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Foto: Gabriel Soto

El símbolo de la bandera blanca es una señal para pedir alimentos, aunque el objetivo parece que se ha perdido porque algunas personas se han aprovechado de la situación; sin embargo hay otras que sí lo necesitan. 

Dora y Sara, 2 mamás, una con 3 hijos y otra con 5, que están pasando hambre durante esta crisis tras ser despedidas.

Imagínate levantarte una mañana, te suspenden del trabajo y dicen que no podrán pagarte más, llegas a casa y no hay comida en el refrigerador para darle a tus hijos. Analizas esa inquietante situación que así estarás durante mucho tiempo en una habitación rentada en donde vives con más de diez personas, incluidos tu mamá y sobrinos, que debes pagar cada mes, pero no tienes cómo. Esto les ocurre a las hermanas Dora y Sara, de 30 y 37 años, que están pasando por esta situación difícil debido al COVID-19.

Dora y Sara trabajaban en oficios domésticos en diferentes casas de Sacatepéquez, donde todas las mañanas se levantaban con la motivación de devengar un salario y mantener a sus hijos. Pero un día, la vida les cambió a estas dos hermanas, ya que nunca se imaginaron que iban a ser suspendidas o despedidas porque ya no podían pagarles.

Dora y Sara viven junto a sus hijos y su madre de 66 años en una habitación en Sacatepéquez. Durante muchos años, ambas trabajaron de empleadas domésticas en diferentes casas, con un sueldo mensual, una de Q800 y otra de Q950. Pero, debido a la crisis sanitaria las personas que las contrataban les dijeron que no podían seguirles pagando. 

“No he desayunado porque no tengo comida”

La propietaria del apartamento que alquilan las hermanas llegó a visitarlos un mediodía para pedirles la renta y vio a uno de los niños triste en la puerta, a quien le preguntó: “¿Mijo, ya almorzaste?” él respondió: “Ni siquiera he desayunado porque no tenemos comida”. De esta manera, se enteró de la grave situación por la que están pasando. 

“He llegado a tocar puertas en los alrededores para pedir trabajo, pero no he tenido éxito”, cuenta Dora.

“Yo también he tocado puertas, alguien me ofreció trabajo para lavar ropa, pero solo una vez por semana, los demás días debo ver qué hago para llevar dinero, relata Sara.

Las hermanas cuentan que han visto que muchas personas salen a pedir víveres con banderas blancas, así que un día lo intentaron, pero no tenían tela blanca así que salieron con bolsas blancas. Por el momento, siguen buscando trabajo, ya ellas desean trabajar y ganar lo que puedan para poder sostenerse. 

Foto: Gabriel Soto

Todos los días se conocen muchos de estos casos en barrios, calles y avenidas del país, donde se pueden ver casas y personas con banderas o bolsas blancas que piden ayuda. Mucho se ha comentado que hay algunos que sí necesitan la ayuda y otros que lo usan como negocio, lo que hace perder el sentido del movimiento. Así que si deseas apoyar hazlo, pero considera quién pueda necesitarlo más que otro. 

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