¿Qué harías si te quedaran  24 horas de vida? imagen

Cuando mi hija mayor estaba pequeña hacía preguntas fantasiosas como ¿qué harías si te encuentras en la calle una bolsa…

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Cuando mi hija mayor estaba pequeña hacía preguntas fantasiosas como ¿qué harías si te encuentras en la calle una bolsa con un millón de dólares? ¿Qué harías si ahorita te topás con una persona muy famosa que te ofrece trabajo y te paga lo que tú quieras? Hasta la fecha la molestamos recordándole esas ocurrencias y que nos hacían sonreír.

Yo voy a usar ese recurso para decir disparates que te lleven a reflexionar. ¿Qué harías si solo te queda un día de vida? ¿Qué harías si te da Covid-19? ¿Qué harías si tuvieras la oportunidad de volver a empezar? ¿Qué harías diferente si pudieras regresar 20 años de tu vida? Ya sé que todas estas preguntas son un tanto ilógicas, pero hagamos el ejercicio.

Empiezo yo. Si solo me queda un día de vida lo aprovecharía para pedirle perdón a mis hijas por mis grandes errores como madre y procuraría dejar en su corazón algo que las acompañe siempre y que borre mis malos momentos. Me gustaría abrazar a mi esposo con tanta fuerza que le recuerde lo agradecida que he vivido por tenerlo a mi lado. Por supuesto que procuraría tener a mis papás y a mi hermana en un solo lugar y tenerlos conmigo en esas últimas horas.

También se me ocurre hacer un zoom con mis amigas, las “mutearía” para que ellas no hablen y no me hagan llorar, de lo contrario no podría decirles lo dichosa que me hicieron sentir desde que llegaron a mi existencia. Especialmente aquellas que forman parte de mi vida desde hace más de 25 años.

Dedicaría tiempo para redactar un mensaje que me permita pedir perdón a quienes ofendí, se los enviaría por inbox o DM para no tener chance de leer sus reproches o que terminara mi día lleno de culpa. También enviaría otro a quienes me ofendieron, liberándoles de la culpa (por si la sienten).

Y para hacer más dramática la jornada, dejaría en mis redes un post dedicado a las personas con las que compartí un trabajo o aquellas que aportaron algo en mi vida o en la de mi familia…. Ahhh también escribiría mi epitafio y tajantemente pediría que no me lleven flores a la tumba, seguro ya no las voy a disfrutar.

También se me ocurren algunas cosas que no haría en esas 24 horas, por ejemplo: ese día no dormiría, lo aprovecharía de principio a fin para terminar mi lista anterior, no me privaría de comer, reír o llorar. Creo que no usaría el celular, permanecería poniendo atención a los detalles y tomaría muchas fotos con el corazón porque podrían ser las imágenes que me acompañen en mi recorrido al más allá…

La verdad es que parece un escenario muy dramático, pero en verdad es que algo así imagino ese último día. ¿Y tú? ¿Qué harías? ¿Qué dejarías de hacer? Es obvio que esto es un ejercicio para plantearnos frente a la otra cara de la moneda, esa que con frecuencia olvidamos. Cualquier día puede ser nuestro último día y no tenemos una lista que nos prepare para despedirnos de nadie.

Tanto por el Covid-19, por un accidente en la calle o en la misma casa, cualquier día nos podría tocar. Hoy más que nunca la pandemia ha expuesto esa realidad que se suma a la fragilidad que representa vivir en un país como el nuestro, donde cualquiera se puede convertir en víctima de un asalto, una herida o un asesinato.

¡Huy! Parece que hoy sí me pasé de pesimismo, pero no quiero dejarte con ese miedo, sino más bien con la esperanza de hacer que cada día valga la pena, que deje huella y que nos permita trascender en la familia, en nuestros amigos y en nuestro lugar de trabajo. Dicen que es mejor que vivamos para que nos extrañen y no solo para que nos recuerden.

De la lista de preguntas que más me gustan es qué haría si pudiera volver a empezar o qué harías diferente si pudieras regresar 20 años. Ambas nos pueden llevar a tomar acciones que cambien el futuro (por corto o largo que sea). Aunque no podemos regresar 20 años, sí podemos planear para los siguientes 5, 10 o 20 años.

Más allá de incertidumbre en la que se desarrolla la vida, siempre hay esperanza, incluso si estás en medio de una situación frágil se vale que hagas planes y llenes a tu mente de esperanza. Cuando pensamos en el futuro nos llenamos de esperanza. Estoy convencida que el buen ánimo es indispensable para sobreponernos a cualquier proceso.

Disfruta de la vida. Hay tiempo de sobra para estar muerto.

Hans Christian Andersen.

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