cuarentena y no pongan en riesgo para contagiar a otros”, argumentó González. ¿Consideras que este tipo de vigilancia pueda evitar más contagios?

Todas las noticias, directamente a tu correo

Recibe todas las noticias destacadas de Relato.gt, una vez por semana, 0 spam.

¿Tienes un Relato por contar y quieres que nosotros lo hagamos por tí?

Haz click aquí
Comparte
Comparte