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Como anillo al dedo le cayó el refrán “un mito saca lo más oscuro de nosotros”, a una construcción sobre el bulevar Vista Hermosa. Fue su arquitectura, poco común para el sector y que recuerda más bien a la famosa disquera Capitol Records de Los Ángeles, California, de donde partió todo.

El atrevimiento estético, que choca con los edificios modernos y de fachada monumental, fue el que desató todo tipo de rumores e historias sobre su propietario y el propósito del inmueble. Su vocación, dueño, futuros inquilinos y sus hábitos corrieron en ambas direcciones del ostentoso bulevar.




Los hicieron solo para ellos

Con la seguridad que habla quien es dueña de la verdad, y tiene un familiar en todos lados, Natalia asegura que “nadie los quiere en sus condominios, mejor se hicieron su edificio”.

Bajo la sombra que da el sol por la tarde, se ubica la casa de la sexagenaria. Ella, junto a varios vecinos del sector han sido el foco de propagación de un sinnúmero de historias sobre el edificio.

Todos los apartamentos tienen balcón para poder secar pescado o dejar comida al sol, sostienen. “Y como todos tienen las mismas costumbres, las moscas ni les molestan”.

Otros aseguran que el poder hablar en su idioma nativo y desplegar sus hábitos sociales, sin pena alguna, es la razón de haberse agrupado para levantar la estructura. “No hablan ni inglés, ni español y sabrá Dios qué dicen de uno”.

Algunos aseguran que hasta han visto a propietarios de maquilas y restaurantes de Corea Town, visitar el sitio. “Son los dueños de los apartamentos y vienen a presionar para que les entreguen los suyos”.

No es vivienda es hotel

Sin embargo, algunos corredores de bienes y raíces aseguran que las versiones de los vecinos están erradas. La vistosa estructura no verá pescados colgados de sus barandas o carnes salitradas en sus lozas.

Tampoco será un centro de confluencia y habitación de asiáticos. Y en sus muros no resonarán exclusivamente palabras en mandarín o coreano.

Al interior del edificio sí se hablarán idiomas. De seguro inglés, tal vez francés y puede que hasta uno que otro vocablo en cantonés.

Y es que el dueño, un ciudadano taiwanés, pretende abrir un hotel para complementar la oferta del sector. “En Vista Hermosa, fuera de Vista Real y Cayalá, no hay hoteles”.

Pero la vocación del edificio no está clara. Y probablemente es el silencio de los constructores lo que ayuda a que las hipótesis y los rumores crezcan.

Tras una visita al lugar para hablar con los constructores y propietarios, estos quedaron en contactarnos para sostener una reunión y aclarar dudas sobre el edificio. Lo que nunca dijeron es si esta sería en español o cantonés. 




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