La crisis generada por la pandemia del COVID-19 provocó que diversos gobiernos tomaran medidas para evitar que los contagios incrementaran y el virus pudiera esparcirse más. Las primeras medidas de algunos países fue el cierre de fronteras y aeropuertos, pero la nueva normalidad creó espacios para volver a abrir las puertas de embarque y los viajeros pudieran transitar libremente.
Sin embargo, uno de los requisitos que gobiernos como el de Guatemala solicitan para poder entrar a un territorio es la prueba de COVID-19 como una PCR o antígenos. Estados Unidos se resistió a esta medida durante todo el 2020, pero el pasado 12 de enero de 2021 se volvió un requisito obligatorio para todos los pasajeros que llegaran vía aérea a territorio estadounidense contar con una prueba negativa con 72 horas de vigencia.
Esta nueva reglamentación entra en vigencia este 26 de enero.
Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés), los pasajeros que arriben a Estados Unidos deberán “mostrar su resultado negativo a la aerolínea antes de abordar su vuelo, o estar preparado para mostrar documentación de recuperación (prueba de una prueba viral positiva reciente y una carta de su proveedor de atención médica o un funcionario de salud pública que indique que fue autorizado para viajar).”
Los CDC también aclararon que “las pruebas deben realizarse utilizando una prueba viral (NAAT o antígeno) y los resultados negativos deben presentarse a la aerolínea antes de abordar. La documentación del resultado de la prueba debe incluir información que identifique a la persona, una fecha de recolección de la muestra y el tipo de prueba. Un resultado negativo de la prueba debe mostrar que la prueba se realizó dentro de los 3 días anteriores al vuelo. Un resultado positivo de la prueba debe mostrar que la prueba se realizó dentro de los 3 meses anteriores al vuelo.”
Encuentra toda la información en este link.
Según TecniScan, la prueba de antígeno para COVID-19 es utilizado para la detección cualitativa de antígenos específicos para el SARS CoV-2 que están presentes en el área de la nasofaringe. “Una reacción positiva no implica que el virus esté activo y/o infeccioso, sino que detecta “restos” del virus de una persona que fue portadora” aseguró el centro de diagnóstico. Los resultados son entregados en tres horas y son enviados por correo electrónico. Tiene un costo de Q295.
Si buscas realizar un viaje a Estados Unidos y no cuentas aún con la prueba de Antígenos, puedes realizar una cita en www.tecniscan.com o visitar los centros de Multimédica zona 15, zona 9 y Carretera a El Salvador. Los hisopados se realizan en un área segura y donde el personal porta el equipo de protección personal adecuado. Recuerda que debes presentar DPI y presentar tu ficha epidemiológica. Puedes descargar la ficha epidemiológica aquí.
Otros gobiernos como el de Panamá, El Salvador, Brasil, Argentina, Chile o Colombia han dispuesto que los viajeros tengan una prueba PCR negativa para poder ingresar a sus territorios. TecniScan especifica que este test (SARS-CoV-2 PCR) cuenta con una variante molecular que detecta el ácido ribonucleico (ARN) del virus. Y el otro test (SARS-CoV-2.1 PCR) identifica rápidamente el SARS-Cov-2 junto a otros 21 patógenos virales y bacterianos adicionales que son causas comunes de enfermedades respiratorias. Si el lugar al que visitas requiere una prueba PCR, puedes realizarla en los centros de Multimédica zona 15, zona 9 y Carretera a El Salvador.
Biden agrega más requisitos
Tras unos cuantos días de tomar el puesto de presidente de los Estados Unidos, Joe Biden ya ha dado declaraciones sobre su plan para frenar los contagios de COVID-19 en el país norteamericano. Biden afirmó este 21 de enero que “en adición a usar una máscara, todos los pasajeros que lleguen a Estados Unidos necesitarán realizarse una prueba antes de abordar el avión y hacer cuarentena cuando lleguen a nuestro país.”
Biden no explicó la duración de la cuarentena que los pasajeros deberán tomar al llegar a los Estados Unidos, pero forma parte de una estrategia nacional para la mitigación de la nueva cepa de COVID-19 originada en Reino Unido. Actualmente, el 20% de las muertes a nivel mundial por COVID-19 son provenientes de ciudadanos estadounidenses y cuenta con más de 24 millones 690 mil casos desde que inició la pandemia según la Universidad Johns Hopkins.