La pandemia y el contagio de Covid- 19 obligo al gobierno a cerrar Guatemala, para evitar que más personas contagiadas pudieran ingresar, las fronteras permanecían cerradas y el aeropuerto estuvo meses cerrado.
Algunos pequeños y medianos empresarios perdieron sus negocios porque no podían seguir manteniendo locales, sin tener clientes.
Renato Villagrán tenía un negocio de traer partes de vehículos que en Guatemala no se pueden conseguir, desde llantas, radios, aparatos de tecnología para los automóviles y luces eran algunos productos que comercializaba. Sin embargo, todo quedó estancado desde marzo.
Se vio en la necesidad de emprender algo diferente para no quedarse sin recibir ingresos, pero no eran como los que estaba acostumbrado. Por lo que decidió poner varios emprendimientos pequeños, que le generaran dinero.
Uno de ellos fue la venta de comida desde su hogar, con eso ya salía el alimento de su familia.
Abrió un car wash muy cerca de una gasolinera, con trapo en mano secaba los vehículos y aunque al inicio solo eran dos personas, el negocio próspero y, en los meses de encierro, logró dar trabajo a cuatro personas.
No obstante, quería seguir haciendo lo que le gustaba, en cuanto tuviera oportunidad de salir del país. En octubre voló directo a Estados Unidos, con el fin de recuperar alguna mercancía que ya había pagado y encontrar los nuevos productos que le habían encargado.
Por fin, el 20 de noviembre decidió regresar a Guatemala con todos los productos. Algunos familiares de México lo ayudaron para poder movilizarse en ese país de frontera a frontera. Pero, su sorpresa fue al llegar a la frontera Tecún Umán.
La cola para poder ingresar al país se extendería por una semana. Al llegar encontró a algunos conocidos y, ellos, comentaron que tenía que esperar porque la cantidad de personas que intentaban hacerlo eran demasiados.
Renato fue a preguntar a información y la respuesta fue clara, tenía que esperar porque muchas personas traían cargas muy grandes y en la frontera las tenían que revisar.
“Yo comprendo el tiempo que tienen que revisar, que todo venga legal que se paguen los impuestos, pero lo que me sorprendió es toda la gente que quería ingresar. Muchos traían sus carros que ya habían comprado, pero que no habían podido traer por el cierre del país. Ojalá que esto pueda mejorar la economía, porque todos hemos invertido” Renato Villagrán Comerciante.
Regularmente en la frontera dan 500 números para atender, pero debido a la tardanza del proceso, las colas se han vuelto de días. Esa fue la razón pora la cual Renato tuvo que esperar una semana, para poder ingresar sus productos.
En la Aduana le revisaron cada uno de los paquetes que traía y el de él no es el único caso. Pues, en la frontera las personas han decidido dormir en sus carros para evitar el pago de hoteles y el posible contagio de coronavirus.
Los carros que desean ingresar a Guatemala hacen fila a un costado de la carretera para evitar el tránsito y que los demás vehículos continúen su marcha.