Desde pequeños nos han enseñado a orar para bendecir los alimentos, por los enfermos y antes de dormir. Claro, los tiempos cambian y ahora es poco frecuente hacerlo, así como pasar de largo frente a la Iglesia. Rezar es un hábito que ha quedado en el olvido.
Todo cambia dependiendo la situación. Cuando vemos las situaciones de violencia o nos encontramos en peligro, clamamos ¡paz!
No importa la religión, o el credo que se profese cuando de pedir por algo se trata, todos se unen. En esta ocasión es la iglesia católica que presenta una nueva iniciativa: un millón de rosarios por la paz, que busca unir a los guatemaltecos en oración permanente del Santo Rosario, para que la paz sea una realidad y no un sueño lejano.
“De la misma forma que nos unimos a las actividades de recreación, hoy tocamos su corazón para reunirnos en una oración que tenemos la seguridad será escuchada por nuestro Santo Padre, que a través de la Santísima Virgen María escuchará nuestra oración comprometida y confiada en que todo lo pedido será oído”, indicó Rodolfo Izeppi, promotor de la Iniciativa.
Si quieres formar parte de esta iniciativa, lo único que necesitas es llamar a los teléfonos 2366-3972, 2245-3800 y el 2332-0849 y recibirás gratuitamente un rosario. Además, rezar todos los días 7 de cada mes a las 6:30 de la tarde y pedir que se nos conceda la tan anhelada paz.
Un millón de personas, un millón de clamores a Dios, un millón de anhelos en forma de oración, con la finalidad de pedir por la paz, esa que vemos como la amiga lejana y oculta. La cual parece alejarse y esfumarse entre nosotros.
Eleanor Roosevelt lo decía: “No basta con hablar de paz. Uno debe creer en ella. Y no es suficiente con creer. Hay que trabajar para conseguirla”. Y ¿cómo lo hacemos? Cuando todos los días nos enfrentamos con un mundo caótico, lleno de dolor, todos pelean contra todos, las religiones se enfrentan para ver quién tiene al verdadero Dios a su lado, los perros en las calles pelean un pedazo de comida y las personas discuten en las redes sociales.
Al final, no importa la fe que se profese si somos de esta u otra congregación, la paz es un anhelo colectivo y cualquier iniciativa es una luz al final del túnel.