Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

Lleva la política en la sangre, y es uno de los pocos hijos que se animan a incursionar en un terreno donde su padre llegó a lo más alto. Carlos Cerezo Blandón creció, habló y mamó con la política desde niño.

Es el segundo hijo del primer presidente de la era democrática en Guatemala. Sufrió atentados y su familia fue objeto de críticas por la conducta de sus padres, pero como él bien dice:

“No puedo defender algo que a quien le toca argumentar es a él”.




Creció en la infancia de la democracia guatemalteca, una época de esperanza y de apertura en un país donde las dictaduras militares y los golpes de Estado eran una constante. Corría el año 1985 cuando la vida de la familia Cerezo Blandón los llevó de una casa en la zona 11 a los Estados Unidos y luego a la residencia del Presidente de la República.

De la niñez, sus recuerdos siempre están salpicados por la figura de sus padres: el exmandatario Vinicio Cerezo y su entonces esposa Raquel Blandón.

“Al vivir con dos políticos, aprendes a hablar un poco más fuerte para ser escuchado”, asegura Cerezo Blandón. “Y si se toma en cuenta que en la familia somos cuatro hijos, las cosas podían complicarse un poco. Todas las reuniones familiares eran un debate social y político, donde todos teníamos algo que decir”, añade.

“De niño pensaba que mis papás siempre estaban peleando, pero con el tiempo me di cuenta de que lo que ellos tenían eran discusiones, pues cada uno tenía una visión diferente de cómo hacer las cosas”, resalta Cerezo Blandón.

Sin partido en las elecciones




De los cuatro hijos del matrimonio Cerezo Blandón, Carlos es el único que aún sigue una carrera en lo político. Licenciado en Derecho y Catedrático, asegura que la figura de sus padres es una constante en su vida. “De ellos aprendí a tener mis propias ideas y a expresarlas sin miedo de nada; además, a defenderlas con argumentos válidos”, afirma.

Cerezo Blandón añade que no lucha por deslindarse de la figura de su padre, sino más bien aprovecha las cosas para hacerse un nombre propio. Y es con una ocurrencia suya con la que está dando de qué hablar en los círculos de la política guatemalteca.

Participar en las elecciones sin tener un partido político es la premisa que Cerezo Blandón planea poner a prueba el próximo año. La idea surgió a partir de la pregunta de uno de sus alumnos. “¿Se puede ser candidato a la presidencia, sin tener un partido político?”

Al principio la idea le pareció absurda, pero luego de pensarlo mejor se dedicó a investigar sobre el tema. Inicialmente le dijeron que era prohibido, por lo que buscó la prohibición y se dio cuenta de que esta no existe. “Todos los ciudadanos tenemos derecho a elegir y ser electos, pero las candidaturas no son exclusividad de los partidos políticos”, manifiesta.

Fue así como en 2015 preguntó al Tribunal Supremo Electoral cómo podía inscribirse para un cargo de elección popular, pero sin un partido político. “La respuesta fue que no existía un procedimiento, no que fuera prohibido”, asegura.

Hoy, la propuesta de Cerezo Blandón podría venir a revolucionar la forma en que los candidatos participan y las organizaciones políticas trabajan; pues, según él, es algo más personal: “Se puede saber quién es el candidato, sin tanta parafernalia que tienen los partidos”.

Cerezo Blandón lleva la política en la sangre y considera que su deber es atender la instrucción de su madre, quien siempre le recuerda a él y sus hermanos que:

“Nosotros abrimos la democracia y a ustedes les toca consolidarla”.

Todas las noticias, directamente a tu correo

Recibe todas las noticias destacadas de Relato.gt, una vez por semana, 0 spam.

¿Tienes un Relato por contar y quieres que nosotros lo hagamos por tí?

Haz click aquí
Comparte
Comparte