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Matar a un familiar, especialmente a la madre, padre, cónyuge o hijos, se conoce como parricidio. Es un delito contemplado en el Código Penal de Guatemala.

Existen muchos motivos por los que una persona considere asesinar a un familiar. En el caso de una madre o padre que toma la decisión de asesinar a un hijo, usualmente lo hace por motivos económicos o sociales, como:

  • Cobrar un seguro de vida.
  • Eximirse del pago de una pensión alimenticia.
  • Creencias o rituales.

El parricidio se detalla en el apartado de homicidios calificados del Código Penal. Las penas por este delito van desde los 25 años de cárcel hasta la aplicación de la pena de muerte.

ARTÍCULO 131. Quien conociendo el vínculo, matare a cualquier ascendiente o descendiente, a su cónyuge o a la persona con quien hace vida marital, será castigado como parricida con prisión de 25 a 50 años.
Se le impondrá pena de muerte, en lugar del máximo de prisión, si por las circunstancias del hecho, la manera de realizarlo y los móviles determinantes, se revelare una mayor y particular peligrosidad en el agente.
A quienes no se les aplique la pena de muerte por este delito, no podrá concedérseles rebaja de pena por ninguna causa.

Una condena de 166 años

En febrero de 2016, Édgar Avidán de León Rodas fue condenado a 166 años de cárcel por asesinar a su padre, madre, hermano y el intento fallido de asesinar a sus dos hijas en agosto de 2014.

La fiscalía acusó a De León Rodas de perpetrar la matanza con el objetivo de cobrar un seguro de vida de Q100 mil. Cuatro meses después del hecho, recibió el dinero.

La sangre corrió en una vivienda de la Colonia Kaminal Juyú, zona 7, mientras la familia dormía. Junto a otro individuo, De León ingresó en la casa y mató con un arma de fuego a los adultos.

El asesino acuchilló a las pequeñas, pero estas sobrevivieron. La investigación reveló que De León estaba desempleado desde hacía cinco meses. Tenía cinco hijos, de dos parejas.

Muerto a golpes

En 12 de junio de 2018, los bomberos recibieron una llamada de una madre que indicaba que su hijo tenía fiebre y problemas respiratorios.

Al llegar al lugar, el bebé de un año y 10 meses continuaba con vida, pero falleció en la ambulancia.

La necropsia realizada por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) reveló que un trauma craneoencefálico fue la causa del deceso.

La madre se convirtió en la principal sospechosa del crimen. La investigación detalló cómo la mujer le había pegado al bebé hasta que este se desmayó, lo que provocó que dejara de respirar.

Nancy Melissa Paíz Cortes, de 19 años, fue capturada durante un allanamiento en la zona 4 de Villa Nueva, en julio de ese mismo año. Enfrenta juicio penal por parricidio.

Víctima de un conflicto marital

Cuando Lilian Vásquez regresó de la tienda, Héctor Antonio Zacarías Vásquez, su hijo de tan solo 11 meses, estaba muerto en la cama donde dormía.

Espuma salía de su boca y tenía signos de violencia en su cuello. Aunque intentó revivirlo, fue en vano y avisó de inmediato a las autoridades y bomberos.

El bebé falleció de asfixia en una vivienda de la comunidad Plan del Guineo, Chiquimula, en octubre de 2018.

La madre estaba segura de que su expareja, Juan Gabriel Zacarías Ramos, de 22 años, era el responsable de la muerte del pequeño. Desde su separación, ella le exigía una pensión alimentaria, pero Zacarías se negaba y amenazaba de muerte a la mujer si esta llegaba a llevar el caso a tribunales, según relató Lilian.

“Me hubiera matado a mí, pero no a mi niño porque él no tenía la culpa de nuestros problemas. Exijo a la Policía Nacional Civil y al Ministerio Público para que localicen a mi expareja y que sea llevado ante la justicia por la muerte de mi angelito”, expresó entre lágrimas Vásquez de Zacarías a medios locales.

El primer acercamiento del Ministerio Público descubrió un lazo al lado del bebé. Al convertirse en el principal sospechoso, los vecinos creen que se dio a la fuga.

Habitantes y usuarios de redes sociales calificaron el asesinato como un “acto barbárico”.

Al borde del suicidio

El 6 de diciembre de 2018, los vecinos de la colonia Plaza de Toros, zona 13, se despertaron en la madrugada a los gritos de Floridalma Ramírez, quien desesperada, aseguraba que su esposo había matado a su hijo.

Kenettson Noel, de 4 años, fue encontrado sin vida a unos cien metros de su vivienda junto a su padre, Edwin Hernández Suchité.

El relato de la familia y los vecinos concuerda en que una disputa entre la pareja había causado un arrebato de ira en Edwin, quien se llevó al menor al barranco y le infringió una herida en el cuello.

Edwin también intentó suicidarse con un arma blanca, por lo que fue trasladado al Hospital de Accidentes del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS).

El cadáver de Kennetson fue trasladado a la mañana siguiente a la morgue del INACIF. La causa de muerte fue degüello, según el informe.

El cuerpo fue enterrado en Jocotán, Chiquimula. Los familiares lo recuerdan como un niño servicial y alegre. El padre deberá enfrentar cargos por parricidio.

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Un caso confuso

Aunque en este caso no se ha esclarecido si se trata de parricidio, aborto o negligencia, los vecinos de Raxruhá, Alta Verapaz, están molestos con una madre de la comunidad.

El 17 de julio de este año, vecinos descubrieron que un perro llevaba en el hocico una bolsa que contenía un bebé desmembrado.

Se desconocen las causas que llevaron a la madre a querer deshacerse de su hijo o si se trató de un aborto. Molestos, los comunitarios capturaron a la mujer por este “acto de crueldad”. Aún no deciden qué harán con la madre.

Su bebé era el anticristo

En otros países también se dan estos casos. Hace unos días, Natalia Guerra fue capturada después de estar prófuga durante dos años. Esto sucedió en Chile.

Guerra fue condenada a cinco años de prisión por parricidio, luego de comprobarse que desnudó, ató y lanzó al fuego a su propio hijo de 4 meses de edad.

La investigación asegura que se trató de un ritual satánico, ya que la mujer pertenecía a una secta de la región de Valparaíso. Miembros de la secta consideraron que el bebé era un “anticristo”, razón suficiente para asesinarlo.

Ramón Castillo, líder de la secta, utilizaba el seudónimo “Antares de Luz”. Fue encontrado sin vida en 2013.

Pablo Undurraga, brazo derecho de Castillo, también había recibido la misma pena que Guerra, sin embargo, huyó a Perú. Al verse cercado por la policía, se suicidó en la ciudad de Cuzco.

Un país violento

El INACIF informó que durante el primer semestre de 2019, en Guatemala se registraron 2 mil 330 homicidios. Por heridas de bala fallecieron 1 mil 618 personas.

A pesar de que en el país la tasa de 46 asesinatos por cada 100 mil habitantes se redujo a 22, Guatemala continúa entre las 10 naciones más violentas de Latinoamérica.

Fotos: Facebook, Twitter, Impacto.

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