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Muchos esperaban su deportación, hacían apuestas sobre el día y la hora, pero nadie imaginó el revés que su historia tendría. Manuel Baldizón esperaba su turno para ser devuelto a Guatemala desde Estados Unidos, para enfrentar a la justicia, pero hoy se encuentra detenido por cargos relacionados con el lavado de dinero en dicho país.

Hoy una denuncia por lavado de dinero lo mantendrá lejos de Guatemala, pues el FBI le dio captura y la justicia de ese país lo procesará por el delito. Antes de volver y enfrentar a la justicia deberá resolver su situación legal en Estados Unidos y solo después podremos pensar en verlo ante un juez guatemalteco.

Así corrió el ex político

Vivió como rey y huyó como cobarde. Tras de sí, dejó un rastro de corrupción, mentiras y la mayor derrota política que Guatemala jamás haya visto. Manuel, el niño de Flores, Baldizón logró lo que ningún isleño imaginó. Llegó a la capital y se convirtió no solo en multimillonario, sino que en uno de los políticos más influyentes de las últimas décadas. Y si la suerte le hubiese sonreído en el noveno Presidente electo de la era democrática, pero nada salió como lo tenía pensado. Baldizón comió ansias y sudó soberbia, se puso la banda presidencial antes de las elecciones.

Su actitud le costó el repudio de la gran mayoría de la población, que le dijo #NoTeToca y lo eliminó en primera vuelta las pasadas elecciones. Y así perdió la única oportunidad que tenía de esconder sus negocios “sucios”.

De a pedazos su partido, Libertad Democrática Renovada (LIDER), se desarmaba. Muchos de sus integrantes, antes de verse incluidos en una agrupación agonizante, prefirieron abandonar al “Dr. Baldizón” y verlo morir de lejos.




Baldizón, el diputado

Corría el 2007 y, el entonces congresista Manuel Baldizón, promovía con urgencia una reforma al proyecto de presupuesto 2008. En el artículo 44, punto sexto, el petenero, buscaba modificar el aporte que el Gobierno daba al transporte público.

Se adicionarían Q266 millones al subsidio y se incrementaría en Q65 millones los fondos al fideicomiso del transporte público. Y el gran beneficiado con esta modificación sería nada más y nada menos que, el presidente de la Asociación de Empresarios de Autobuses Urbanos (AEAU), el pequeño Luis Gómez. Fue allí, en el agujero más negro y sucio de la corrupción, que la entrañable amistad quedó sellada para toda la vida.




Y fue esta maniobra, sumada a otros cuestionables negocios, que hicieron de Baldizón un hombre muy, pero muy adinerado. También se le señaló de lucrar con fondos para los ancianos, proyectos de obra pública y hasta se hablaba de contrabando de cerveza, todo sumaba al emporio de este “hijo de flores”.

Pasó por varias organizaciones políticas antes de llegar a formar su propio partido. LIDER sería el vehículo que le permitiría seguir amasando fortuna, por medio de su bancada y luego lo llevaría a convertirse en el primer Presidente petenero de la república. Todo falló y hasta su helicóptero rojo tuvo que devolver, fue humillado en la primera vuelta electoral y defenestrado políticamente.

Para garantizarse el sueño de la primera magistratura de la nación, el cuestionado Manuel Baldizón invirtió Q50 millones de su fortuna personal para crear una red de cinco medios de comunicación. Radio, televisión y prensa escrita “ensalzarían” la figura del petenero y, por otro, atacarían a sus principales rivales electorales.

Hoy, al igual que su carrera política y exceptuando su expediente legal, todos están cerrados. Así como el sueño de ser Presidente, el de controlar los medios de comunicación también falló.

A su rosario de penas se le sumaría un escándalo por corrupción a 3 mil 372 kilómetros. El caso que involucraba a muchos políticos y empresarios de América Latina, no dejaría en paz a Baldizón y le pasaría la factura.

El beso de ODEBRECHT

La vorágine de denuncias, capturas, renuncias y millones de dólares que nutrieron el caso más emblemático de la corrupción en América Latina, no dejaría libre a nadie. Ni el hombre fuerte de Petén se salvaría y sus negocios con el ex ministro de Comunicaciones, Alejandro Sinibaldi quedarían expuestos.

Fue vinculado al caso de corrupción y se estima que hasta US$19 millones fueron repartidos entre funcionarios y empresarios para pagar sobornos y aprobar los contratos a la empresa brasileña. De estos millones, unos US$3 habrían llegado a las cuentas de Manuel Baldizón.

Y, por esta razón, se le imputaron los delitos de asociación ilícita, cohecho pasivo y lavado de dinero. Sin partido, sin amigos, sin esperanza y con una orden de captura, Baldizón huyó de Guatemala.

Y, nuevamente, la mala fortuna jugaría en su contra. Seguro de estar fuera del radar, Baldizón viajaba de la República Dominicana hacia Miami, pero en el aeropuerto de esta ciudad de la Florida fue detenido.




Para evitar ser deportado hacia Guatemala, Baldizón decidió solicitar asilo político. Pero la solicitud fue denegada y ahora deberá esperar se concluya el proceso por lavado de dinero antes de pensar en volver a Guatemala.

Mientras tanto, en nuestro país, lavadores, vendedores de divisas, banqueros, empresarios y políticos esperan ansiosos, pues dependerá de lo que diga Manuel Baldizón sobre sus oscuras operaciones y sus facilitadores, la tranquilidad de muchos. Otros nada más esperaremos a que la justicia llegue a quien la debe.  

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