Irresponsabilidad de jóvenes activa la alerta y se deja de salvar a otros en peligro imagen

Si te desapareces te busca. La Alerta Alba-Keneth fue creada para eso, para localizarte y que no te pase nada, pero se debe usar cuando estés en riesgo.

Las opiniones e imágenes de este artículo son responsabilidad directa de su autor.

No hagas que se active la alerta, a menos que estés en peligro

Escabullirse con el novio a un lugarcito más privado. Saberse todo un hombre y pensar que a los 15 años se puede ir por el mundo con el poder absoluto o irse de fugitivo con los amigos del colegio, son motivos por los que la alerta Alba-Keneth no debería activarse, pero sucede.

Las y los jóvenes no suponen que desaparecerse fugazmente de sus casas pone en movimiento todo un sistema de justicia que los o las busca hasta debajo de las piedras, para entregarlos a sus padres o internarlos en una casa hogar.

Irresponsabilidad le llama Zulma Cano, Directora de la Alerta Alba-Keneth, porque mientras hacemos la búsqueda, otros niños están en riesgo y no tenemos los suficientes medios para trabajar al mismo tiempo.

Por eso alza la voz y pide a los y las jóvenes más sensatez al salir de casa y mejor comunicación con sus padres.

Madres que entran en situación de pánico aumentan la estadística. Se contabilizan 6 mil casos al año por denuncias en 2016 porque su hijo o hija no llegaron a la hora de siempre.

Relato tomó extractos de casos ocurridos a varias adolescentes para ejemplificar los absurdos motivos por los que Alba-Keneth se activa, pero también alertas de emergencias donde pende en un hilo la vida o la muerte de un menor desaparecido.

El hijo que se esfuma

Por vacilar, por distracción, por placer. Me fui con un amigo y pensé voy a regresar temprano para que no se den cuenta en la casa, eran las tres de la tarde, pero ese compañero me llevó a joder por alli, somos adolescentes, no me acordé de llamar a mis papas y ya eran las ocho de la noche cuando la policía me estaba jalando, me asuste, y todo por una alerta.16 años.




El amor que pervierte

Por amor, por idilio, por flirteo. Le mandó un mensaje por whatsapp donde le decía que quería verla, que la esperaba en la Plaza de la Constitución, ella salió del colegio con su uniforme azul y se fue para allá a pie. La invitó a comer y la llevó a la avenida Las Américas. La noche llegó y con ella una foto ya circulaba en facebook, se busca. Regresaron a su casa en la zona 5, somos novios se dijo a sí misma, y nadie nos va a separar. “Mis papas por cualquier cosa se asustan”, le dijo a la psicóloga, “como siempre llego a las tres, de plano que pensaron que me había pasado algo”. Niña de 13 años.





Las malas amistades

Por ambición, por deseo, por codicia. Un día lo llamaron al celular aquel grupo de amigos de la cuadra de enfrente de su casa. Le pidieron que saliera con ellos para hacer un trabajito, que ganaría mucho dinero, del verde, le ofrecieron. Le dio miedo pero pudo más la pretensión que al final se animó. Un día, dos días, tres días pasaron. Él en Escuintla y cuando regresó el gran alboroto, la psicóloga le escuchó decir que él solo había ido a dar una vuelta, el negocio salió bien, pero sus padres pensaron que lo habían secuestrado. 17 años

Los gritos que ahuyenta

La violencia que hastía, que cansa, que desespera. Todos los días la misma cosa, mi mamá gritándole a mi papá, mi papá gritándole a mi hermana y todos gritando al mismo tiempo, cinchazos, patadas, mejor huyo de aquí me desaparezco y regreso en unas horas. 14 años

El atropello que expulsa

El abuso, la agresión, la violación. La tocaba todos los días. Llegaba a su habitación y quería arrancarle la ropa, le tapaba la boca. Un día rasgó su inocencia, tenía 11 años. Tres más tuvieron que pasar cuando ella dijo me largo de ésta maldición y se encaminó, agarró una mochila, metió la ropa que pudo y sin rumbo, sin destino, huyó del abuso, en silencio. 15 años

No está, se fue con la pandilla

Te capta, te jalan, te dicen que vas a estar bien, que nadie te va a pegar más. Él se fue con ellos, no avisó nada, se volvió miembro de una clica, no les dijo y se desaparecía todo el día, pero cuando ya no llegó a dormir su mamá se desesperó y fue a poner la alerta, lo encontraron tarde, había ganado la búsqueda alguien más, estaba muerto. Un padre que buscó a su hijo de 14 años.

Fuentes:  Oficina Atención a la Víctima PNC

Alerta Alba-Keneth

Fundación Sobrevivientes

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